Douglas J. Belisario Castro
Al hablar de algunos términos de política, suelen parecer palabras populistas de captación de militantes, sin embargo cuando mencionamos los vocablos “yanqui”, “imperialismo”, “intervencionismo” o “CIA”, sugieren situaciones relacionadas con los planes perversos del gobierno de los Estados Unidos.
“¿Nos van a invadir?” plantea el analista y político venezolano José Vicente Rangel en su último artículo de prensa y reflexiona sobre esa voraz amenaza del Imperio, no sólo para nuestro país, sino para con otros tantos, como Libia, Iraq, Irán, Siria, y Chile.
Es cierto, el Imperio pierde la paciencia con Venezuela y sigue frustradamente aventurándose con planes conspiradores, los cuales continuaremos derrotando junto al pueblo.
Nuestro modelo de inclusión social, en donde se manejan nuestros recursos de forma soberana, aliados a los máximos intereses de nuestra gente, ha sido para ellos un dolor de cabeza. Las misiones y grandes misiones, así como nuestra política internacional de solidaridad con países latinoamericanos y caribeños y la firme convicción contra las desigualdades del mundo, y de igual modo la contundente denuncia y señalamiento de nuestro Gobierno a sus macabros planes golpistas, los ha dejado aturdidos. Pensaron que sería fácil salir de aquel a quien llamaron el “populista Chávez” y de sus ideales de izquierda, estaban equivocados y continúan estándolo. Chávez ahora somos millones.
Todo este panorama de situaciones del pasado y recientes nos permite reflexionar sobre ¿de dónde sale ahora la Operación Jericó que pretendía con un avión tucano bombardear algunos puntos claves y asesinar a altas autoridades del Gobierno y también a nuestro Presidente Obrero Nicolás Maduro? Es el mismo plan. Hacerse de las riquezas de un país potencia en energía, petróleo y derivados, con una economía pujante y una puerta comercial envidiable al mar Caribe que conecta con el mundo entero y con el gigante Brasil. Para el norte y sus países aliados de la Otan, Venezuela es apetecible a los intereses capitalistas de gran impacto para sus planes intervencionistas y de invasión. Detrás de ello se encuentran instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y las grandes empresas militares dueñas de gobiernos y poderíos económicos dentro de los Estados Unidos.
Este deseo yanqui ha sido permanente, sistemático y bien planeado. No es cualquier cosa la pretensión de ellos, y de allí nuestra capacidad de respuesta y organización del pueblo, la cual cada día debe ser más eficiente. Estemos atentos camaradas. Debemos defender lo que hemos logrado: implementar un sistema de Gobierno social de inclusión, por encima de lo comercial, para formar a un pueblo de luchas con capacidad de trabajo y empuje con el fin de mejorar su calidad de vida en fábricas, barrios, campos, ciudades, universidades, escuelas, liceos, calles de nuestro pueblo y donde se amerite. Para el Imperio, los yanquis, la CIA y sus redes conectadas en todo el mundo, así como para la caduca fracción de la oposición venezolana que juega y apuesta a estos planes-aventuras que han sido derrotados y denunciados una y mil veces; nuestra Revolución Bolivariana ha representado un cuantioso problema para los intereses de las mal llamadas potencias. Basta mencionar el sabotaje petrolero de 2002 que pretendía hundir la economía y derrocar al Comandante Hugo Chávez. Allí estuvo EEUU apoyando todo eso. No les resultó y siguieron insistiendo mediante el financiamiento de guarimbas también de “actores y actrices” de los partidos de oposición para buscar la forma de salir del “régimen”. Ellos indudablemente seguirán intentándolo y nosotros seguiremos defendiendo nuestra Patria.
No vencerán al Pueblo de Bolívar y Chávez porque somos hijas e hijos de sus ideales. Pacíficos pero firmes en nuestra conciencia socialista, antimperialista y humanista. ¡Sigamos venciendo compatriotas!.
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