jueves, 30 de agosto de 2018

¿Por qué Sudeban regula las transferencias de remesas desde el extranjero?

La Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) emitió la Circular Número 14539 con fecha del 27 de agosto del presente año, ordenando a todas las instituciones bancarias bloquear las operaciones realizadas por sus clientes desde el exterior, si estos no han notificado que están fuera del país.
| La @SudebanInforma estableció que el envío de remesas que se efectúe desde el exterior, deben formalizarse por casas de cambio autorizadas, con el propósito de resguardar a los usuarios de posibles fraudes pic.twitter.com/bBHp6SaXYn
De acuerdo con la circular, los bancos deben detectar "las transacciones que correspondan a clientes que no hayan efectuado la notificación de salida del país, cuyas direcciones IP se encuentren
fuera de la República", por lo tanto la agencia bancaria "deberá efectuar de manera preventiva un condicionamiento especial que imposibilite los accesos (desde el extranjero) para realizar transferencias en línea de los instrumentos pertenecientes a dicho cliente".
Por otro lado, los bancos deben notificar semanalmente que usuarios usan cuentas con IP desde el extranjero para realizar operaciones.
La medida del ejecutivo no apunta a cercenar el envío de remesas desde el extranjero a Venezuela, como se ha intentado proyectar desde medios de comunicación adversos al chavismo. Por el contrario, reordena el sistema de envíos y recepción de remesas para que estas transcurran bajo operaciones fiables respaldadas y ejecutadas por las casas de cambio que se están habilitando en el país.
Superintendente Cmdte. Antonio Morales sobre Circular SIB-DSB-14539 "La instrucción se enmarca dentro de las medidas dictadas por el Gobierno Nacional para proteger el nuevo cono monetario" @MinEcoFinanzas @NicolasMaduro @SimonZerpaD pic.twitter.com/WTleXmQYV1

Implicaciones y detalles

El superintendente Antonio Morales se reunió el día de ayer con las agencias bancarias del país para explicar esta orden, y detalló que el país está construyendo una "estructura" y un "conjunto de regulaciones adecuadas a los estándares internacionales", así como "las casas de cambio  autorizadas para el envío de remesas". Por lo tanto, el ejecutivo intenta regularizar el envío de remesas acorde a los parámetros en que lo hacen países de la región que tienen tradición en la recepción de remesas, como México, El Salvador, Honduras y Guatemala.
La Sudeban atiende con esta medida el nudo crítico de la proliferación de operaciones a dólar paralelo que se efectúan mediante los envíos de remesas. Estas operaciones consisten en personas que desde el extranjero venden dólares a tasa paralela a particulares, para que otras personas transfieran bolívares a otro particular en Venezuela. Son operaciones de envío de remesas en bolívares, mediante intermediarios.
Esas operaciones se ven signadas por las altas comisiones que cobran estos intermediarios, quienes luego contribuyen a la aceleración del dólar paralelo al revender los dólares que obtienen cuando este aumenta de precio; desatándose con ello una centrífuga de especulación y escamoteo que fortalece el hábitat en que se desarrolla el dólar paralelo.
Aunque el envío de remesas representa un alivio para muchas familias en Venezuela, en las condiciones actuales en que se realizan hacen un daño a la economía venezolana contribuyendo al fortalecimiento del dólar paralelo. Por lo tanto, la política económica venezolana se perfila ahora a regularizar, transparentar y adecuar los procesos de recepción de remesas tal como se haría en cualquier país.
Uno de los factores más polémicos sobre esta medida es el diferencial entre las tasas de remesas. Para el día miércoles 29 de agosto, la tasa Zoom para remesas se ubicaba en poco más de 60 bolívares soberanos, mientras que en el mercado paralelo la tasa rondaba los 100 bolívares soberanos. La tasa Zoom, Italcambio, Insular y otras casas de cambio autorizadas, se rigen por el sistema DICOM, y aunque es flotante, la especulación generada por los operadores del mercado paralelo crea un diferencial siempre desventajoso a las tasas oficiales.
En consecuencia, el anuncio de la Sudeban apunta a cerrar los respiraderos o "trochas financieras" que dan vida al paralelo e inhabilitan a los sistemas de remesas en casas de cambio legales.
Para los receptores de remesas no bancarizados con cuentas en el extranjero, la medida tiene el alcance de que su ingreso en bolívares por remesas podría parecer menor, pero al eludir las altas comisiones de intermediarios y los riesgos de esas operaciones, al recibir remesas en casas de cambio, el beneficio directo en bolívares es bastante similar.
Los bancos deben ahora monitorear sus usuarios mediante su cuenta IP. Las cuentas IP son una especie de identificación electrónica que indica el lugar desde donde el usuario entra a su banca virtual o su banca por Internet. Si alguna persona natural o jurídica realiza operaciones desde el extranjero sin haber notificado su salida del país, su cuenta será temporalmente inhabilitada. Para los bancos es muy sencillo monitorear esos procesos dado que cada operación bancaria deja registro de la dirección IP o lugar donde está quien la realizó.
Se espera que, una vez que progresivamente se inhabiliten usuarios de bancos venezolanos en el extranjero que no hayan notificado su salida, la demanda de dólares electrónicos se debilite y en consecuencia, se debilite el "atractivo" del precio del paralelo.
No obstante, la medida por ahora no afecta a otras plataformas de pago y envíos de dinero desde el extranjero, como PayPal, también caracterizadas por gran escamoteo y reventa de divisas que agravan el círculo vicioso de la tasa paralela.
La medida no afecta a empresas o personas que realicen operaciones desde el extranjero y que tengan notificada su salida del país, tal como está establecido en las regulaciones bancarias vigentes. Por lo cual no se pretende interrumpir el ciclo de ingreso a la economía venezolana de divisas mediante mecanismos regulares y que favorecen la importación de bienes esenciales para la economía.
El Estado también espera captar divisas mediante estos mecanismos aplicando una tasa a las operaciones, dado que en las condiciones actuales sólo los intermediarios y revendedores captan una ingente cantidad de divisas que son ofrecidas por los venezolanos en el extranjero que envían remesas.

