Anunciando apocalipsis
van de salvadores
y si les dejas te pierdes
infaliblemente.
Manipulan nuestros sueños
y nuestros temores,
sabedores de que el miedo
nunca es inocente.
van de salvadores
y si les dejas te pierdes
infaliblemente.
Manipulan nuestros sueños
y nuestros temores,
sabedores de que el miedo
nunca es inocente.
(Joan Manuel Serrat, los macarras de la moral)
Comentábamos
entre amigos, familiares y otros comunicadores populares, tanto del Zulia como
de los demás estados del país, que nos hemos agrupado, organizado en torno al
Consejo Nacional de la Comunicación Popular, en el entendido que en medio de la
diversidad, tanto de formatos (impresos, radio, TV, redes sociales, medios
digitales, muralismo, grafiteros), como de la concepción en cuanto al
desarrollo del proceso comunicacional, de tal modo que nuestro mensaje en torno
a la defensa y consolidación de este proceso revolucionario, que no comenzó en
1999, con la llegada del comandante Chávez a la presidencia de la república, sino
que viene desde muy atrás, y contamos:
Desde
el mismo momento en que el invasor español llega a nuestras costas (lo que hoy
se conoce como América), comenzó la resistencia, porque si bien cuentan las
crónicas de Indias que nuestros aborígenes recibieron con mucho agrado a los
conquistadores (por llamarlos de algún modo), no es menos cierto que esa
caterva de malandros que sacaron de las cárceles de España para acompañar a
Cristóbal Colón, ese ambicioso genovés, que nos vendieron como héroe cuando
estudiábamos en la escuela primaria, y que luego, a través del desmontaje de
tantas mentiras que contiene la historia, resultó ser un simple filibustero,
saqueador que venía apoderarse de
nuestras riquezas, decretando que pertenecíamos al reino de España, y nos fueron
inoculando, por las malas, naturalmente, primero, sus enfermedades, sus malas
costumbres, y la punta de lanza, que aun se mantiene en ristre como lo es la
religión, como un modo de sumisión y opresión, para que la gente se sumerja en
el conformismo y la promesa de la vida eterna, mientras los opresores hacen de
las suyas con los recursos naturales, aún a costa de la muerte y la
destrucción, como ha venido pasando en los últimos 500 y tantos años.
Claro,
ahora esa sumisión y opresión viene administrada, con calmita y con salivita,
como el cuento aquel del elefante y la hormiguita. Y los mecanismos de
dominación se vuelven cada día más sofisticados, y más atractivos y ese proceso
de subyugación es tan sutil, que nos hace pensar que las cosas que nos gustan
es porque nos gustan y no porque nos las han impuesto, como lo es el
consumismo, que nos hace desear cosas que, o bien, no están a nuestro alcance,
o lo que es peor, que no necesitamos.
¿Las
puntas de lanza?
Dos
grandes templos: la religión, con su poder manipulador y con la promesa de una
vida eterna, y el más letal: los medios de comunicación, en los formatos que
arriba mencionábamos, con un poder que rebasa cualquier análisis inimaginable
en otras épocas, porque ese poder se ha entronizado en los últimos 50 años, y
si bien actualmente tenemos acceso a lo que sucede en cualquier rincón del
planeta, no es menos cierto que lo que nos muestran dichos medios, dista mucho
de la realidad real, pues las grandes cadenas
nos hacen ver y creer lo que a ellos les interesa, y todo ello en nombre
de la libertad de expresión, ocultando los verdaderos propósitos, movidos por
las grandes corporaciones, que viven pendientes de los recursos de cada país,
en el entendido que ellos tienen el derecho y el deber de apoderarse de esos
recursos, a como de lugar, no importando si eso genera divisiones, devastación
y muerte a su paso.
“El
fin justifica los medios” decía por allá hace muchos años Maquiavelo, y así lo
han seguido al pie de la letra.
