Para
reflexionar
(14-Mar-2014) El
pasado sábado presentamos un informe para dar cuenta de manera integral de lo
ocurrido en el país en las últimas semanas. Así, presentamos un balance en el
cual se revisan todos los hechos ocurridos, las actuaciones defensoriales y las
investigaciones en curso.
Lamentablemente, una noticia
falsa sobre las declaraciones que ofrecimos sirvió para desviar la atención de
nuestro informe y centrarla en acusaciones sin base, propiciadas por un
periodismo de cloaca.
No vamos a insistir en ese tema,
sino llamar la atención de la manera en que algunos medios y políticos han asumido
lo que ocurre en el país, y de la manera en que se han dirigido a la Defensoría
del Pueblo.
Cuando se nos acusa de
justificar la tortura o desconocer los estándares internacionales al respecto,
lo que se busca es generar desconfianza en las instituciones y generar odio en
parte de la población. Nuestra Defensoría preside la Comisión Nacional para
Prevenir la Tortura y ha trabajado en el tema con ahínco desde hace años.
En un marco de protestas
violentas el gobierno ha actuado para garantizar el libre tránsito y deponer el
vandalismo. En ese accionar, algunos funcionarios han violado la ley. Cuando se
les ha identificado han sido separados de sus cargos y puestos a la orden de la
justicia. Así funcionan la democracia y el Estado de Derecho. No hay violencias
buenas y malas, todas causan daño y generan víctimas.
Nuestra Institución ha estado
activa desde el 12 de febrero visitando a los detenidos, a los heridos y
reuniéndose con sus familias. Así ha recogido 44 denuncias sobre violación al
derecho a la integridad personal cuyas investigaciones está impulsando.
Quienes con tanta fuerza nos
atacan, deberían invertir esa energía en condenar la violencia como método de
hacer política, denunciar el secuestro al que ha sido sometida la clase media
de varias ciudades y hacer llamados sinceros a la paz. Eso sería acorde con los
derechos humanos.
A las pruebas me remito: la
mayoría de las muertes han ocurrido como consecuencia de focos violentos
vinculados a las guarimbas, mientras las 4 muertes vinculadas a los cuerpos de
seguridad ya están en manos de la justicia.¿Es posible hablar de DDHH sin
deslindarse de la violencia? Llamamos a trabajar por la paz.
Gabriela
Ramírez
Defensora
del Pueblo
No hay comentarios:
Publicar un comentario