El principio de conexión entre las medidas económicas

El anuncio ha tenido detractores y quiénes la encuentran como positivo. Entre los detractores están quienes afirman que rompe "la confianza" que genera la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios ejecutada por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Pero por otro lado hay quienes consideran que esta medida es muy significativa para contribuir a degradar el hábitat de ilegalidad en el que se desarrolla el dólar paralelo. Este es un aspecto clave que justifica la medida. De hecho, el anuncio de la Sudeban es un agregado o componente de un conjunto de acciones que apuntan al debilitamiento del dólar paralelo y su alcance en la economía real.
Ahora que se ha alzado un nuevo sistema cambiario flotante, flexible y abierto, las condiciones para la colocación de remesas en la economía venezolana de manera regular están habilitadas. Antonio Morales insistió en que la habilitación de 300 franquicias de casas de cambio facilitará ese proceso. Por lo tanto, se espera que haya una migración progresiva para que los envíos de remesas cada vez más se realicen por casas de cambio, en lugar de transferencias entre particulares e intermediarios como sucede hoy.
Por otra parte, el envío de remesas a los sistemas de casas de cambio legales y autorizadas, permitirá alimentar con divisas al sistema DICOM, el cual funciona para la fecha en su segunda semana mediante tasa flotante como alternativa legal para el acceso a divisas.
El ejecutivo también anunció la venta de mini-lingotes de oro de 1.5 y 2.5 gramos, para combatir la avidez por el dólar vendido a tasa paralela por parte de tenedores de bolívares quienes intentan proteger su dinero de la devaluación inducida.
El presidente Nicolás Maduro también anunció recientemente que en los meses de septiembre y octubre habrá nuevas noticias sobre la incorporación de la criptomoneda venezolana petro a la economía real del país, como "divisa internacional venezolana" e instrumento de convertibilidad "para viajes al exterior y compras internacionales" por particulares. Este anuncio supone que también el petro busca contribuir a socavar el poder del dólar paralelo al constituirse como alternativa para el acceso a divisas y como factor cambiario mediante la política de anclaje.

La visión de integralidad de las medidas económicas en ejecución guardan un espíritu de cohesión, atendiendo el nudo crítico de la cuestión monetaria como factor generador de distorsiones en la economía. Como ha señalado el presidente Nicolás Maduro, se trata de una reconversión integral de la economía venezolana y de los mecanismos cambiarios, en un intento por restituir la gobernabilidad sobre la economía.

El infierno rodante: un negocio sobre ruedas..

Que se sepa, el mal llamado transporte público ya era una tragedia por los años setenta, cuando aún existían las luchas obreras y habían dirigentes sindicales de la talla de Simón Márquez o el Negro Prin, hermano de aquel famoso cantante de joropo mirandino el gran Pancho Prin.
En el sindicato del transporte, los obreros no sólo se enfrentaban a los mafiosos dueños como Pestana sino que además debían combatir contra al hermano Lucas, un mafioso dirigente sindical adeco, quien en vez de defender a los trabajadores se aliaba con el patrón y no comía coba para, con sus bandas armadas, caerle a cabillazos al trabajador o trabajadores que se le atravesaban en sus raterías. Desde ese entonces y aun antes, cuando el poeta Aquiles Nazoa lo bautizó como "el infierno rodante" en uno de sus poemas, el mal llamado transporte público era una aberración.
El mal llamado transporte público ya existía como tragedia para los trabajadores, pero también para los estudiantes, porque ambos sectores luchaban, o mejor dicho, los obreros luchaban con su familia, porque hablando claro, no sólo pagaban sus pasajes para ir a la fábrica sino que también tenían que pagarle los pasajes a sus hijos para que estos se graduaran y también fueran a trabajarle a la fábrica.
En nombre del mal llamado transporte público, un ladrón como Diego Arria se hizo de dineros públicos (más o menos 80 millones de bolívares en sobreprecio con la compra de 2 mil autobuses) cuando estafó a la nación con las famosos autobuses llamados Leilan, bautizados por los caraqueños en su jodedera "acordeones" por los pliegues que a la mitad tenían. En estos aparatos se mató gente, porque el piso era de cartón como los zapatos de Manacho.
Ese mal llamado transporte público se desarrolló en complejas mafias que se hacen llamar cooperativas, en donde unos pocos empresarios son dueños de muchas unidades que someten a esclavitud a los llamados avances y colectores, trayendo como consecuencia el maltrato a los pasajeros, a quienes se les atapuza a grito limpio "¡patrás patrás!", nalgas con nalgas, nariz con nariz, paloma contra cuca, cuca contra cuca, paloma contra paloma, en donde muchas veces se les escucha gritar a un hombre o mujer "¡dime qué nombre le pongo a este muchacho que me acabas de hacer y cómo te llamas, por si me pregunta quién es el papá!".
Ese mal llamado transporte público debió desde siempre llamarse transporte privado, porque si a alguien inocentemente se le ocurre quejarse del mal trato diciendo este es un servicio público y nos deben tratar bien, de inmediato surge Mad Max y con un tubo en la mano grita "¡si no le gusta, se baja de mi mierda ya!".
Los líderes del mal llamado transporte público nunca han manifestado ni hecho huelga contra las mafias de las ensambladoras -a quienes entre 2004 y 2012 se le otorgaron más de 15 mil millones de dólares, estamos hablando de 300 mil personas subvencionadas durante cinco años, construyendo comunas integrales experimentales que llenarían de comida a todo el territorio nacional, resolviendo de paso el desempleo permanentemente sin tener que pasar por este infierno rodante-, vendedores de repuestos, cauchos, autobuses, camionetas, quienes los roban descaradamente y los obligan a trabajar como capataces suyos en Venezuela. Porque, seamos claros, cuando se compra un carro, una camioneta, un repuesto, o lo que tenga que ver con el ramo del transporte, quien lo compró ya está pagando por adelantado la plusvalía que los dueños se llevan al extranjero, pero como lo que compramos es ilusión, siempre estamos pensando que con una camioneta nos haremos ricos y libres, pero a lo mucho que llegamos es a taxistas.
El mal llamado transporte público no deberíamos pagarlo los trabajadores ni los estudiantes, porque en definitiva su trabajo es llevarle la mercancía-mano de obra a la fábrica y regresarla vuelta mierda al rancho. Los que deben pagar ese servicio son los ladrones dueños de las fábricas y los ladrones comerciantes, que son quienes se benefician realmente del servicio. A los trabajadores nos explotan por partida doble, porque nos explotan como trabajadores del volante como avances, y nos explotan porque nos quitan parte del salario al transportarnos. Salario que, sumado por millones, se traslada a las fábricas matrices de carros, repuestos, cauchos, que son quienes en definitiva se benefician de la sobreexplotación que contra nosotros ejercen.
El mal llamado transporte público no es más que otra manera de jodernos la vida. En este momento los dueños del mal llamado transporte público se han confabulado con los otros dueños y comerciantes para aprovecharse de las condiciones de guerra, y ganarse un barato en una huelga solapada, que no es total porque han puesto a funcionar solo el 10% de la flota en todo el país, con el mismo cuento de nunca acabar que si los repuestos, que si los cauchos, a pesar de que el Gobierno les ha entregado ingentes recursos. Pero a ellos sólo les interesan sus miserables ganancias, no les importa lo que ocurra. Si por lo menos tuvieran una pisca de afecto por este territorio, se pararan en contra de los vendedores de repuestos, boicotearían sus huelgas y sus robos.
Los trabajadores venezolanos debemos tener claro que estamos en medio de una guerra impuesta por los dueños, que el único y verdadero amigo que tenemos es el Estado venezolano con todas sus dificultades, con todas sus trabas. Hace 18 años tomamos la decisión de cambiar. Hay personas que creen que cambiar es de un año para otro, cuando la historia de la especie ha demostrado hasta la saciedad que las taras de una cultura no desaparecen sino después de siglos de esfuerzos mancomunados del conjunto social.

