Caracas, 23.03.2014 (Prensa Mintur).- Eran las 5 de la mañana y el ánimo tocaba el cielo. Un cielo cercano, una naturaleza cercana, una vida cercana. Más de 600 jóvenes abrían sus ojos en el flash del alba, abrían sus sentidos a la naturaleza, le abrían el alma a Canaima. Estaban ahí, en el centro del universo, donde empezó la vida y donde ellos harían lo posible para continuarla.
Fueron 600 sueños los que sumaron 7 días, 168 horas. Cada minuto contó para construir algo lejos de ser considerado utopía. ¿El sueño inmediato? La recolección de desechos sólidos. ¿El sueño futuro? Sembrar, en ese suelo fértil milenario y ancestral el inicio de una nueva cultura ecoturística, traducido en un legado de paz, de amor, de agradecimiento infinito a la Pachamama, la síntesis del legado de un líder.
Por eso a las 6 de la mañana los sentidos estaban abiertos para el Yoga. Ejercicio no menos milenario. Cuerpo y espíritu conectado con la madre tierra, la bondadosa, la misma que ha sido deteriorada por la inconciencia del hombre. ¡No importaba! “Nunca es tarde para comenzar decía uno” “¡Manos a la obra!” replicaba otro.
Eleonora Soteldo es una de esas voces que estaba en Luepa, campamento de la travesía ecosocialista Canaima 20. Cuando el Ministerio del Poder Popular para el Turismo realizó la solicitud no lo dudó, ella estaría ahí, y lo estuvo. Protagonista de su propia historia con la naturaleza.
Al recordarlo hoy evoca el momento con unas solas palabras: “fue una experiencia magnifica, teníamos la convicción de que la respuesta ante la inconsciencia no es que vayamos a recoger basura cada 6 meses sino que se busque la raíz del problema para evitar que la gente siga arrojando basura, sin embargo, por algo se empieza y esto puede comenzar a concienciar”.
Más allá de la limpieza
Una ida mágica al Parque Nacional Auká "todas las mañanas realizábamos la jornada a lo largo de la Troncal 10; las tardes eran de recreación, tuvimos talleres, cada quien se sentía libre de transmitir el conocimiento -éramos todo un colectivo- en este caso Federico era el encargado del taller de Yoga a las seis de la mañana" contó Eleonora.
Sus compañeros de yoga opinaron lo mismo. Algo había nacido entre ellos. La confianza estuvo de su lado, la confianza en si mismo y sobre todo una confianza colectiva que resume como “una experiencia de esperanza en la juventud, yo soy parte de ella. Ver como siempre más de 600 personas se veían en las jornadas, pero a su vez cada uno proponía, conversaba, para dar paso a la tolerancia sobre la manera de pensar en lo político, en lo cultural, en lo social, en lo religioso, fue la unión grupal de tantos jóvenes”.
No lo duda, fue una experiencia única, con un solo mensaje para que todos tomemos conciencia “es muy importante que nos unamos y el camino es la paz, gracias a todos, gracias a la tierra, gracias a la Vida.”, esboza sonriente la joven.
¡La experiencia no acabó! ¡Apenas comenzó! ¡Canaima 20, Más Limpia, Más Chévere! ¿Una pequeña muestra? Este vídeo: Las palabras sobran…
(FIN/Jesús Villamizar)
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