Lectura no apta para indolentes
Gaspar Velásquez Morillo
Los adultos piensan que el mundo
es de ellos y ellas y solamente para ellos y ellas, pero no es así, el mundo es
de esas y esos retoños que juegan en un parque, en un jardín, o de quienes
comen chucherías y retozan en el recreo de las escuelas y/o de los y las que
balbucean las primeras palabras en un maternal.
Las horas de día son cada vez más
breves en cualquier ciudad de Venezuela, además de tener que trabajar el padre
y la madre, más atender a la familia, agréguele, la dinámica de trasladarse de
un sitio a otro, todo esto es posible que justifiquen que las horas son más
breves.
Son las 9pm y Carmen Julia con el
televisor escuchando los sucesos del día, a la par, en los quehaceres de la
cocina y preparando las loncheras por si sus morochos de 5 años tenían la
suerte de contar con clase al día siguiente; José Ramón también estaba en la mesa
de la cocina sacando las cuentas salariales del mes.
Se percatan de repente que los
morochos están viendo y escuchando las noticias de la televisión, en santo
silencio, sobre los estragos de las guarimbas, la madre rauda apaga la tv y el
papá los busca en el umbral de la cocina, los abraza y les pregunta cariñoso:
¿por qué no están durmiendo?.
-Papi, ¿por qué destruyen y
queman todo? El padre le pregunta: ¿a qué te refieres? –Papi, a lo que están
diciendo por la televisión?
Dice el otro morocho: -¿Verdad
qué no vendrán a destruir nuestro jardín, ni a quemar, ni arrancar los arboles
de la acera, ni los de mi escuela, verdad papi?
Las lágrimas rodaban por las
mejillas de los morochos…
Carmen Julia dejó sus quehaceres
y se sentó a un morocho en sus piernas y el otro se sentó en las piernas de su
padre, Carmen Julia y José Ramón abrazaron a sus morochos y dieron una
explicación que los morochos a lo mejor ni entendieron, estaban es inundados de
preguntas: -hacer eso es lastimar, es hacerle daño a la naturaleza ¿verdad
mami? Continuó: -El humo contamina y afecta a todos nosotros, además les quita
el color a las hojas y a las flores, ¿cierto papi? ¿Entonces por qué son tan
malos esos muchachos?
Otra explicación de los padres
pero al parecer no les llena las respuestas y exclama uno de los morochos:
¿Dios no está de acuerdo con eso? ¿Por qué lo hacen?
Dice el padre meloso pero sin
éxito: -A dormir! Que hay que pararse temprano!
-Papi pero si tenemos más de 15
días sin clases, nos despiertan temprano y vemos que Uds. están corriendo y nos
separan y nos dejan todos los días en casa de sus distintas amistades y nos
buscan por la tarde, nos sentimos tristes, separados y sin la escuela.
-A dormir! Dice el padre
aparentando autoridad.
De repente le surge una idea
iluminada a uno de los morochos: -¿Y si dormimos todos juntos?
Los padres accedieron para
mitigar la angustia de los morochos.
Ya instalados en la cama al
unísono: Ángel de la Guarda/ dulce compañía/ no me desampare/ ni de noche ni de
día/ porque si me desampara/ mi alma se perdería/. En el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo, Amén!
Concluida la santa rutina de
todas las noches, dijo para sus adentros pero en voz alta uno de los morochos:
-Yo creo que Dios no perdonará a esos que queman y destruyen, además yo voy a
ser Bombero! Y dijo entusiasmado el otro morocho: -yo seré policía vestido de
verde!
A todas esta se impuso la
autoridad maternal: -A dormir!
Facebook / Gaspar Velásquez Morillo @gasparvelasquez
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