Escrito por Editorial de ANNCOL
Creado en Martes, 02 Diciembre 2014 10:29
Creado en Martes, 02 Diciembre 2014 10:29
ANNCOL / 2014-12-02 / Es un gran pesar que “Chespirito” se haya ido para siempre, porque de lo contrario hubiera hecho el mejor programa de humor latinoamericano con el llamado “affaire Alzate”, y el “torcido” sartal de mentiras, que no se las cree ni siquiera el mismo general colombiano quien las contó.
ANNCOL no está interesado en hacer chistes con el “perro verde que asusta niños negros en un perdido caserío del Congo colombiano”, sino en hacer análisis políticos. La Política con mayúscula es lo nuestro y eso haremos:
1- Finalmente el cuento de la guerra antiterrorista aterrizó en donde debía aterrizar: en la política, pues las explicaciones de la captura del Titán Alzate, su buena compañía y sus “carabinas”, su rápida liberación por parte de las Farc, así como su renuncia solitaria a su altísima responsabilidad militar han sido políticas. El general, en su “versión libre” ante la prensa, la radio, la televisión y el cine, dijo entre otras cosas lo siguiente:
(……)”. El pasado domingo 16 de noviembre y luego de una reunión operacional llevada a cabo con el comandante departamental en las instalaciones de la Policía Nacional, el comandante de la Brigada 15, y las secciones de inteligencia de nuestras Fuerzas, me informé de la situación operacional y de inteligencia del área y procedí a visitar el corregimiento de Las Mercedes, adoptando unas medidas de seguridad que incluían: desinformación de mi ruta y destino final, no acompañamiento de mi anillo de seguridad y manejo del más bajo perfil, razón por la que iba vestido de civil y sin armamento. Para mi es importante enfatizar que adicional al bajo perfil, Para mi es importante enfatizar que adicional al bajo perfil, usé vestido de civil para fortalecer la confianza con una comunidad que merece toda nuestra atención, acercamiento y compromiso”(…..)
De esta increíble disculpa, se deben resaltar dos cosas:Primero, que “la natural prevención y falta de confianza de algunas comunidades de este departamento” (Sic!) hacia el ejército colombiano aducida por el general, demuestra definitivamente lo que ANNCOL ha venido sosteniendo desde hace más de una década; que el sobredimensionado ejército colombiano opera como una fuerza de ocupación extranjera dentro de su propio país.
Segundo, que las maniobras de contra información, desinformación y demás astucias de Chapulín Colorado implementadas por el general, fueron consultadas al comandante de la policía del Chocó, el comandante de la Brigada 15 del ejército y las secciones de inteligencia de “nuestras Fuerzas” (sic). De donde se desprende la siguiente pregunta obvia:
¿Alguien de esas Fuerzas que también tiene intereses en la módica suma de 200 mil millones de pesos de manejo reservado que valen esas turbinas en el río Atrato (virtuales o inexistentes) para “darle electricidad a 230 comunidades chocoanas”, filtró la “movida cívico-militar” del Titán colombiano a sus amigos, y a sus enemigos?
¿Eran una simple acción cívico-militar de las tantas que diariamente realiza la Fuerza Pública en la guerra contrainsurgente, el verdadero objetivo del general, o hubo otra “causa” más íntima y humana que lo impulsó a hacer ese extraño paseo una tarde de aburrimiento en tan dulce compañía, y a esa “fe en la cusa” se refería el general al gimotear al final de su renuncia pública?
Y tercero, al observar la foto sonriente del general dándole voluntariamente su brazo al comandante Pastor Alape, y que después de tomada fue calificada como un “show mediático obligado” (¡Sic!) Fotos y videos de la escena al momento de su liberación en donde en ningún momento se ve coacción o presión o amenaza, lo menos que se puede pensar es que el general bien se hubiera podido negar a dejarse fotografiar con su adversario si esa no era su voluntad y no salir luego de que lo han vestido con una bonita y cara camisa, cuidado, alimentado y entregado salvo y sano, con la cobardía de que “me vi obligado”. ¡Tras de ladrón bufón!
2- El capo Uribe Vélez y su combo, en una repugnante maniobra de oportunismo político pretende culpar al presidente Santos como responsable de la lujuria del general, sobre la cual el hombre de carne y hueso no dijo nada y probablemente nada dirá por aquello del “honor militar”, sobre la cual Santos, la verdad sea dicha, no tiene control. Otra cosa diferente es que como curtido tahúr tramposo hubiera usado el “affaire Alzate” para romper sus propias reglas de la mesa de la Habana y poner en riesgo el proceso de paz de Colombia.
3- Por Ultimo, si bien finalmente la política llegó a la guerra contrainsurgente, y no al contrario como lo dice la “familia” uribista, lo que se ve es que la tan invocada “desmoralización dentro de las Fuerzas Públicas” finalmente ha llegado a la cúpula militar y el generalato. Ya no son unos simples reclutas peleándose a muerte la famosa “guaca” de dólares hallada en el Caguán en Mayo del 2003, sino una disputa a mordisco limpio, como la de Uribe y Santos, por sacar al adversario de la escena para quedarse solo y triunfante con la marrana del inflado presupuesto militar oficial.
4- Afortunadamentey ese es otro gran hallazgo político;la oligarquía colombiana y sus sostenedores Yanquisya no puede hacer lo que se le antoja bajo el pretexto de la guerra contra el narcoterrorismo: La población colombianaha calado definitivamente y para siempre la calaña de quienes dirigen y se lucran de esta guerra inútil y de la miseria del conflicto social que subyace, como por ejemplo la miseria del Chocó donde operó el Titán Alzate.
Pero además, la Comunidad Internacional que ya tiene suficiente información sobre la realidad colombiana,después de mucho esperarlo ha tomado cartas en el asunto, presionado lo suficiente al presidente Santos para que continúe con el proceso de paz de la Habana y entienda que continuar con otra aventura guerrerista ya no es posibley sobre todo, ya no es rentable para la economía global. Podremos decir con el general fe no en la causa de la bragueta que a veces falla, sino en la de la Paz es segura y no va a fallar.
Categoría: Editorial ANNCOL
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