Los
venezolanos lo estamos viviendo en carne propia en estos últimos 15 años. Han
venido intentando inocular el odio étnico, religioso y de cualquier tipo, para
tratar de dar al traste con los avances que en materia social y política nos
hemos dados los venezolanos, a través del inmenso poder visionario del
Comandante eterno Hugo Chávez Frías, quien siempre, o mejor dicho, siempre
acompañó con la práctica su discurso liberador en todos los sentidos.
Sin
embargo, nadie podría llamarse a engaño pensando que la oligarquía iba a ceder
esos privilegios de siglos, quedándose de brazos cruzados y por 15 años hemos
soportado toda la mierda comunicacional que han vertido sobre nosotros,
intentando dividirnos, para ponernos a matarnos entre nosotros mismos, para que
el terreno les quedara abonadito, para su intervención.
“Se
hizo fácil” decía Pedro Navaja.
Pero
no fue así.
Un
pueblo cansado de los atropellos de gobiernos serviles a los intereses del
Imperialismo, ha soportado toda esa cantidad de manipulación, engaño,
distorsiones, bombardeo por la mañana, por la tarde y por la noche, rompiendo
todos los esquemas, hasta tal punto, que surgió un hecho inédito: un presidente
es derrocado por una cúpula mediática, empresarial y religiosa, y sin embargo,
en menos de 48 horas vuelve al poder en hombros de su pueblo.
Ese
pueblo, soportó meses después dos meses de paro petrolero fratricida, las
guarimbas de antes y las de ahora, toda las campañas mediáticas, la guerra
económica, porque este pueblo sencillamente cambió, y entre la miseria de la
guerra y sus atrocidades opta por la paz, con todas las trabas que nos ponen en
el camino para evitar que este proceso, que con todo y sus defectos, es el
rumbo a seguir, porque nos garantiza el
derecho a la salud, la educación, a una vejez con seguridad social, que da las
oportunidades a quien quiera desarrollarse en el campo que lo desee, pero por
medio de ese instrumento que nos legó el comandante eterno, llamado
constitución y el Plan de la patria 2013-2019, hasta tal punto que dada la
actitud asesina y terrorista de los violentos en el último mes, hasta quienes
adversan al gobierno revolucionario prefieren seguir este proceso, que si bien
no es de su agrado, también perciben que dentro de la violencia desatada no hay
ninguna oferta atractiva que no sea una guerra civil o una invasión imperial.
Por
ello, concluimos, y era a lo que veníamos a hablar de la guerra de IV
generación, que es el mecanismo, que describíamos sin nombrar, pero que sin
lugar a dudas, los venezolanos hemos venido derrotando año tras año, apoyados,
primero en el pueblo venezolano, y en segundo lugar, gracias los procesos de
integración regional y mundial que generó el Presidente Chávez para garantizar
que estos intentos de liberación no se
convirtieran en los procesos frustrados vividos por nuestros países en
el pasado, y que no vale la pena enumerar por ser harto conocidos por todos en
nuestra querida Latinoamérica y los pueblos de África y Asia. “Unidos seremos
invencibles”, había asegurado El Libertador hace casi dos siglos.
¿Qué
hay cosas que corregir y mejorar?
Obvio,
pero eso no se va a lograr con escenarios de guerra civil e invasiones
imperiales. Ya encontraremos nuestros propios mecanismos.
Por
ello, los venezolanos, le decimos la llamada Guerra de IV Generación: CHAO CONTIGO, aquí no prosperas.
Muchos
opositores no son capaces de entender lo que significa el amor generado por el
comandante Chávez, y parafraseando a Silvio, en su canción urgente: “Venezuela
les duele, pues les duele el amor”.
Porque
no creo que alcancen las balas o misiles que puedan matar o destruir ese amor.
LA
PAZ ES EL CAMINO.
Pedro Querales C.
C. I. 3.638.188
Vocero Zulia ante el
Consejo Nacional de la Comunicación Popular
Coordinador General
de Misión 94.3 FM
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