LUIS BRITTO GARCÍA
Declaran las autoridades que contra Venezuela se libra una Guerra Económica. ¿Qué guerra se gana con trapitos calientes? ¿Se venció alguna batalla protegiendo al enemigo? ¿No se lo habría podido derrotar hace tiempo con las medidas siguientes?
-Divulgación inmediata por el ciudadano Presidente de la República de la lista de empresas y personas que recibieron 60.000 millones de dólares a tasas preferenciales y las aplicaron a importaciones fantasmas o inexistentes.
-Apertura por la Fiscalía de la República de investigaciones para establecer la responsabilidad civil, penal y administrativa de todos los representantes y directivos de dichas empresas, así como a los funcionarios cómplices que decidieron el otorgamiento de dólares, y a los que no exigieron o verificaron las fianzas de fiel cumplimiento por los favorecidos.
-Embargo preventivo por la Procuraduría General de la República de los bienes de empresarios y funcionarios involucrados en ese fraude al pueblo venezolano.
-Reestructuración inmediata de los sistemas encargados de vigilar y evitar el contrabando de extracción, que según denunció el ciudadano Presidente filtra por nuestras fronteras el 40% de lo que producimos o importamos.
-Asunción por el Poder Nacional del control de las importaciones de bienes básicos.
-Prohibición de trabajar en el sector público y de contratar con el Estado a personas naturales o empresas incursas en el fraude cambiario y el contrabando de extracción.
-Cobro sin dilaciones a los deudores morosos del Fisco de lo que deben en créditos liquidados y no cancelados.
-Reforma de la Ley de Impuesto sobre la Renta elevando su tasa tope de 34% de tributación para las grandes ganancias, y habilitar mecanismos para que, además de pechar esencialmente a los asalariados, se aplique en forma real y efectiva a todas las actividades productoras de ganancia.
-Pechar con altas tasas tributarias productos nocivos para la salud, como el tabaco y el alcohol, o actividades perjudiciales a la sociedad, como el juego en todas sus formas.
-Reestructurar integralmente el sistema de recaudación y control del IVA, que cobran sin falta al consumidor comerciantes que sólo entregan al Fisco menos del 20% de lo recaudado.
-Crear impuestos patrimoniales para las altas concentraciones de propiedad.
-Imponer tributos proporcionales a su monto a las transacciones financieras.
-Elevar tasas de tributación al capital financiero y bancario.
-Retirar la inmunidad tributaria a fundaciones y otros entes “sin fines de lucro” que en realidad operen como bancos y agencias de inversión de los grandes capitales.
-Controlar el contrabando de extracción, que según el Presidente desaparece por nuestras fronteras el 40% de lo que producimos o importamos.
-Erradicar la explotación ilegal de oro y otros minerales preciosos y la devastación ecológica que tales actividades provocan.
-Reimplantar el control previo del gasto público, complementarlo con un control posterior sobre su resultado, y extenderlos eficazmente a la administración nacional, estadal, municipal, comunal, centralizada, descentralizada, autónoma, de empresas y de fundaciones públicas.
-Ejercer riguroso control de la legalidad, eficacia y resultado de todas las variedades del gasto social.
-Legislar rigurosas sanciones para bachaqueros, raspacupos, especuladores, acaparadores, delincuentes cambiarios, malversadores, desfalcadores, corruptos, evasores tributarios y enriquecidos ilícitamente, y aplicarlas en forma ejemplar.
-Legislar para los casos de acaparamiento o especulación la confiscación sin indemnización, no sólo de los bienes, sino de la empresa.
-Informatizar la administración tributaria con registros de los contribuyentes, sus patrimonios y la relación entre éstos y las cantidades que tributan.
-Denunciar la conjura de las calificadoras de riesgo, por cuyos diagnósticos nuestra Deuda Externa paga 16% de interés, mientras que cancelan sólo 3% países con medio siglo en guerra civil.
-Rescindir los Infames Tratados contra la Doble Tributación, por los cuales las transnacionales no pagan impuestos sobre las ganancias que obtienen en Venezuela.
-Eliminar la inmoral exención de dichos Tratados por la cual los usureros beneficiarios de la Deuda Pública no tributan un céntimo como impuesto por las ganancias que les aportamos.
-Denunciar los Infames Tratados de Promoción y Protección de Inversiones, que permiten inmunizar mediante contrato a los contribuyentes ricos contra las reformas tributarias, y someten sus controversias a tribunales extranjeros.
-Promover en el ALBA, Unasur, la Celac, el Mercosur y demás organizaciones de las que forme Venezuela un frente común frente a los acreedores de la Deuda Externa y los Fondos Buitres.
-Acelerar la institucionalización del Banco del Sur y la instauración del Sistema Unificado de Compensación de Reservas (SUCRE) como instrumentos regionales para enfrentar el capital financiero acreedor
-Considerar un razonable incremento del precio de la gasolina hasta cubrir su costo de producción, pero sólo después de que se hayan cumplido las medidas precedentes.
En ochenta y cinco días ganó la Campaña Admirable un ejército patriota que sólo contaba con su resolución contra un enemigo que lo tenía todo. El Libertador apenas se detuvo un instante en Trujillo para redactar el Decreto de Guerra a Muerte, que identificó al adversario y ordenó tratarlo con la misma dureza con la cual éste había tratado a los republicanos. En menos tiempo debe vencer la Guerra Económica un gobierno que cuenta con el Estado y el Pueblo.
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