Humberto Gómez García
Como suele ocurrir los hechos rebasan los proyectos cuando están anidados en el corazón y el sentimiento colectivo y eran un clamor popular de años. El problema de la invasión silenciosa del narco paramilitarismo uribista, terrorista y criminal. La construcción de una superestructura empresarial ilícita, binacional, colombo-venezolana. El desarrollo e impulso de una economía paralela por parte de sectores del paraestado colombiano y de sectores empresariales mafiosos de la oligarquía. La creación de la industria transnacional del contrabando que fue andando de manera paulatina hasta convertir toda aquella estrategia en la guerra económica, precisamente cuando arriba Nicolás Maduro a la presidencia de la República.
¿Estaba el país, el Gobierno, nuestro pueblo preparado para esta brutal guerra económica, para resistir las arremetidas de la burguesía interna con su política de generar una inflación artificial, la desaparición de los productos de primera necesidad, el encarecimientos de éstos por los bachaqueros, una de las ramas de esa industria y, lo no menos grave, activar en gran escala la industria del contrabando como ha ocurrido y la guerra del dólar paralelo?
No estaba totalmente preparado el gobierno, la permanencia del fenómeno, de la abierta guerra económica y la guerra del dólar en el tiempo así lo indica. Más de dos años de la carestía, los alimentos escondidos, las insoportables colas, las clandestinas y subversivas alzas cotidianas en todos los productos en abierta burla al gobierno, incluso en los precios marcados en los productos –¿quién dentro del gobierno, del ministerio de alimentación o del ministerio de economía autoriza esas brutales alzas dolarizadas –guiándose por la página ‘dólar today’– política que le hace el juego a la derecha extrema y fascista y a la oligarquía? –. Absolutamente todo el comercio se dolarizó y la mentalidad especulativa, avariciosa, insensible, individualista y perversa se extendió a todos los estamentos comerciantes de la burguesía y la pequeña burguesía o clase media.
Son indiscutibles los esfuerzos hechos por el gobierno para resolver el problema. Sin Pdval y Mercal, los mercados a cielo abierto, el abastecimiento a los comercios privados –farmacias, super mercados, etc.– los acontecimientos hubiesen derivado en situaciones probablemente de descontento violento, azuzado por los grupos fascistas. Pero con todo no está conjurado el peligro, y uno se pregunta: ¿cómo es posible que todos los productos alimenticios y de primera necesidad que trae el gobierno terminen en Cúcuta, Medellín y todas las ciudades colombianas incluida Bogotá o en los depósitos clandestinos de los bachaqueros?
¿De dónde sale la gasolina, los cientos de camiones con miles y millones de litro que se van para Colombia si no es de los llenaderos de Pdvsa? ¿No es Pdvsa una empresa del Estado venezolano? ¿Tanto poder tienen esas mafias conspiradoras, antinacionales que son indetectables e indetenibles por el Gobierno, por la GNB en las fronteras, pero además abastecen el bachaqueo de gasolina, las pimpinas que bajan por el río Limón en el Zulia y forman, además, parte de la industria del contrabando? Más de dos millones diarios de litros de gasolina salían diariamente hacia Colombia por todas la frontera, ríos y trochas.
‘Fama de América’ es una empresa procesadora de café en manos de los trabajadores. ¿Se puede conseguir ¼ , medio kilo o un kilo de café ‘Fama de América’? Si no es con los bachaqueros que los venden a Bs. 250, a 500 y a 1000 el kilogramo no se puede beber café. Claro, los expendios de comida, areperas, siempre tienen la taza de café a 60 bolos la taza y a 35 el pequeño. ¿Quién autorizó esas alzas, ‘dólar today’, de un producto que es nacional? No hablemos del agua embotellada que cada negocio la vende al precio que le da la gana.