Un negocio sobre ruedas

En toda guerra, la primera víctima son los precios bajos. En Venezuela desde hace 18 años superamos todas las barreras de la superinflación, ya no podrá ser una superheroína; en quinientos años y dele de inflación inducida por los dueños del planeta, nunca habíamos visto tamañas proporciones. La espiral de los precios en ascenso no pueden ser controlados por gobierno alguno, sino en la medida en que se detenga la guerra que los asesinos y saqueadores dueños de las transnacionales nos han declarado.
El transporte en sí es un problema de seguridad de Estado en un país como Venezuela
En todas las guerras se desatan las agallas de los grandes, medianos y pequeños comerciantes, ladrones compulsivos cuyo único método para medio controlarlos que han conseguido los que dirigen guerras, es el del fusilamiento, y sin embargo sólo medio contienen a los pequeños, porque los grandes en complicidad con los dueños que sufragan las guerras, amasan grandes fortunas. ¿De dónde habrá salido eso de que detrás de toda gran fortuna hay un gran robo y su respectivo crimen?
En el caso muy particular de Venezuela, el Gobierno ha decidido implementar la política de no permitir bajo ninguna circunstancia que suframos los grandes estragos que muchos pueblos han sufrido ante los embates de la guerra.
El problema del transporte que se plantea hoy en los mayores centros poblados del territorio, se ha visto agravado por las condiciones de la guerra impuesta por factores apátridas internos y sus amos externos. La carestía de los repuestos es causada por el interés especulador y acaparador de los vendedores y grandes ensambladoras de vehículos (todos bajo sospecha de sustracción de divisas en los últimos 15 años), que ha impactado en la oferta de vehículos que puedan trasladar a los millones de venezolanos que todos los días demandamos transporte desde nuestras casas hacia los centros de trabajo y viceversa.
La histórica anarquía de las rutas concedidas, el mafioso sindicato del volante y la innegable participación de este sector en el intento de golpe continuado, agravan mucho más la situación. En el marco de estas condiciones de guerra impuesta, se hace necesario tomar acciones extraordinarias tomando en cuenta la participación consciente y protagónica de nosotros como pueblo, puesto que las tradicionales (financiamiento, renovación de flotas, subsidios, proveedurías, entre otras) se han aplicado todas y sólo han servido para que se agrave el chantaje, en principio contra el Gobierno y por mampuesto contra nosotros, no han funcionado, aumentando desproporcionadamente las ganancias de los ladrones empresarios y comerciantes del ramo, porque el interés del empresario del transporte no es el del colectivo, sino básicamente el lucro que se obtiene por la prestación del servicio.
El transporte en sí es un problema de seguridad de Estado en un país como Venezuela, que se encuentra sometido a un asedio permanente desde 1998. Nuestro ordenamiento territorial obedece a un plan de los dueños, el cual establece que la gente debe vivir lo más lejos posible de donde trabaja y de donde se produce la comida. Las ciudades, hacinadas de personas, son imposibles de transitar a pie o bajo otro modo de transporte distinto al motorizado, bien sea de forma eléctrica, combustión interna o la combinación de ambos.
Los sistemas de transporte más exitosos en Venezuela son los que se encuentran en manos del Estado: Metro de Caracas, Trol Mérida, Transbarca, Metro Bus, Ferrocarril de los Valles del Tuy. Más allá de cualquier detalle mejorable que se pueda presentar, son administrados con la intención de servir al colectivo y no tienen como fin último la ganancia.
El Gobierno Bolivariano ha enfocado todo su esfuerzo en crear las políticas necesarias para que los venezolanos podamos acceder a condiciones más cómodas de vida. Una de estas es la creación de empleo, que ha llegado a estar a punto de cumplir con el 93% de ocupación de las personas económicamente activas. Esto ha llevado a que servicios como el transporte colapsen porque la demanda ha sobrepasado la oferta, y los mayores prestadores del servicio obedecen a una lógica mercantilista. Nunca se han dedicado a invertir sino a vivir de la renta que les produce el vehículo y el cuasi trabajo esclavo de choferes, avances y colectores.
Chatarras ambulantes se encargan de movilizar a millones de personas diariamente. Las condiciones en las que se encuentran las unidades de las diferentes líneas de transporte privado no son responsabilidad del Gobierno, pues este se ha preocupado por atender al sector transporte. Al mismo tiempo, en un gigantesco esfuerzo, el directorio revolucionario se ha enfocado en la creación de rutas urbanas e inter-urbanas conocidas como TRANS; las mismas fueron un éxito parcial, puesto que la visión integral del directorio revolucionario no ha sido asumida por funcionarios medios, quienes por desidia, incapacidad, falta de criterio (o todas las anteriores), no han podido sostener el funcionamiento exitoso de este plan. Y peor aún, no han comprendido el papel vital que juega el transporte en el marco de esta guerra.
Cabe destacar que el mito de que no es rentable que el Estado asuma el transporte es una falacia. Si esto fuera así, todos los días las mafias del sindicato del transporte y los dueños de flota no invertirían en tan lucrativo negocio. La recaudación por concepto de pasajes ya para 2014 representaba el doble de lo que percibía el Seniat por concepto de IVA.
La descaotización de las rutas existentes en las principales ciudades es una necesidad imperiosa, la protección y amparo legal en el marco laboral a los trabajadores del volante ya no se puede postergar más, en el marco de la guerra es necesario que el Estado obligue a las líneas privadas de transporte existentes a cumplir con trayectos planificados. Que obedezcan a la necesidad de los pasajeros y no al lucro de los dueños de unidades de transporte, y que paulatinamente se vayan sustituyendo rutas con sistemas TRANS regentados por entes públicos.
La planificación para generar el descontento entre la población es tal que, en el caso del estado Carabobo, se está imponiendo el transporte de pasajeros en camiones 350 y 750, los cuales "extrañamente" sí logran conseguir repuestos, baterías, cauchos, etc. Se podría incluso pensar que se pretende quitar de la psiquis de las personas su cualidad de gente, en un proceso de desensibilización controlada.
Asimismo, la multiplicidad de marcas de vehículos que prestan el servicio es una locura, hacen casi imposible tener un plan logístico mínimamente eficiente que garantice el mantenimiento de las unidades durante toda su vida útil. El plan con la empresa Yutong consideramos es el correcto: unificar el criterio de adquisición de flotas para el sector público es urgente, vigilando que no se produzca complicidad entre funcionarios escuálidos antipatria y los empresarios ladrones.
En el marco de la guerra impuesta por enemigos externos y cipayos internos, es necesario comprender la magnitud del problema que hoy representa el transporte de personas. Incluso es mucho más prioritario garantizar la movilidad que la comida y las medicinas, porque en este último caso la gente ha resuelto buscando opciones varias que hacen posible la resistencia. En el caso del transporte, las grandes distancias que deben recorrer las personas pueden cubrirse en un día, incluso, unas semanas, pero no será sostenible bajo el actual concepto capitalista de distribución de la población.

De Damasco a Minerva: una guía para estudiar a quienes nos estudian



Entre los documentos promocionales de la nueva doctrina militar del ejército colombiano lanzada en agosto del 2016 aparecen dos frases muy llamativas: la afirmación de que la Doctrina Damasco la hicieron "profesionales militares apoyados por las principales universidades" y la referencia a este cuerpo doctrinal como producto de un plan macro llamado Plan Minerva.

