viernes, 1 de agosto de 2014

Franja de Gaza: sionismo, armamentismo y cinismo como “razón de Estado”


10516714_796835990358823_8631412873136243346_nPor Carlos Machado Villanueva /El Peatón/
Si algo parece quedar en evidencia con más claridad en estos días, es que a las élites de poder sionista en Israel no les interesa para nada la paz en la Franja de Gaza, pues  más que a la defensa de inadmisibles criterios de razones de Estado siempre esgrimidos, su postura respondería al hecho de que es en este territorio densamente poblado y prácticamente encarcelado en donde realizan  sus  cínicos experimentos de “contención bélica”.
Los mismos que bautizan con apelativos ocultadores del grosero desequilibrio bélico a su favor que conllevan. “Plomo fundido”, primero, “Borde protector” ahora, y que a futuro les reportarían pingües ganancias financieras a este “ente”.
Estos ensayos incluirían por lo visto, desde nuevas  y sofisticadas armas de exterminio masivo, incluso las prohibidas como el fósforo blanco y el uranio empobrecido, hasta  nuevas estrategias de inteligencia y de eliminación selectiva de “personas peligrosas” o “terroristas”,  a ser ofrecidas  e incluso  vendidas a otros países bajo su esfera de influencia ideológico-política.
La comunidad internacional ve hoy con dolor cómo  con la cínica operación “Borde protector” llevada a cabo por el cuarto y ejército más grande y mejor armado del mundo, las bajas mayoritarias se producen entre una población civil inerme e indefensa, y dentro de esta, uno de sus segmentos más indefensos aún: los niños
Visto desde este punto de vista, pudiera pensarse que de llegar a s fin el conflicto bélico en la Franja Gaza el sionismo no tendría excusas para emprender sus permanentes y genocidas  agresiones militares contra el indefenso pueblo gazaidí. Se les acabaría pues “la peliculita” como decimos por aquí. Y miren qué peliculita, si se habla de jugosas ganancias a futuro.
La versión sionista en Latinoamérica
Siempre se ha sabido que la difusión  por el mundo de esta versión sionista de estrategia de “razón de Estado” copiada del fascismo alemán, entre otras menudencias, ha sido encomendada desde su creación a los asesores de la agencia de inteligencia  israelí Mosad presentes en países donde el “ente  sionista israelí y no Estado” -como lo cataloga el liderazgo del Hamas – tiene intereses que defender,
Incluso Venezuela, si hablamos de Latinoamérica,  no sería la excepción, considerado su valor estratégico como suministrador petrolero seguro de  EE. UU., país donde el lobby sionista ejerce no poca influencia en las decisiones de Pentágono.
De lo que se trata entonces es de crear un “enemigo permanente”, y así garantizar la sostenibilidad a futuro del jugoso negocio de la fabricación y venta de armas, en el que por cierto Israel compite ya desde hace décadas por los primeros lugares.
Así, veremos que, por ejemplo, la masacre de Yumare (Edo Yaracuy) en la que murieron una decena de jóvenes izquierdistas a principios de los años 80 del siglo pasado, no fue si no un ensayo más de los tantos previstos realizar en su horroroso cronograma.
Su planificación, seguimiento y ejecución estaba en manos de personajes nefastos que se destacaron por ser los esbirros más conspicuos del puntofijismo adeco-copeyano, como Henry López Sisco, hoy prófugo de la justicia venezolana,  y  a quienes si se les revisa su pasaporte podrá descubrirse de seguro la cantidad de entradas y salidas de Israel, a donde viajaban para entrenarse en  nuevas estrategias antisubversivas.
Fuimos testigos entonces de crueles  puestas en escena, catalogadas por nuestra Fiscalía como “crimen de odio”,  que permitían a los gobiernos serviles del puntofijismo posicionar ante la opinión pública el discurso acerca de la necesidad de un constante  rearme y equipamiento de los cuerpos de seguridad y del ejército, y una vez logrado ese objetivo gracias a la mediática cómplice -o mejor dicho ligada a lo mismos lobbys armamentistas-, los vendedores de armas, o llamados “perros de la guerra” ,  entraban en acción.
Vinculados como estaban muchos de estos al complejo militar industrial israelí, estos lograban jugosos contratos de suministro de todo tipo de armas y explosivos para una guerra contra un supuesto enemigo acechante, sobre todo de izquierda, y por lo tanto amenazante de la “estabilidad democrática, la seguridad ciudadana y la paz” imperantes en gobiernos de democracia burguesa tutelada como fue la nuestra hasta el 6 de de diciembre de 1998.
El clon de Colombia
Pero es quizás en Colombia donde este enfoque de la “razón de Estado” de factura sionista pudiese haber tenido mayor influencia en los últimos años.
El resultado ha sido surgimiento en el campo civil de personas como el  derechista y ex presidente Álvaro Uribe Vélez, con su “Plan de Seguridad democrática”, un verdadero clon de Netanyahu, que junto con otras vinculadas a los altos mandos militares de ese país, de han amasado ingentes fortunas con el negocio de la compras de armas, sobre todo a Israel.
Fue con Uribe de presidente por 8 años que toda la panoplia de estrategias de criminalización de los movimientos sociales y sus luchas, a sí como su permanente exterminio por fuerzas ya sea  para militares o para policiales, cuando no por el ejército colombiano, se ejecutaron ferozmente.
Como ingratos recuerdos de su paso por el Palacio de Nariño, quedan los crímenes contra los “falsos positivos”, la proliferación de paramilitares y las fosas comunes. También el bombardeo con un misil teledirigido de un campamento guerrillero de las Farc en el territorio ecuatoriano, tecnología de clara factura israelí.
Por ello no causó gran asombro cuando el señor Uribe Vélez  apareció como integrante de una comisión de la ONU en representación de Israel, encargada de investigar la actuación de su ejército en el caso del ataque de sus comandos especiales al barco griego “Navi Marmara”, integrante de una flotilla que se dirigía el 31 de mayo de 2011 a la Franja de Gaza con ayuda humanitaria, por el cual murieron 9 activistas por la paz en su mayoría de origen turco.
Actuar en correspondencia
Por lo que volviendo al planteamiento inicial, parece necesario ya que la comunidad internacional tome en consideración lo sostenido por analistas y expertos en Medio Oriente,  acerca  de una de las razones por las que  a Israel pudiese no interesarle acabar de una vez por toda con la masacre del pueblo palestino en la Franja de Gaza, y actúe en correspondencia para detener definitivamente.
Y es que al parecer, no sólo se trata de que este martirizado territorio es su mejor polígono de tiro, sino que también es  su mejor  laboratorio de ensayo de cuanto nuevo y sofisticado armamento deba ser puesto a prueba en su eficacia exterminadora, y no menos grave y condenable aún: porque se trata del mejor negocio del sionismo.

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