27.FEB.2015
Intensa y alarmista ha sido siempre la campaña desplegada por la oposición venezolana dirigida a sembrar dudas sobre el sistema y el organismo rector de los procesos electorales de la República Bolivariana de Venezuela, pero la realidad es que su discurso es desmentido por la naturalidad con la que colocan sus propios procesos electorales internos en manos del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela.
Los venezolanos votan con un sistema electoral completamente automatizado y auditable. Fue valorado como el mejor del mundo por el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, experto y con experiencia de observación y monitoreo de al menos 92 elecciones en diversos países.
Al sistema se le hacen 17 auditorías antes de cada elección, entre ellas destaca la auditoría que expertos matemáticos e ingenieros militantes de los partidos políticos, tanto chavistas, como opositores, realizan al sistema de transmisión de datos electorales, que se realiza antes y después del comicio para verificar que la red no haya sido vulnerada por factores externos. Todos los partidos participan de las auditorías.
Además, los electores al seleccionar a su candidata o candidato en las ya auditadas máquinas de votación, reciben un comprobante, también llamado voto físico -impreso en papel especial e identificado con un código no secuencial- que refleja la elección hecha y que luego se deposita en las cajas de resguardo.
Para auditar los votos físicos se toma una muestra de 54%, aun cuando estadísticamente 3% sea suficiente. No obstante, la oposición solicitó esta garantía en el año 2006 y el CNE la aprobó.
En esta fase, los miembros de mesa, en presencia de electores y testigos de los partidos políticos abren las cajas, cuentan los comprobantes y los cotejan con las actas de escrutinio y el cuaderno de votación, para validar la consistencia de la información.
Los técnicos electorales de cada uno de los partidos políticos participan en las auditorías, conocen bien el sistema y cada año fijan nuevas garantías. Por todo esto, la coalición de partidos opositores Mesa de la Unidad Democrática (MUD) le solicitó al CNE organizar, como ya lo hizo en 2012, las elecciones primarias para seleccionar a sus candidatos a las parlamentarias pautadas para este año.
También el partido de Leopoldo López, procesado por su responsabilidad en los hechos de violencia que dejaron 43 personas fallecidas y más de 800 heridos en la acción golpista del año 2014, solicitó por segunda vez al CNE organizar sus elecciones internas.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, destacó este miércoles la confianza que los organizaciones políticas muestran en la institución, sistemáticamente cuestionada y acusada de “fraude” por los mismos partidos que hoy le piden organice sus elecciones internas.
Se trata de una práctica común opositora: deslegitimar al árbitro, responsabilizarlo de sus derrotas y aun así, participar en la organización de cada paso de la elección.
La investigadora, Janeth Hernández quien formó parte de la directiva electoral hasta el 2009, dijo en una entrevista con AVN que los partidos políticos “desde el principio trabajan en todas las etapas. Todo se hace con tiempo suficiente. Todo va tejido, consensuado, son reglas para todo el mundo”.
Recordó que cuando estuvo en el CNE era una constante ver a técnicos, que aun participando de todo el proceso, frente a los medios de comunicación emitían otras opiniones. “Hacia adentro trabajaban y para afuera era otra cosa”.
“Yo les decía: ya tienen su show mediático”, rememoró.
Precisión
El descrédito contradice lo que ocurre puertas dentro de una oposición que sabe que el sistema funciona con precisión.
Algunos de sus alcaldes han ganado por apenas 8 votos. Fredis Rondón del Partido Primero Justicia, actual alcalde Pueblo Llano, en el estado Mérida, ganó por 2.569 votos, mientras que el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela obtuvo 2.561. Una diferencia de apenas ocho votos.
También en Mérida, Alidio Pérez, de la MUD ganó la elección del municipio Padre Noguera con una diferencia de 27 votos, en el comicio de diciembre de 2013.
La precisión del sistema también se prueba en municipios donde el chavismo ha ganado con márgenes de 28 votos, como es el caso del municipio Sosa, en Barinas; o 30 votos, en el municipio Pao San Juan Bautista, de Cojedes.
Las amplias diferencias entre candidatos evidencian las características del sistema. En Chacao, por ejemplo, el alcalde de esa localidad, Ramón Muchacho, de Primero Justicia, fue adjudicado por el Poder Electoral al ganar la elección con 84% de los votos, con un total de 39.424 sufragios, a diferencia de la candidada chavista que obtuvo 6.705 votos.
En Baruta, en el estado Miranda, Gerardo Blyde, de la MUD, ganó con 79,81%, para un total de 112.101 votos, a diferencia del candidato chavista que obtuvo 27.025.
Alcaldes chavistas como Luis Caldera fue electo con el 79,04% de los votos en el municipio Mara, del estado Zulia.
El gobernador de Miranda y dos veces perdedor de elecciones presidenciales, Henrique Capriles Radosnki, fue elegido en primarias como candidato presidencial en el 2012 con el mismo sistema electoral del CNE que sin embargo acusó de “fraude” el 14 de abril de 2013 cuando perdió con el actual presidente de la República, Nicolás Maduro, un resultado con el cual Capriles justificó su llamado a descargar la “arrechera” (rabia) que generó una ola de violencia en la que fueron asesinados 11 venezolanos, todos vinculados con la Revolución Bolivariana.
Luego de este hecho, en diciembre se realizó la elección en la que ganaron 77 alcaldes opositores, de los cuales 13 son de Primero Justicia, el partido de Capriles, organización que también ganó 167 concejales. Las fuerzas patrióticas y chavistas alcanzaron la victoria en 255 alcaldías.
La oposición juega a la doble banda con el Poder Electoral. En días pasados, el Jefe de Estado, Nicolás Maduro, dijo que la derecha “por un lado quema el país, busca comprar a funcionarios de la Fuerza Armada para que levante un avión (golpe de Estado), saboteo la economía y cuando hay elecciones se presentan”, criticó.
Es lo que definió como doble banda, un mecanismo en el que ellos “participan de la política, optan a cargos, legalizan partidos, giro por el país, saco mis votos aquí, mis votos allá. Soy alcalde aquí, gobernador allá, soy diputada. Pero, saboteo la economía, me encapucho y hago guarimbas y mato a 43 venezolanos, se hieren a 850, se asesinan a funcionarios, y sigo conspirando para ver si logro comprar a alguien que tenga algún poder militar de destrucción”.
AVN
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