Una indagación superficial dio con la primera casualidad: otro Plan Minerva en Carabineros de Chile. Ese vínculo universidades-ejércitos y el repentino amor a la mitología romana entre las fuerzas militares del continente, parecen no tener conexión entre sí, hasta que otra casualidad emerge, una iniciativa homónima: la Iniciativa Minerva, esta vez en Washington.
Minerva es una iniciativa del Pentágono a través de la cual se vinculan la academia y el ejército norteamericano con el fin de mantener la noción imperialista de paz, es decir, el dominio incuestionado de los Estados Unidos sobre el mundo. Esta iniciativa puede explicar el porqué universidades latinoamericanas -como en este caso, la Universidad de Los Andes de Colombia- participan activamente en la elaboración de la nueva doctrina militar del ejército colombiano, en abierta colaboración con la OTAN y el Ejército de los EEUU.
Cuando Trump ha expresado públicamente su disposición de intervenir militarmente en Venezuela, y el propio vicepresidente de los EEUU ha dado una rueda de prensa desde Colombia junto al presidente Santos para expresar su intensión de continuar interviniendo en los asuntos internos del país, se hace urgente estudiar las redes que el imperialismo teje sobre el continente y sus implicaciones para la seguridad de la Revolución Bolivariana.
El antropólogo mejicano Gilberto López y Rivas, autor del libro Estudiando la contrainsurgencia de Estados Unidos. Manuales, mentalidades y uso de la antropología, ha estudiado este entramado durante más de una década y, por algo parecido a varias casualidades, pudimos entrevistarlo el 29 de julio de este año. 
En dicha entrevista el investigador mejicano explicó cómo llegó a conocer esta iniciativa y en qué consiste: "A lo largo de todos estos años de trabajo como articulista del periódico La Jornada, me metí a leer una serie de documentos de los militares estadounidenses, y me he topado particularmente con los manuales de contrainsurgencia disponibles desde los años 2006-2007. Mi interés radicaba de manera muy particular en el uso de las ciencias sociales para la contrainsurgencia. Es ahí de donde viene el interés por ver el involucramiento, no sólo de las ciencias sociales sino también de las universidades de EEUU y América Latina, la complicidad con este involucramiento de la academia estadounidense en los esfuerzos contrainsurgentes. Esto me llevó a investigar de qué forma estaban involucradas las universidades de Estados Unidos en este 'esfuerzo'. (…) Y me llevó a la Iniciativa Minerva, que es algo distinto al Plan Minerva que tú refieres en Colombia. La Iniciativa Minerva es un consorcio de los militares para premiar, digámoslo así, 12 ó 15 proyectos anualmente con fondos que vienen directamente del Pentágono. Se apoyan investigaciones de interés de los militares y entre ellos se le otorgó una beca, por ejemplo, a Montgomery McFate para que escribiera un libro sobre antropología militarizada. La Minerva Iniciative tiene una página que tú puedes consultar, en la que se proporcionan apoyos de hasta 3 millones de dólares para investigar temas que los militares requieren para sus esfuerzos de dominio mundial".
Refiere Gilberto López y Rivas que en el transcurso de los casi 11 años de investigación, descubrió que "no solamente los antropólogos estaban involucrados en la guerra de contrainsurgencia sino que paralelamente al uso de los antropólogos en la guerra directa de Irak, se financió también a través de esta Iniciativa Minerva la investigación de un grupo de geógrafos de la Universidad de Kansas".
Estos geógrafos realizan las llamadas Expediciones Bowman. Partiendo del uso de una metodología llamada "cartografía participativa", se introducen en los territorios donde cooptan jóvenes indígenas, les enseñan a manejar GPS, les dan cursos para levantar y entregar la información de sus propias comunidades. Según sus denuncias, estas expediciones se extendieron por Honduras, Costa Rica y Méjico. Pero hasta el momento no ha encontrado pruebas de su trabajo en América del Sur. Salvo la presencia anterior del Teniente Coronel Demarest en Colombia, quien "previo a su involucramiento en la Iniciativa Minerva" estuvo "en Guatemala durante los años de las grandes masacres como Agregado Militar. O sea, no es un angelito de la academia. Es un diablo que viene de la Escuela de las Américas y es un tipo que juega un papel importante como oficial que comete crímenes de guerra en Guatemala y que escribió un libro sobre cómo hacer la contrainsurgencia efectiva en Colombia".
"A través de la Iniciativa Minerva se vincula a las Expediciones Bowman y se pone a su servicio". Geoffrey Demarest es intelectual militar y, posteriormente se doctora en geografía, en Kansas. "Esta ciudad es el lugar estratégico para estudiar a los que nos estudian a nosotros porque ahí está situado el Instituto de Estudios Estratégicos Extranjeros. O sea el instituto de inteligencia militar para estudiarnos a nosotros que tiene el Pentágono. Entonces la Universidad de Kansas (UK) y este instituto son hermanos siameses, se ayudan. También Kansas es el centro de una gran actividad económica que involucra al Puerto Lázaro Cárdenas y el tráfico de drogas e insumos para la fabricación de las mismas. Hay una conexión digamos del espacio geográfico de la UK y particularmente estos geógrafos. Uno se llama Jerome Dobson, otro Peter Herlihy y Geoffrey Demarest: los tres jinetes del apocalipsis".
Tal como lo plantea en su libro, López y Rivas considera que "en la actual mundialización capitalista, en su dimensión estrictamente militar, se pone en práctica un terrorismo global de Estado que es retomado por los países subalternos como Colombia y Méjico, los cuales aplican un terrorismo de Estado en sus respectivas naciones. Pero el gran hegemón de esta nueva aplicación cultural de la contrainsurgencia y de la aplicación de la geografía y la psicología es EEUU. En el libro se ve cómo se da la relación entre EEUU y lo que llaman naciones huéspedes (…). Una nación huésped puede ser Colombia que pida a EEUU controlar su insurgencia. Y entonces, de manera 'fraterna' la nación huésped le permite a las fuerzas especiales… intervenir. (…) Poner bases militares, instructores militares, doctrinas militares… por lo que aumenta la compenetración de las fuerzas militares y de inteligencia entre países subalternos. Aquí entran las otras 11 agencias de inteligencia porque ahora se habla de las amenazas de la CIA, pero en realidad habría que pensar de 12 amenazas, porque la CIA es sólo una, pero el Ejército tiene una, la Marina tiene otra, la Fuerza Aérea tiene otra, la DEA tiene otra, es decir, estamos hablando de alrededor de 12 agencias de inteligencia que se reúnen en el Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU".
"En cuestiones de inteligencia no hay casualidades"
Además de las terribles violaciones a decenas de niñas colombianas -que están impunes por convenios firmados entre el gobierno colombiano y el estadounidense-, el papel del ejército norteamericano en la elaboración de la Doctrina Damasco evidencia el triste rol que cumple Colombia dentro de la geopolítica imperial, a pesar de la resistencia del pueblo colombiano.
"EEUU está metido hasta en la cocina en todo lo que hacen los militares colombianos, porque esos son todavía más entreguistas; si algún torneo puede haber de entreguismo, que los propios militares mexicanos que están entrando más al terreno de la subordinación al ejército de Estados Unidos", afirma el entrevistado.
Al preguntarle sobre la hipótesis planteada en un artículo anterior en cuanto a que la intervención militar del Imperio estadounidense contra Venezuela no será directa sino a través de Colombia, López y Rivas contestó: "Mira, hay dos síndromes presentes en la doctrina militar estadounidense que ves reflejada en los manuales, una es la derrota en Vietnam y la otra es la derrota, de alguna manera, en Irak. Cualquiera puede atestiguar que lo único que logró esa invasión de un país, que no tenía armas de destrucción masiva, fue la destrucción del país y la imposición de un gobierno pelele".
"El síndrome de Irak es que EEUU perdió muchas vidas, estamos hablando de miles, 40 mil, 50 mil, entre muertos y heridos. Entonces ellos están imponiendo en sus manuales la idea de tener ejércitos subrogados. Contratar a alguien que haga la tarea que no pueden hacer los muchachos estadounidenses -aunque sean siempre los pobres, latinos y negros- de todas formas, el involucramiento en la guerra con tropas estadounidenses se está evitando al máximo, de ahí el retiro de tropas de Irak, de Afganistán".
En cuanto a Venezuela, "yo creo que ellos están apostando primero a las fuerzas locales que no les han respondido a la medida de sus exigencias, segundo en las fuerzas que vienen del exterior, en este caso, el paramilitarismo colombiano que ha jugado un papel importantísimo en estas guarimbas y en el crimen organizado que aunque no sea de por sí tan organizado, pues es organizado por EEUU. En mi libro sostengo la hipótesis que hay dos maneras de intervenir militarmente en un país. Una es a través de la intervención directa, colonial, como en Irak o Afganistán y, la otra es a través de la intervención indirecta neocolonial a través de la guerra contra el narcotráfico y el terrorismo, México y Colombia son muestras de esa intervención militar".
Es por esto que piensa que EEUU podría estar interesado en una guerra entre Colombia y Venezuela. "De hecho, todo lo que pasó cuando Sucumbíos y varios otros incidentes fronterizos que Chávez resolvió de manera muy inteligente tienen que ver con la intención de promover una guerra entre Colombia y Venezuela. Esa para mí es la posibilidad más cercana, el no empleo de fuerzas de EEUU y no el involucramiento directo. Es muy difícil lograr en las actuales circunstancias con Corea del Norte probando con misiles, como está Siria, el involucramiento de EEUU en una guerra en Suramérica. Muy poco probable. Y con Rusia y China en el Consejo de Seguridad que impide una expedición tipo Haití. A no ser que ejecutaran un ataque de 'bandera falsa', una masacre, por ejemplo ejecutada por 'fuerzas del chavismo' entre comillas, algo como eso. No hay ninguna información que confirme que EEUU quiera intervenir directamente con sus fuerzas armadas en Venezuela. Se lo impide una situación de un primer año de gobierno, una guerra donde el ejército venezolano se ha negado a doblegarse frente a los yanquis, donde además se podrían aplicar algunas estrategias como 'la guerra de todo el pueblo'. Hay un riesgo de que terminen empantanados. Pudieran tal vez hacer un ataque fulminante como en Panamá. No desembarcar tropas, pero sí atacar centros militares. No digo que no puedan hacerlo pero es poco probable y no hay indicios. La doctrina militar norteamericana en sus manuales se basa más en las naciones huéspedes, que llevan a cabo la tarea sucia".
Planteamos a López y Rivas la preocupación por el ejercicio militar conjunto "América Unida" que se realizará en el Amazonas brasileño en noviembre de este año y la posibilidad de que el ejército de Brasil sea partícipe también de una agresión contra Venezuela. Pero nuestro entrevistado lo considera poco probable. Porque es un ejército más nacionalista que el colombiano y porque "la fuerza armada colombiana tiene la experticia de más de 50 años de guerra contra las FARC y el ELN. Es un ejército probado en la guerra y sí podría ser una amenaza grande contra Venezuela".
Gilberto manifiesta su confianza en el poder del pueblo venezolano para derrotar al imperialismo a pesar de todos sus planes e iniciativas, y es tajante al definir la importancia geopolítica de defender la Revolución Bolivariana: "Guardando las distancias y los resultados finales de lo que fue, Venezuela es la España del 36. Es decir, aunque España fue derrotada demostró que la lucha contra el fascismo era posible. (…) Hoy estamos frente al fascismo del siglo XXI, este terrorismo global de Estado, esta Iniciativa Minerva, estos intelectuales al servicio del Imperio. (…) Si cae Venezuela, olvídate. Por eso, no sólo hay que apoyar a Venezuela por ella misma, sino que hay que apoyar a Venezuela por todos los pueblos de la América Nuestra. Por Cuba, por todos los países del Caribe que se atreven a votar en la OEA en contra de la iniciativa de Almagro. La lucha de Venezuela es la lucha de México, la lucha de Centro América, es la lucha de todos. Por eso es tan importante defender a Venezuela. Eso es lo que no ha entendido esa izquierda intelectualizada, académica, que son la nueva corporación extractivista, como el narcotráfico".
Una semana después de la entrevista aparece en la televisión el vicepresidente de los Estados Unidos. A su lado se encuentra un egresado de la UK que habla sobre buscar salidas "ojalá democráticas a la crisis en Venezuela". Se trata de Juan Manuel Santos, actual presidente de la República de Colombia. Su paso por Kansas puede ser una casualidad más, pero también puede ser un dato que triangule la Doctrina Damasco, la Iniciativa Minerva y los planes intervencionistas contra Venezuela. Ante la duda, recuerdo una frase lapidaria de Gilberto López y Rivas durante esta entrevista: "En cuestiones de inteligencia no hay casualidades".