El 61% de la población venezolana está de acuerdo con las medidas tomadas por el gobierno de cerrar la frontera en Táchira, Zulia y Apure y decretar el Estado de Excepción. Esa era una medida esperada hacía mucho tiempo, baste ver en los videos las declaraciones y entrevistas de la gente del pueblo que han sufrido las consecuencias nefastas del contrabando de todo género de productos que se los llevan un ejército de bachaqueros colombianos, el paramilitarismo y sus horrendos crímenes, la carestía, el sicariato, y la falta de productos que se los llevan por toneladas, precisamente con la infraestructura creada por la industria internacional del contrabando. Esa fue una inesperada y sorpresiva medida política que dejó atónita a la oligarquía colombiana, al narco paramilitarismo uribista y la burguesía antinacional venezolana. Como se dice, la dejó clara y sin vista.
En el ánimo popular está no sólo el apoyo a las medidas tomadas por Nicolás sino al ver sus importantes resultados y éxitos. Asombrados y estupefactos por los descubrimientos hechos por las FANB de fosas comunes de crímenes de patriotas venezolanos y colombianos hechos por los paramilitares. La infraestructura para esconder pipas con gasolina, alimentos, materiales estratégicos. La utilización en la Goajira venezolana de 6 mil niños como mulas y vendedores de garrafas de gasolina, quienes sufren graves enfermedades de la piel, de los pulmones, del estómago, por la gasolina que inhalan o tragan o se les derrama en la piel. El incremento de la industria del narcotráfico. Por eso, y mucho más, el pueblo aplaude la medida y desea que no se levante porque es mucho lo que hay que reconstruir. Hay que levantar en verdadera frontera de paz.
Pero en todo esto el gran perdedor ha sido Venezuela. Baste ver la brutal y monstruosa manipulación del bolívar en Cúcuta y otras zonas fronterizas que de 300 pesos por bolívar al cambio oficial en Cúcuta las casas de cambio dan 4 y medio pesos por bolívar, es decir, tienen la potestad legal de devaluar a su antojo nuestra moneda y siguiendo las orientaciones que desde Miami trazan quienes quieren destruir al país.
¿Cuántas han sido las mil millonarias pérdidas en dólares que ha tenido la oligarquía colombiana, las mafias narco paramilitares con el cierre de la frontera?
Si deja de pasar un millón diarios litros de gasolina, sólo en San Antonio del Táchira, otro millón medio por la La Goajira que revenden los pimpineros o las mafias a Ecopetrol y esta la redistribuye en Colombia como elaboración propia y la vende al exterior en dólares. Ya por ese concepto las pérdidas son cuantiosas, imaginemos la pérdida porque ya no pueden contrabandear los alimentos, el cemento, las cabillas, el cobre, etc., etc., etc. Pérdidas totales incalculables y el rebrotar de una profunda crisis social de una zonas que se van a deprimir y no es de sorprender que en el mediano plazo se produzcan significativas explosiones sociales que el gobierno no podrá evitar, porque en Colombia la pobreza en esas zonas y en el campo es extrema. Son ciudades parásitas que no producen nada. Ya es hora que ese pueblo se organice y luche por sus derechos o no se pervierta, se deje manipular o esclavizar por el paramilitarismo uribista y oligarca. Derrocar ese modelo.
Encuentro cara a cara
¿Qué va a plantear el sibilino y cínico presidente Santos, que viene siguiendo las instrucciones, entre otros, de ese sector oligárquico que está perdiendo cuantiosas sumas que y de sus amos imperiales?
No son solamente las pérdidas por el contrabando, son las importaciones, los negociados donde siempre la balanza de pagos se inclina groseramente en favor de los empresarios burgueses colombianos. Venezuela ha sido siempre pendeja, tonta, es la que siempre da concesiones, y Nicolás debe ponerse las pilas y no dejar que esa víbora que es el presidente colombiano, el mismo que dirigió la agresión a Ecuador, lo invadió buscando en caliente a un jefe guerrillero, lo envuelva con su leguaje hipócrita y haga promesas que no va a cumplir, sólo quiere ganar tiempo, que se abra la frontera para después discutir lo demás.
