miércoles, 20 de marzo de 2019

Desertores de la FANB abandonados: Otra grieta al “Plan Guaidó”



En el contexto del 23 de febrero pasado, como uno de los objetivos primordiales de la estrategia estadounidense, se intentó fomentar la deserción del mayor número posible de efectivos militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) hacia el bando conformado por la oposición, cuya cara más visible hoy es la de Juan Guaidó.
Lograron que un pequeño grupo cruzara la frontera colombo-venezolana, que fue recibido en su momento por el mismo José Manuel Olivares de Voluntad Popular y otros diputados. Ese contingente, al cierre de esta nota, según números imprecisos de la Cancillería colombiana, llega a unos mil efectivos, lo que se traduce en apenas un mínimo porcentaje de los aproximadamente 230 mil efectivos que comprende FANB.
Prometieron a ese grupo de desertores facilidades de alojamiento, atención hospitalaria y alimentación en Cúcuta y sus alrededores, a cambio de ponerse a la disposición de una falsa comandancia liderada por Guaidó, quien regresó a Venezuela sin atender a estos militares tras una breve gira latinoamericana.
Desde entonces, colombianos residentes en ciudades y pueblos del Norte de Santander cercanos a la frontera han denunciado que tanto los desertores como miembros de “La Resistencia” se encuentran interrumpiendo la cotidianidad con acciones violentas, cuestión expresada por el alcalde del municipio Villa del Rosario, Pepe Ruiz: “Le pido a la fuerza pública que hagan los respectivos operativos para garantizar la tranquilidad y seguridad de los habitantes de la zona de frontera y las personas que a diario circulan por el lugar”.
Mientras tanto, desde la ONU, el embajador de Venezuela en esa instancia, Samuel Moncada, espetó a Elliott Abrams la creación de un ejército mercenario con “militares venezolanos desertores” como cortina de una operación de guerra irregular, sin embargo, luego de que este contingente ex-FANB se expresara estando “a la deriva y a la espera del presidente Guaidó”, las cosas no están saliendo a Washington como precisamente las proyectó.
Los abandonados de cara al futuro
Este fin de semana se congregaron algunos desertores para mostrar su descontento por la situación en que se encuentra aquel grupo en albergues facilitados por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), siendo uno de ellos el vocero, identificado como sargento Luis González Hernández, quien dijo a W Radio que la mencionada agencia pidió el desalojo de ese contingente de las instalaciones que prestaron al equipo de Juan Guaidó y a Colombia.
La petición más urgente, aparte de una respuesta a la situación que viven los desertores, es la exigencia de “la presencia de Guaidó, que dé la cara” ante los que compondrían su pretendido ejército particular.
José Manuel Olivares y Gabriela Arellano, enviados por la Asamblea Nacional en desacato a Cúcuta y Villa del Rosario “no han resuelto nada” en cuanto a este contexto. En medio de la desatención que ha tenido la oposición venezolana para con este grupo, cuyos integrantes exhortaron explícitamente a juntarse a su lado, tiene un síntoma preciso en la denuncia que hacen los desertores sobre los oídos sordos de Guaidó a sus peticiones.
En ese sentido, piden lealtad recíproca a la oposición venezolana.
Abandonados en Colombia sin mayor atención que la provista por las autoridades locales y ACNUR, ahora buscan el apoyo de medios colombianos para llamar la atención de la oposición venezolana y Estados Unidos, ya que por los canales regulares no reciben respuesta. Debido a este escándalo, precipitado por las malas estrategias de Washington, la Cancillería de Colombia fue obligada, por la presión, a emitir un comunicado sobre la situación de los desertores. Advierte que, a pesar de haber ayudado a este contingente, el gobierno de Duque necesita ayuda de la “comunidad internacional”.
Al no tener alternativas más allá de las proclamas de la Cancillería colombiana, la imagen que proyecta esta situación es la de negligencia y abandono de un núcleo de desertores que se colocaron a disposición del “gobierno paralelo”. La maniobra de Guaidó y su equipo se desarrolla en un vacío que suele dejar el antichavismo dirigente con relación a sus seguidores, quienes son continuamente engañados, confundidos y abandonados ante la caótica estrategia siempre dominada por el establishment estadounidense.
En otras oportunidades, la dirigencia opositora ha jugado con las expectativas de sus votantes y partidarios más fehacientes, dando esperanzas y altas posibilidades a sucesivos cambios de régimen que no logran concretarse. Desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia de la República Bolivariana en 2013, ninguno de los escenarios golpistas prometidos por el antichavismo se han podido concretar.
De esta manera, el mensaje a vox populi que dan a la FANB es el correcto si la estrategia consiste en disgregar toda energía y propósito para la mayor cohesión del ejército venezolano. El cambio de régimen, así, luce cada vez más lejano, situación cruzada con las expectativas de que una guerra irregular con efectivos desertores pudiera desvanecerse. 
Misión Verdad

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