miércoles, 29 de agosto de 2018

Aumento de la gasolina: cifras, contrabando y temores en Colombia

El presidente Nicolás Maduro ha señalado con suma insistencia la superación de la crisis económica venezolana mediante un reseteo a la estructura, planteando, para empezar, un reacomodo de la política monetaria y una reorientación del aparato rentista petrolero. Desde el 20 de agosto arrancará una nueva reconversión cambiaria y un nuevo cono monetario, al unísono de la ya efectuada derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios.
Los anuncios que realizara el presidente Maduro el pasado 28 de julio también apuntaron a una reversión de las asimetrías existentes en el precio de la gasolina, convocando a un censo nacional del parque automotor venezolano que ha registrado ya más de 1 millón 500 mil propietarios de diversos tipos de unidades.
Esos anuncios suponen un replanteamiento de la política económica, que en el caso de la gasolina expone un caudal de datos y cifras indispensables. Más allá, es necesario comentar los bemoles políticos nacionales y los que trascienden más allá de nuestras fronteras.
Es necesario también sopesar estos elementos por venir acompasados con el intento de magnicidio que sufriera el presidente recientemente. Como él mismo lo señalara, el intento de su asesinato estaría vinculado con el detonante que sería el viraje económico propuesto y que, según sus palabras, reestablecería nuevos equilibrios en la economía venezolana.

