Conocer el comportamiento garantiza un tratamiento
efectivo
Investigadores del Ivic estudian las estrategias que emplean las
diferentes cepas de la bacteria para instalarse en la mucosa esofágica
Altos de Pipe, 09 de septiembre de 2015 (Mariel Cabrujas
M.).-
Los mecanismos que emplea la bacteria Helicobacter pylori para recombinarse e
infectar al estómago han sido temas
de interés para la ciencia. Con el objetivo de aportar nuevos conocimientos sobre
este agente infeccioso, que perjudica la salud humana, los especialistas del
Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) pusieron su atención
en un área poco estudiada: su comportamiento en el esófago.
Este órgano también resulta afectado durante las
enfermedades gástricas ocasionadas por la bacteria, pues tiene la capacidad de
movilizarse hasta el esófago a través de la regurgitación o reflujo, uno de los
síntomas frecuentes en los problemas estomacales. Determinar la conducta del
agente infeccioso contribuye a la aplicación de un tratamiento efectivo y
reduce la posibilidad de reincidencia.
“Se conoce poco de H.
pylori en esófago a pesar de haber sido reportada. Tras la investigación
comprendimos que en este órgano actúan diferentes genotipos de la bacteria, sin
dominancia de alguno en particular, provocando una infección múltiple tal como
ocurre en el estómago. Sin embargo, opera de forma diferente en las dos mucosas”,
explicó la investigadora del Ivic y la autora principal de estos estudios
realizados en el laboratorio de Fisiología Gastrointestinal, Mónica Contreras.
Una de las explicaciones a esta variación se relaciona
con el comportamiento diverso de la llamada “isla de patogenicidad cag”, relacionada a la virulencia de la bacteria y responsable de
la mayoría de las complicaciones de salud asociadas a la infección.
Esta isla es el producto de la recombinación de cepas de
H. pylori y contiene 31 genes, entre los que se han
evaluado a tres en particular: cagA, cagE y virB11, por estar asociados con mayor virulencia y daños
inflamatorios en las mucosas.
A través de biopsias el estudio confirmó la infección
por H. pylori en el esófago de 80 de
los 97 pacientes evaluados, lo que representa 83% de los casos estudiados. Los
genes bacterianos de la “isla de patogenecidad cag” se encontraron en similar proporción, razón por la cual se
reduce el daño causado en la mucosa, en comparación con la afectación
desarrollada en el estómago, donde la isla es determinada por los genes
virulentos.
“Esto nos indica que la inflamación y daños severos del
esófago durante la infección de H. pylori
no es responsabilidad exclusiva de esta bacteria. Estas complicaciones
también podría estar asociadas a otros agentes y es posible que requieran un
tratamiento especial”, señaló Contreras y resaltó que la aplicación de una
terapia específica es de relevancia en estos problemas de salud, pues se ha
reportado resistencia de la bacteria a ciertos antibióticos.
En las investigaciones realizadas también participó el
personal científico del Ivic, María Alexandra García; Milagro Fernández; Fabián
Michelangeli; Ligia Abrante; Nelson Reyes; Héctor Rojas; Víctor Salazar y la
Magíster en Ciencias graduada en la institución, Karina Peña. De igual manera, el
equipo de trabajo cuenta con los aportes de Paula Suárez, de la Universidad
Simón Bolívar y Roberto Romero, del Servicio Oncológico Hospitalario del
Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss).
Sumar conocimientos
Identificar y caracterizar a una bacteria permite
comprender sus formas de actuar en los órganos que coloniza y por lo tanto,
diseñar estrategias para limitarlas. “Al iniciar el trabajo pensamos que
estudiar los genotipos de H. pylori
en esófago es pertinente para definir su estatus y comenzar a visualizar
mecanismos de control”, afirmó la Magíster en Ciencias – mención Microbiología
– del Ivic y una de las autoras de la investigación, Karina Peña.
En búsqueda de nuevos conocimientos en torno a este
tema, el grupo de investigadores del Ivic también se propuso evaluar la
conducta de la bacteria en poblaciones rurales y urbanas de Venezuela. Para
ello, se tomaron 72 muestras de pacientes que reportaban síntomas frecuentes en
la infección de la consulta del Hospital Oncológico Padreo Machado- ubicado en
Caracas- y 39 muestras de pacientes del
servicio de Medicina Interna del Materno Infantil “Dr. Oswaldo Brito,” en el
estado Delta Amacuro.
En el estudio, publicado en julio de 2015, se detectó
H. pylori en 55% de los pacientes del centro hospitalario urbano, mientras que
en el rural se registró en 87,2% de los examinados. De igual manera, los
resultados arrojaron que el genotipo cagA
– uno de los presentes en la llamada “isla de patogenicidad cag” – fue hallado en 51% de los casos
urbanos y en 62% de los casos rurales.
La investigación demostró que existe una mayor
presencia de H. pylori en la población rural del país, posiblemente por las
bajas condiciones de salubridad en los entornos lejanos a las zonas
urbanizadas.
“En gran medida la detección está asociada al estatus
socioeconómico. Los pacientes en las zonas rurales tienen mayor riesgo a
desarrollar con el tiempo daños más fuertes en las mucosas gástricas, porque no
se tratan a tiempo”, indicó la investigadora del Ivic, Mónica Contreras.
H. pylori se encuentra en el organismo de la mitad de la
población del mundo, según la Organización Mundial de Gastroenterología. Su
prevalencia demuestra una alta variación según la región geográfica y los
factores socioeconómicos, teniendo mayor presencia en los países en vía de
desarrollo.
Disminuir la incidencia de la bacteria no solo mejora
la calidad de vida de las personas afectadas, también reduce el riesgo de
padecer lesiones malignas como cáncer gástrico.
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