viernes, 28 de febrero de 2020

En Uruguay vuelve el neoliberalismo dependiente


Nicolás Centurión / 27 de febrero de 2020
El primero de marzo asume el nuevo gobierno nacional de la Coalición Multicolor, liderado por el derechista dirigente del Partido Nacional Luis Lacalle Pou. Para su asunción vendrán los jefes de gobierno Felipe VI de España, Jair Bolsonaro de Brasil, Sebastián Piñera de Chile, así como también la dictadora de Bolivia Jeanine Áñez.
Por su parte Lacalle dijo que no va a invitar los presidentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela por considerarlos dictadores. Estamos hablando de Daniel Ortega, Díaz Canel y Nicolás Maduro. Este es un mensaje claro para Donald Trump, mostrándose servil y alineado con la derecha continental y proimperial.
El nuevo gobierno -que aún no entró en funciones y lo hará el domingo- , ya está salpicado por casos de corrupción y abuso sexual. Por ejemplo, el intendente del departamento de Colonia, Carlos Moreira. Se filtraron unos audios donde pedía favores sexuales a cambio de pasantías en su administración.
El presidente electo hasta el momento no ha condenado su accionar y Moreira será candidato nuevamente para la intendencia encabezando las encuestas de intención de voto.
Recientemente se detuvo a una mujer por parte de Interpol que se dirigía desde Colonia hacia Buenos Aires por lavado de dinero en el caso Odebrecht. ¿Quién es esta mujer? Maya Cikurel , la pareja del flamante ministro de Educación y Cultura. Lacalle Pou nuevamente no ha condenado este hecho y ha manifestado que no cesará del cargo a Da Silveira porque «es su amigo» y confía en su rectitud.
A su vez, el propio Lacalle Pou asistió al carnaval de Artigas mostrando apoyo al intendente de ese departamento, que está siendo acusado por sendos casos de nepotismo.
Todavía no se sabe la fecha exacta pero pronto ingresará al Parlamento la Ley de Urgente Consideración. Una norma que contiene 457 artículos y tiene tres objetivos principales: criminalizar la protesta, mercantilizar la educación e iniciar un proceso hacia la privatización de las empresas públicas.
Desde el Frente Amplio y varias organizaciones sociales ya se están aprontando para preparar la contraofensiva a esta ley que es sumamente neoliberal y represiva, convocando para una marcha el 2 de marzo. Aunque aún se está por ver la capacidad de movilización de un Frente Amplio que practicó poco el músculo en las calles y fue vaciando los comité de base.
El Frente Amplio, luego de quince años en el manejo del gobierno nacional va a pasar a ser oposición y las cúpulas de los distintos partidos de la coalición de centroizquierda, están barriendo por debajo de la alfombra la autocrítica y bajando banderas históricas, mientras que las bases pretenden que esta fuerza política vuelva a tener un rumbo de izquierda.
Le caben responsabilidades de esta derrota electoral a los dirigentes frenteamplistas, que la quieren hacer pasar como otra cosa: una derrota digna, una casi victoria, una victoria moral. Pero derrota al fin y el pueblo es el que va a pagar las consecuencias de un gobierno que tiene en sus filas a varios nostálgicos de la dictadura y que viene a terminar el proyecto inacabado de Lacalle Herrera en los 90.
¿Volverán los uruguayos a ver al Fondo Monetario Internacional y su nefastas políticas?
En frente, el pueblo va a tener un gobierno que intentará avasallar sus derechos. Pero no hay que olvidar que si esta administración entrante puede avanzar sobre ciertos pasos en su proyecto es porque el gobierno progresista anterior le allanó el camino en varios aspectos.
Mientras tanto, a los sectores populares les espera cinco años de macrismo y piñerismo, pero  a la uruguaya.
*Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico.

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