La gasolina en cifras

Producción. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) señaló que Venezuela produjo durante 2017 un promedio de 179 mil barriles diarios de gasolina, el equivalente a unos 26 millones 850 litros de gasolina al día (a razón de 150 litros por barril). Una cifra que, acorde a las estadísticas que PDVSA ha ofrecido a la OPEP, representa 12% menos que el año previo.
El descenso en la producción de gasolina viene justificado por la falta de divisas debido a los decaídos precios petroleros durante los últimos cuatro años, además, el boicot a los sistemas de procura internacional para la refacción de la infraestructura de refinación de crudo, cuyas tecnologías son dependientes de Estados Unidos.
Consumo. Datos de la OPEP dan cuenta de que, para 2017, en Venezuela se consumió un promedio de 195 mil barriles diarios de gasolina, unos 29 millones 250 mil litros. A la luz de las cifras de producción de gasolina en el país, es evidente que Venezuela recurrió durante el año pasado a la importación de unos 26 mil barriles de gasolina al día. Según el sitio web Banca y Negocios, este sería el sexto año consecutivo de déficit de la producción nacional frente al consumo interno.
Precio. Venezuela tiene el deshonroso primer lugar en el mundo de la gasolina más barata. Tan barata que su precio es irrisorio. El presidente Maduro afirmó el pasado 28 de julio que "decir que en Venezuela la gasolina se regala es poco, pagamos por echarla. Aquí la gasolina no vale nada. Pero decir eso es mentira, sí vale mucho, la paga el Estado".
En cifras, el precio actual de la gasolina de 91 octanos es de 1 bolívar fuerte. Con 1 dólar, al precio oficial más alto (en este momento de 2 millones 900 mil bolívares a tasa para remesas), es posible comprar 2 millones 900 mil litros de gasolina de ese octanaje. Suficiente combustible para recorrer la Tierra unas 2 mil 500 veces.
Actualmente en Venezuela se paga por 1 litro de gasolina de 95 octanos sólo 6 bolívares fuertes. El precio de esa gasolina en dólares, acorde a la tasa oficial para remesas, sería entonces de 0,000002 dólares, mucho menos de un centavo de dólar.
Si para ambos casos se emplea como factor de conversión el tipo de cambio paralelo, el precio de la gasolina venezolana sería aún más irrisorio en dólares.
Monto del subsidio. El precio artificialmente bajo o más bien gratuito de la gasolina venezolana es posible gracias a la política de subsidio ejecutada por el gobierno venezolano. No obstante, la política de no impactar los bolsillos de la población e intentar contener (efímeramente) en la baja las estructuras de costos asociadas al transporte, ha generado un serio daño a las finanzas nacionales. De acuerdo con un informe financiero de PDVSA, para los años 2014 y 2016 el subsidio generó una pérdida neta de 24 mil 549 millones de dólares. Una cifra menor al total del equivalente por pagos de servicios de deuda externa del país en los próximos tres años.
Douglas Barrios, investigador del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, refirió para el medio Prodavinci que "en los últimos 15 años hay un monto acumulado que ronda los 135 mil millones de dólares" en pérdidas por el subsidio.
Costo adicional. Además del altísimo costo neto del subsidio, es indispensable sopesar el costo de oportunidad, o lo que deja de ganar el país si la gasolina venezolana se distribuyera al extranjero a precio internacional, a razón de unos 0,85 dólares (precio promedio en Estados Unidos) por litro. Si Venezuela exportara unos 50 mil barriles de gasolina al día a ese precio, en lugar de consumirla en el país a los actuales precios, la nación recibiría un ingreso neto de casi 2 mil 400 millones de dólares en un año. Un 20% más que la cifra estimada por ingresos proyectados por el Arco Minero del Orinoco para 2018.
Beneficiarios del subsidio. Estrictamente por la gasolina subsidiada, hay dos grupos de beneficiarios. Quienes poseen vehículo particular, los cuales se benefician directamente, y quienes se benefician indirectamente por servicios de transporte público (empresas estatales) y transporte por operadores privados con servicio al público (estos últimos mal llamados comúnmente "transporte público"). El asunto es que el precio artificialmente bajo del combustible no siempre se ve reflejado en las tarifas de los operadores privados, las cuales están en estos tiempos hiperinflacionarios constantemente al alza por múltiples razones, como la especulación y el costo de mantenimiento de las unidades.
Pero el asunto es más intrincado. Según Douglas Barrios, la población venezolana es apenas el 65% de la población beneficiada del subsidio. Afirma que el 45% de la población beneficiada restante está fuera de las fronteras venezolanas, especialmente en Colombia, debido al flagelo del contrabando.
Contrabando. En septiembre de 2014, el entonces presidente de PDVSA Eulogio del Pino señaló que la cifra de contrabando de gasolina se ubicaba entre unos 50 y 100 mil barriles diarios. Cifra difícil de esclarecer milimétricamente por las denominaciones y modalidades de este flagelo que, seguramente, se ha acelerado en los últimos años al profundizarse las asimetrías cambiarias que lo generan.
El presidente Maduro, a sólo horas luego del intento de magnicidio, apuntó que el país sólo el año pasado habría perdido unos 6 mil millones de dólares por este flagelo favorable a Colombia. Si decantamos esa cifra, dividiendo 6 mil millones de dólares entre 0,85 dólares (precio estadounidense de la gasolina), la cifra del contrabando en litros sería de 7 mil 58 millones de litros anuales, unos 19 millones 339 mil litros al día. Una cifra más grande que la que ofrece Douglas Barrios.

El aumento de la gasolina en Venezuela y su impacto en Colombia: ¿combustible de magnicidio?

