martes, 9 de diciembre de 2014

¡Gracias por dejarme vivir tanto tiempo en sus corazones!

FITO PÁEZ EN CARACAS:

Es indudable el amor del cantautor argentino por Caracas: “Al final, tengo la suerte de que mi vida esté ligada a esta ciudad. Siempre es emocionante venir a cantar mis canciones”, dijo el astro desde la tarima del anfiteatro del Sambil en el este caraqueño
 
Por Ángel Cristóbal
Fotos: Felicia Jiménez y Ángel Cristóbal
 
(Caracas, 7/12/14. Especial Prensa del Sur).- No podíamos perdernos este concierto de Fito Páez, un artista ligado por más de dos décadas a nuestra sensibilidad musical y cultural, y a quien conocimos en persona a mediados de los 90, en otro concierto, otra ciudad, al centro de una isla en donde la cultura ha sido siempre desprejuiciada y cambiante como el paso de los vientos que la atraviesan. Así que, cuando el autor de “Giros” –disco que transformó el rock latinoamericano-, anunció su concierto en Caracas no dudamos en “cubrir la pauta” pues sería sin duda un trabajo placentero.
Ese mismo día, en el centro de la capital venezolana culminaba el festival latinoamericano Suena Caracas, cita en la cual no estuvo Fito Páez. No sabemos por qué.    
 
La noche del domingo, la banda venezolana Aditus, con cuarenta años de fundada, antecedió a la estrella argentina y cosechó aplausos y coros de los asistentes al anfiteatro del centro comercial Sambil. Durante su presentación, interpretaron canciones como No te vayas ahora -cantada a capella por el público-, No te pueden apagar y Cada minuto, cada hora. La conexión entre los músicos y los caraqueños que encendió la chispa que desencadenaría en el espectáculo de Fito Páez.
 
El astro del rock latinoamericano salió al escenario a las 8 en punto de la noche, luego de que su guitarrista y su baterista calentaran el escenario. Vestido de blanco, el cantante argentino dio inicio a su show con la fuerza del tema Rock and roll revolution, título de su vigésimosexto álbum y de la gira homónima que lo trajo de vuelta a la capital venezolana, un año después de su última visita.
 
Aunque prometió cantar sus canciones nuevas, apostó por lo seguro y cantó sus éxitos más sonados, como Te vi, Mariposa technicolor, En un café y otros.
 
Al lado del piano había una mesa con seis vasos, todos con agua hasta la mitad. Luego de interpretar un par de temas, Fito elogió a la luna que adornaba el cielo del domingo y recordó la época cuando vino a Venezuela a producir el disco El amor ya no existe (1987) de Sentimiento Muerto, “el disco más vendido de la historia del rock nacional hasta 2006”, dijo antes de interpretar Rueda mágica.
 
El artista, intranquilo como se le conoce, recorrió la tarima dando pequeños saltos y palmadas al aire mientras cantaba, y en una ocasión hasta lanzó al aire su guitarra milagrosamente atrapada por un miembro del equipo técnico de la banda. Aupando a sus espectadores para que disfrutaran el momento tanto como él parecía hacerlo, entre canción y canción, Fito se paraba al borde del escenario incentivando a sus fans a que le acompañaran en su interpretación.
 
Con los dedos como batutas, infundía al público la llama que necesitaba para encender la euforia y aprovechó el momento para cantar Arde, una de sus más recientes canciones que comienza con la frase "Arde Caracas, arde tu corazón", aunque pocos se la sabían. "No a la guerra con amor /No a la muerte y al dolor", seguía con la canción. "Ya sé que nadie sale vivo de aquí", cantaba.  
 
Dos horas y 19 temas después, sin fallas técnicas, excelente sonido y juegos de luces y humo sencillos pero efectistas, el cantante se despidió del público venezolano que en todo momento mantuvo una disciplina digna de destacar. "Gracias por dejarme vivir tantos años en sus corazones", expresó haciendo reverencias y saludos. ¡Gracias a ti, Fito, por este antídoto contra la rutina!

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