Santos va a pedir que se levante el cierre de las fronteras, quizás presente algunas hipócritas excusas por un problema que ha creado Colombia. Que se permita de nuevo el libre tránsito de vehículos para que se trasiegue nuevamente el millón de litros de gasolina, los cauchos, las baterías, los repuestos, que miles de bachaqueros vayan a hacer su “mercadito” con la comida del pueblo. Tal vez no se atreva a decirle a Maduro que el contrabando se debe a que aquí los productos son muy baratos por los subsidios, como hizo la insolente cancillera colombiana. A lo mejor tiene el tupé de decir que el gobierno de Venezuela violó derechos humanos de los pobres indocumentados, muchos paramilitares, contrabandistas, violadores de la ley. O dé por cierta la inexistente violación del espacio aéreo colombiano.
Nicolás Maduro debe ser muy duro, firme, contundente, como ha sido desde que comenzó la crisis. No dar concesiones menos de principios. Reclamarle a Santos que cómo es posible que el presidente de un país tolere la agresión mediática, pública, manipulada, reiterada, cotidiana por todos los medios de comunicación y en la calle, en las plazas Bolívar de diferentes ciudades contra el presidente de un país que se supone hermano, con una misma historia libertaria independentista. Reclamarle las agresiones a nuestros consulados y Embajadas por grupos paramilitares y representantes de la oligarquía afectados en sus intereses económicos ilícitos por el cierre de la frontera con la anuencia de los cuerpos policiales.
Exigir la eliminación de las 500 Casas de Cambio existentes en Cúcuta y la derogación de la medida Nº 8 del Banco Nacional de Colombia que legaliza la manipulación de la moneda venezolana. Eso es no sólo inadmisible, sino una agresión deliberada a la economía venezolana y un acto absolutamente inamistoso. Allí no se debe transigir. El gobierno colombiano verá cómo lo de hace pero ese decreto debe ser derogado, porque afecta incluso el comercio normal entre los dos países y lesiona nuestra soberanía monetaria.
Exigirle a Colombia que cuide los 2000 kilómetros de frontera común. No puede el Estado colombiano deliberadamente dejar en manos de la delincuencia, el narco tráfico, el paramilitarismo, el contrabando, tan extensas zonas fronterizas de su país, allí manda la delincuencia. El parauribismo creó un estado paralelo porque el Estado central sencillamente no existe o lo domina la delincuencia como el actual alcalde de Cúcuta que es un paramilitar de alto rango. Su objetivo es y ha sido la anexión de estados venezolanos como el Táchira, Mérida, Trujillo, Zulia, Apure, lo que ellos llaman “la media luna” que aspiran se tragará Colombia. Obvio, el gobierno venezolano va a endurecer sus políticas fronterizas, decidido a barrer el contrabando, exterminar el paramilitarismo y afianzar la soberanía con una importante presencia militar y social. Se va paz a refundar la frontera.
El presidente Maduro debe exigirle al gobierno colombiano el control de su población y el freno del éxodo masivo de colombianos a Venezuela. Ya con seis y medio millones de ciudadanos de ese país en el nuestro es más que suficiente. Eso trae muchos problemas sociales y afecta la atención de los venezolanos, sin contar que muchos de esos hermanos son abiertamente enemigos políticos del proceso revolucionario, proceso anticapitalista y socialista. Un alto porcentaje viene al comercio marginal, no tienen calificación laboral y el nivel cultural es muy bajo, sus aportes al país son pocos. Traen muchos vicios, mañas, vivezas, astucia y muchos se mueven en el mundo de la delincuencia. De Colombia se nos exporta pobreza y paramilitarismo, traído este último por la derecha fascista.
Venezuela apuesta por la paz en Colombia. En la medida que se consolide, por fin, la paz en el país neogranadino, bajará la tensión social en Venezuela. Vivimos o sentimos los coletazos de una guerra en otro país que no es nuestra. Ojalá se firme la paz y los acuerdos se cumplan, no que se busque la desmovilización de las Farc y el Eln, para después asesinarlos como hicieron con 5 mil dirigentes y activistas de la Unión Patriótica y mandar al carajo los acuerdos de paz como ansía el sátrapa y genocida Álvaro Uribe y el imperio.
Vamos a construir una frontera de paz. Seguramente una primera reunión no será suficiente, pero hay que empezar. (17/09/15) (humbertocaracola@gmail.com) (@hgcaracola)
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