El presidente Maduro no tardó en señalar a Juan Manuel Santos y a altas esferas de la parapolítica colombiana por estar detrás del atentado que sufrió. Sobre este hecho confluye el eje paramilitar, la mano de Álvaro Uribe y el despliegue de los operadores que en el corredor fronterizo facilitaron la logística de los autores materiales del atentado fallido, como han revelado las investigaciones de la Fiscalía venezolana sobre este caso.
Veamos lo siguiente. En Colombia tienen muy claro lo que significaría, en pérdidas, el arbitraje del Estado venezolano para sustituir el actual modelo de subsidio a la gasolina y otorgarlo en cambio a los consumidores. Ese es el esquema que se tendría previsto, según lo asomado por Maduro al hacer sus anuncios en esa materia, cuestión aún por aclarar al detalle.
La paraeconomía colombiana, estructurada alrededor del corredor fronterizo colombo-venezolano, tiene una clara asociación al flujo de la gasolina del contrabando. Si la gasolina venezolana fuera colocada a precios internacionales, el contrabando podría sufrir un serio revés.
La cifra va mucho más allá de los 6 mil millones de dólares por contrabando de gasolina señalado por Maduro, pues del combustible se derivan otros negocios; uno de ellos es el narcotráfico. En junio de este año, las autoridades de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas en Estados Unidos (ONDCP, por sus siglas en inglés) revelaron un significativo aumento de la producción de cocaína en Colombia, pasando de 772 toneladas métricas de la droga producidas en 2016 a unas 921 toneladas métricas estimadas para 2017.
La gasolina de contrabando desde Venezuela, por su bajo costo, es un ingrediente fundamental para la producción de la pasta de cocaína en Colombia, el mayor productor de esa droga en el mundo. Un kilogramo de cocaína demanda unos 10 galones (unos 37,8 litros) de gasolina para su producción. Esto quiere decir que la producción de cocaína en Colombia, el año pasado, demandó unos 9 millones 210 mil galones de gasolina, unos 34 millones 813 mil litros de combustible que seguramente provenían desde Venezuela.
La afectación a las estructuras de costos del narcotráfico, y además las ganancias que los contrabandistas podrían dejar de percibir en Colombia, serían abismales, si Venezuela equipara el precio de su combustible con el de la nación vecina. Ni hablar de las derivaciones en el lavado de capitales y caída del flujo de circulante monetario en el eje fronterizo, de ocurrir un quiebre en esos paranegocios propiciado por medidas desde el lado venezolano. Es decir, hay actividades legales, movilización de bienes y servicios del lado colombiano, que también caerían con las actividades ilícitas. Una cifra que, en conjunto entre las actividades lícitas e ilícitas, se podría estimar en unos 12 mil millones de dólares al año. El equivalente a casi la mitad de lo que ingresó a Venezuela en 2017 por exportaciones petroleras.
Por otro lado, hay un componente agregado muy significativo. La economía colombiana en conjunto necesita y necesitará el ingreso de gasolina de contrabando en su eje oriental, por la caída estructural de la producción interna de crudo. En diciembre del pasado año, el presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos de ese país, Orlando Velandia, señaló que las reservas de crudo "tienen un horizonte de 4 años ó 4 años y medio".
Esto quiere decir que Colombia, a menos que descubran cuantiosos nuevos yacimientos petroleros, perderá suficiencia petrolera y, en consecuencia, tendrá que importar crudo para el suministro interno de combustibles, preámbulo de un estallido social en ciernes por el aumento de los costos del combustible en ese país, pues ya tiene una de las gasolinas más caras del mundo, sin ningún tipo de subsidio.
Las referencias al recrudecimiento del belicismo contra Venezuela y el patrocinio de un magnicidio contra el Presidente venezolano desde Colombia, señaladas estas razones económicas, son más que sobradas como algunos causales concretos. He allí que las acusaciones de Nicolás Maduro no son en absoluto destempladas.
Por otro lado, resolver la asimetría profunda del precio de la gasolina en Venezuela, cuestión que no sería inmediata, supone para la política económica del Gobierno emplear una estrategia de un nuevo (y también costoso en bolívares) tipo de subsidio para hacer efectiva su política de resguardo del combustible venezolano, para reequilibrar la estructuras de costos de PDVSA e incluso generar nuevos ingresos al fisco. Una tarea ardua que Maduro ha señalado como "un nuevo comienzo económico", o fórmula para la superación del modelo rentista-petrolero. Una arista para la recuperación económica.

¿Hacia dónde apunta el Plan de Ahorro en Oro lanzado por Maduro?

Este 27 de agosto, en el marco de la agenda de recuperación económica emprendida por el Gobierno venezolano, el presidente Nicolás Maduro anunció un plan de ahorro nacional en oro y petro. Los efectos económicos que persigue esta medida apuntan directamente al comportamiento del dólar paralelo.

La medida y un detalle simbólico a percibir

Desde la Casa de la Moneda, en el estado Aragua, Maduro anunció que a partir del 11 de septiembre, en una primera etapa de este plan, el Banco Central de Venezuela venderá certificados del metal precioso en presentaciones de 1,5 y 2,5 gramos.
Según complementó el ministro de Industrias y Producción Nacional, Tareck El Aissami, la presentación del lingote de 1,5 gramos costará 3.502 bolívares soberanos, mientras que el de 2,5 gramos tendrá un precio de 5.837 bolívares soberanos. Los mismos serán custodiados por el Banco Central de Venezuela, siendo el certificado (con vencimiento a un año) la representación de las láminas de oro obtenidas por el comprador.
El plan va dirigido a pensionados y trabajadores de todos los sectores del país, quienes podrán acceder a los certificados a través de las cajas de ahorro y el Carnet de la Patria. El presidente Maduro también adelantó que este será el mecanismo con el cual, en las próximas semanas, podrán convertir sus bolívares soberanos en petro para complementar el plan de ahorro utilizando la criptomoneda venezolana.
A su vez, el presidente del Banco Central de Venezuela, Calixto Ortega, indicó que el certificado podrá utilizarse como respaldo para solicitar créditos en la banca pública y privada.
Si bien el presidente Maduro había adelantado esta medida el día de ayer en el marco de la Plenaria Informativa del IV Congreso del PSUV, fue en la Casa de la Moneda donde fueron lanzadas oficialmente.
Esta institución ubicada en Maracay, estado Aragua, forma parte del Banco Central de Venezuela y es el ente encargado de producir los billetes y acuñar las monedas de curso legal en el país.
Al realizar los anuncios desde la Casa de La Moneda, Maduro y el directorio económico intentan simbolizar que el Estado se encamina a restituir su papel como actor central de la política monetaria del país, en menoscabo de los agentes paraeconómicos que operan detrás del mercado del dólar paralelo.
Un mensaje que encuadra con exactitud el momento político y económico que vive el país: la necesidad de restituir la autoridad del Estado o la expansión del caos económico como herramienta política para derrocar al chavismo del poder.

Orientaciones y objetivos de esta medida. ¿Por qué el oro?

