martes, 3 de abril de 2018

Manual rápido para escamotear las sanciones sobre el Petro


El más conocido es el caso de SÚMATE, con su intento de hacer pasar por legítima una convocatoria para recoger firmas que supuestamente validarían un referendo revocatorio contra Chávez sin participación del CNE. Eso sumado a las fotos de la que fuera directora de SÚMATE, María Corina Machado, mostrándole las piernas a George W. Bush en Washington hacen un cuadro que explica muy bien de dónde viene la plata y cuál es la intención real detrás de esas ONGs, debilitar la credibilidad institucional del Estado y sustituirlo por entes dictatoriales privados, que camuflados detrás de un presunto “clamor popular” imponen agendas injerencistas.

Otra modalidad de este tipo de ataques es Dólar Today, un conglomerado de casas de cambio, infraestructura para el contrabando, propagandistas, operadores bancarios nacionales e internacionales y una página web que lograron en conjunto crear un marcador no oficial del valor del dólar en bolívares. Otra institución paraestatal haciendo funciones de Estado con fines de desestabilización de la soberanía.
En ese mismo sentido, hay voceros con cierta credibilidad en el mundo de la Cadena de Bloques (Blockchain) que tienen una teoría conspirativa. Dicen que muchas criptomonedas son creación de la CIA, y otros recalcan que las características técnicas que tiene una Cadena de Bloques superan y sustituyen la red bancaria tradicional y la emisión de dinero desde los bancos centrales, teniendo como consecuencia un golpe a la soberanía y una merma en la capacidad de gobierno desde las finanzas.
Todos los casos nombrados: SÚMATE, Dólar Today y la Cadena de Bloques, planteron y plantean retos de gobernabilidad inéditos. Pero la Cadena de Bloques tiene la particularidad de haber sido asumida tácticamente desde el Estado venezolano para ser utilizada en favor de los intereses nacionales. Diseñar una Cadena de Bloques desde un Estado soberano es un experimento que, aún sin haber arrancado del todo, está siendo emulado desde otros países, por las evidencias de éxito temprano y por la necesidad evidente de contar con activos financieros que no estén dominados por los cleptómanos de Wall Street, los buitres financieros y que además no estén a expensas de ser sancionados arbitrariamente por los EEUU con fines políticos.
La orden ejecutiva
Se prendieron muchas alarmas con la orden ejecutiva emitida recientemente por el presidente Donald Trump prohibiendo la compra de Petros a todo ente que haga vida en el territorio de EEUU. Pero esta orden ejecutiva en realidad no tiene demasiado asidero en la realidad. Su rango de acción es limitado, sólo puede tocar los fondos comprometidos en la preventa del Petro que provengan de una institución bancaria tradicional con sede en los EEUU.
Es decir, que si un residente de los EEUU participó en el proceso de preventa del Petro y en el formulario colocó que iba a pagar con sus fondos del Bank of America, esta persona no podrá cumplir el compromiso por la nueva sanción. Pero como les comentaba antes, la Cadena de Bloques, al igual que SÚMATE y Dólar Today, tienen la característica de ser entidades que superan la soberanía, no sólo del Estado venezolano, sino también de los EEUU.
Para la compra de Petros se eligieron divisas convencionales de libre convertibilidad como el yuán, el dólar y el euro, pero lo más interesante es que también se aceptaron Bitcoins y Ether, las criptomonedas con más aceptación y más difundidas en el planeta. Esto quiere decir que si un residente de los EEUU compra alguna de estas dos criptomonedas ya podría participar en la venta inicial del Petro sin ningún peligro de sufrir represalias de parte del gobierno estadounidense.
Los pasos a seguir para escamotear la orden ejecutiva
Para proteger su identidad podría sacar su dinero en efectivo de su banco. No es recomendable usar tarjetas de crédito ni depósitos bancarios porque se podría dejar rastro en algún registro de la operación que haga la empresa que provee el servicio de cambiar dólares por Bitcoin o Ether.
Con ese dinero en efectivo puede recurrir a los miles de puntos que existen en EEUU, lugares físicos que tienen cajeros de Bitcoins o en cajas registradoras de múltiples establecimientos comerciales que prestan el servicio de cambio.
Esos Bitcoins o Ethers deberían ser colocados en una cartera que no haya sido usada nunca antes, de forma que no tenga operaciones que se puedan rastrear, operaciones donde no se haya tenido el debido cuidado de hacerlas con dinero en efectivo, comprometiendo así la identidad de la persona. Hay que recordar que la Cadena de Bloques puede ser auditada por cualquier persona en cualquier momento.
Finalmente, cuando comience la venta inicial del Petro, se procede a hacer una transferencia de esos Bitcoins o Ethers a las carteras destinadas por el Observatorio Blockchain de Venezuela y la SUPCACVEN para tal fin.
Los tokens/mosaicos del Petro se recibirían en una cartera en la cadena de bloques NEM que no tiene identificación personal, no debería haber conexión alguna entre las dos operaciones, los datos que la persona haya entregado al Estado venezolano muy difícilmente podrían estar a disposición de las autoridades de los EEUU.
Efecto búmeran
Asumiendo la teoría de que la Cadena de Bloques es un invento de las agencias de inteligencia gringas, en este caso parece que la jugada no les salió tan bien. Lo que podría haberse proyectado como un tiro a largo plazo para disminuir las capacidades de los gobiernos en los Estados nación, en el periodo corto está convirtiéndose en un conato de motín financiero global en contra de los EEUU, en buena parte gracias al Petro.
Esto recuerda mucho a la década de 1980 y 1990, cuando el neoliberalismo fue el vencedor total, pero apretó más de lo que debía y se produjeron alzamientos populares en muchas partes del mundo, uno de ellos el 27 de febrero de 1989 en Miranda y Caracas, que de boca del mismo Hugo Chávez sabemos que marcó el principio de la Revolución Bolivariana.
Aquel apuro neoliberal les sigue pasando factura hoy, queda ver cuánto tiempo más se ganará con la emisión del Petro, pero de nada valdrá el tiempo si no sirve para diseñar un plan que permita a Venezuela dejar su condición de mina.
Juan Pablo Toledo
Misión Verdad

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