OPINIÓN
18.AGO.2014
Los ataques despiadados del gobierno sionista de Israel contra Palestina ha dejado 13 colegas periodistas muertos, producto de los bombardeos. Excusa tras silencio para justificar tan atroz violación a la libertad de prensa. Recordemos que los hospitales o centros de salud, las iglesias y la prensa son intocables en tiempos de guerra, pero debemos detenernos para analizar los siguientes aspectos:
1) En Palestina no hay guerra sino una masacre despiadada debido a que el gobierno Palestino no tiene ejército militar, quiere decir esto que los periodistas, fotógrafos, camarógrafos y demás están dando cobertura a una masacre unilateral.
2) Ese código parece ser moral entre los armamentistas pero de lo que más carece es de lo primero. Sólo con el hecho de bombardear como blancos militares a civiles desarmados rompe con cualquier lógica tradicional sobre los parámetros morales para ejercer acciones militares contra otro objetivo.
3) Es evidente que silenciando las voces que tienen la tarea de divulgar lo que allí ocurre tapas el son con un dedo mientras se te caliente. La verdad sigue estando allí a pesar de esas muertes y tantas otras.
4) No hemos escuchado ninguna condena pública de lo sucedido con los comunicadores asesinados por parte de las grandes cadenas del imperio, incluso de ninguna interna, sólo un pronunciamiento valiente de parte de la bancada del chavismo en la Asamblea Nacional esta semana que pasó, sin embargo, ningún diputado de la derecha pudo defender honestamente este hecho cruento sino que lo terminaron de vincular con caprichos personalistas sobre lo que algunos de los sectores opositores de la comunicación han querido dejar ver ante el mundo sobre la libertad de expresión en Venezuela.
Si la Sociedad Interamericana de Prensa no se ha pronunciado con relación a lo que sucede en Palestina que no los alarme, si lo hace, sería no más que por vergüenza, igual le toca al Colegio Nacional de Periodistas, quienes se han convertido en leguleyos de su criterio sobre libertad de prensa, pero quien más hace silencio y actúa con mayor énfasis en el descaro es la Corte Interamericana de Derechos Humanos, quienes por sus actuaciones parecieran meterse en todo e importarle todo; por lo visto no es así.
Queda más que develado que la masacre en Palestina es psicológica y está diseñada desde los mismos laboratorios de marketing de guerra de los Estados Unidos. Es esta una elegante manera de no condenar a nadie pero si de tele colaborar con su plataforma de dominación ideológica al servicio de sus aliados sionistas.
A veces o casi siempre debemos aclarar –no estoy de acuerdo con ese hecho– que luchar en favor de la causa palestina no es expresión de antisemitismo alguno. El antisemitismo es una excusa vulgar que traen al imaginario colectivo y ante la opinión pública mundial para mermar el grito desesperado del mundo pidiendo paz en ese territorio árabe. No somos antisemitas, somos tajantemente anti guerreristas, antiimperialistas y estamos a favor de la autodeterminación de los pueblos y de sus luchas por ser libres y más nunca oprimidos, eso no guarda relación con ninguna expresión xenofóbica y mucho menos puede ser para nosotros un chantaje para bajar la guardia y la voz. Similar maniobra ha ocurrido cuando nos ha tocado defender alguna posición propia, de algún pueblo latino o cualquier otro se nos acusa inmediatamente de terroristas, nos colocan en listas, nos acusan de narcogobierno y persiguen a nuestros fieles compatriotas como recién le sucedió a Hugo Carvajal.
Coloquémonos entonces a la vanguardia de las operaciones psicológicas al no bajar la guardia en nuestros discursos antiimperialistas y mantengamos más alto que nunca la bandera de Chávez para mandarlos al carajo cada vez que intenten callarnos, dominarnos y acabar con nuestro proceso político que se ha convertido en el sendero de muchas luchas mundiales. Nos toca más que defender lo nuestro, es preciso seguir expandiendo el ideal de Chávez cada vez que establezcamos alianzas con los países del mundo y seguir recordando porqué somos auténticos. Somos libres carajo!!!
Por: Jhonathan Sánchez
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