En términos generales la medida va dirigida a favorecer a la amplia mayoría del país que basa su cotidianidad económica en el bolívar, tanto en sus ingresos regulares como en la realización de sus transacciones diarias.
Durante los últimos años, producto de la guerra financiera contra la moneda, la tenencia de bolívares ha sido susceptible a una devaluación agresiva, por lo que el lanzamiento de este instrumento de ahorro busca conservar el valor del patrimonio de las familias venezolanas y revertir la tendencia de la depreciación del signo monetario nacional.
El uso específico del oro para este objetivo, dentro del plan de recuperación económica, viene dado por sus características.
Ha sido utilizado históricamente como un mecanismo de protección ante la inflación, debido a que mantiene su valor y estabilidad por largos períodos de tiempo; una condición con la que no cuentan las llamadas monedas fiat o fiduciarias, como el dólar, que al ser emitidas sin respaldo orgánico en la economía real tienden a devaluarse con el tiempo, al mismo tiempo que genera una inflación en los precios.
Su existencia limitada en el mundo y durabilidad en el tiempo por sus características naturales, son algunos de los componentes que hacen al oro un depósito de valor, que crece con el tiempo, frente a las monedas fiduciarias.
El economista Vicent Tie, quien forma parte de la empresa BullionStar, encargada de servicios de almacenamiento y compra-venta de metales preciosos, define con sencillez cómo el oro ha mantenido -y aumentado- su valor a través del tiempo en comparación con el dólar.
"Si hubiera enterrado (en 1940) 1 onza de oro y 35 dólares estadounidenses en el suelo y excavado ambos artículos hoy, puede ver qué tan bien el oro ha preservado su poder adquisitivo. 35 dólares estadounidenses desenterrados y utilizados hoy le permitirán comprar bienes y servicios por menos de ese valor. 1 onza de oro desenterrado tendría un valor de aproximadamente 1.400 dólares estadounidenses hoy".
El enfoque de las medidas de recuperación económica tiene como objetivo central debilitar la influencia del dólar paralelo sobre el valor de la moneda venezolana, y en consecuencia, reflotar el poder adquisitivo de la población.
En este sentido, el lanzamiento del nuevo DICOM con una tasa flotante, la supresión de la Ley de Ilícitos Cambiarios para flexibilizar la compra-venta de divisas en el país, la instalación de casas de cambio en toda la geografía nacional y el anclaje -monetario y cambiario- del bolívar soberano al petro y la reforma fiscal y tributaria acompañada de un plan de déficit cero, forman parte de un conjunto de acciones que van en esa dirección.
El plan de ahorro presentado por Maduro, como medida complementaria, se prefigura como un mecanismo para preservar el valor del bolívar, cambiando la tendencia dominante hasta ahora con los efectos ya conocidos sobre la inflación: utilizar los bolívares para comprar dólares en el mercado paralelo; un círculo vicioso que devalúa permanentemente la capacidad de compra de la moneda nacional.
Concretamente, este plan procura ralentizar el flujo de bolívares hacia el mercado negro de divisas (en busca de preservar su valor). Se intentará redirigir este flujo hacia alternativas no inflacionarias como el oro y el petro, mientras este último se busca perfilar como una divisa para el intercambio comercial particular o empresarial fuera de nuestras fronteras.
El poder del dólar paralelo en los últimos años ha radicado en haberse convertido en la única alternativa para mantener el valor del bolívar y acceder a una divisa convertible.

Los vientos geopolíticos a favor, reservas, bloqueo financiero y el factor oro

El 20 de marzo del año en curso, el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, informó que la minera canadiense Gold Reserve certificó una parte de las reservas de oro de Venezuela, ubicando al país como la cuarta mina más grande del mundo.
En sólo una franja del Arco Minero del Orinoco, la minera certificó 1.480 toneladas de oro, equivalentes a 54.300 millones de euros, según informó Rodríguez. Es probable que las reservas puedan duplicar esa cifra en una próxima certificación, lo que potenciaría su carácter estratégico en la economía mundial y, en consecuencia, su utilización para blindar la economía venezolana y sus relaciones financieras internacionales por fuera del sistema dólar.
El proyecto del Arco Minero fue oficializado en 2016, abarca un área de 111.846,86 km (12% del territorio nacional) y comprende el norte del estado Bolívar, el noreste de Amazonas y parte de Delta Amacuro. El año pasado el ministro para el Desarrollo Minero Ecológico, Víctor Cano, informó que los recursos del Arco Minero del Orinoco -oro, coltán, diamantes, entre otros- podrían ubicarse en 1,6 billones de dólares.
Este proyecto estratégico fue diseñado para reordenar las minas al sur de Venezuela, zonas propensas por su configuración a reproducir situaciones de violencia criminal y precarización económica y social de sus habitantes. Regularizar la situación de las trabajadores bajo un esquema de minería artesanal apoyada por el Estado ha sido un aspecto central de este plan.
Los resultados están ligados a una reducción de la violencia en las minas y una concentración cada vez mayor de oro en las reservas del Banco Central de Venezuela. Con el interés de mantener estos avances, el presidente Maduro ordenó la reestructuración de la Corporación Venezolana de Guayana, MINERVEN (compañía estatal de extracción y refinación de oro).
"He decretado una reestructuración profunda y completa de la empresa MINERVEN que tiene muchos vicios internos, para que produzca todo el oro que necesita la Patria", argumentó el primer mandatario nacional.
El oro ha sido fundamental en la construcción de relaciones con Turquía. Según un informe reciente presentado por el banco Torino Capital, los convenios con esta nación han permitido aumentar la refinación y exportación de oro por el orden de los 779 millones de dólares, entre enero y mayo del año 2018. Esta entrada de recursos, con base en el oro, logró eludir las sanciones financieras impuestas contra Venezuela.
Este movimiento a nivel geopolítico de Venezuela, coincide con las compras masivas de oro por parte de China, Rusia y las demás naciones que conforman los BRICS. Las potencias emergentes han encontrado en el oro un mecanismo para proteger sus finanzas de la inestabilidad del dólar (desdolarización), un instrumento para apalancar sus economías y un dispositivo para esquivar sanciones y bloqueos financieros ejecutados por Washington.
Reporta el portal financiero Zero Hedge que Rusia se ha convertido desde 2015 en el quinto país con mayores reservas de oro del mundo (agregando más de 1.000 toneladas a su Banco Central en los últimos años), mientras que China ha aumentado sus compras en 775 toneladas, con el objetivo de apuntalar su proyecto "Petroyuan", con el que intenta desplazar al dólar como única moneda transable en el mercado energético mundial.
Desde el año 2016, los BRICS han venido impulsando una plataforma de comercio interregional basado en el oro con el objetivo de saltarse el sistema dólar y las restricciones políticas que suele imponer Estados Unidos a sus adversarios geopolíticos.
Es importante recordar que el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, pidió el pasado julio formar parte de los BRICS, toda vez que podría utilizar sus potenciales económicos y sus reservas de oro para eludir la creciente presión financiera estadounidense, la cual ha traído como consecuencia la devaluación de la lira turca.
Este proceso, unido al caos sistémico y geopolítico que impera en la actualidad, se une al ocaso del liderazgo internacional de Estados Unidos y a la fractura del consenso monetario global basado en el uso del dólar.
En este sentido, potencias emergentes como Rusia y China han aumentado sus reservas de oro para proyectar una nueva plataforma de comercio internacional basado en metales preciosos, sin negar que las criptomonedas pudieran cohabitar, con el objetivo de edificar un nuevo consenso monetario donde la riqueza de los países esté cimentada en los recursos naturales y no en la acumulación de la moneda estadounidense.
Venezuela intenta utilizar sus recursos naturales para sí, al igual que China y Rusia, esquema que contraviene la mecánica de saqueo transnacional donde la "riqueza" parte de la opresión de la deuda y la apertura de los países a las transnacionales occidentales.
Ese es el conflictivo marco geopolítico en el cual Maduro lanzó el plan de ahorro nacional basado en oro y petro; se inserta de esta forma en una poderosa corriente geopolítica que está aumentando exponencialmente sus reservas de oro, lo que le otorga a Venezuela un mercado para recibir dinero líquido esquivando las sanciones de la Administración Trump, pero que también intenta con el metal precioso crear una plataforma para inhabilitar la presión financiera estadounidense.
Entender cómo se desarrollan las medidas económicas planteadas por Maduro en el plano geopolítico es clave. Porque será ahí donde se definirá el futuro político de Venezuela.