miércoles, 20 de mayo de 2015

Estudiantes de sociología disertaron sobre colonialidad del saber musical


* La ponencia forma parte del seminario “Rasgos de la colonialidad en Venezuela”, del Laboratorio de Ecología Política del Centro de Estudios de la Ciencia  del Ivic
Altos de Pipe, 19 de mayo de 2015 (Leidy Martínez).-

Poner en evidencia una serie de rasgos colonialistas que aún persisten en la manera de promover la cultura musical, desde el Sistema de Orquestas venezolano, fue el objetivo de la ponencia “La colonialidad del saber musical en Venezuela. ¿Música o músicas?” ofrecida por el estudiante tesista y miembro asistente del Laboratorio de Ecología Política del Centro de Estudios de la Ciencia del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), Attilio Lafontant.
En su exposición, Lafontant planteó la necesidad de repensar el esquema de promoción y formación que se le ha venido dando a la cultura en el ámbito musical, ya que a su juicio subcoloca a las sonoridades locales, dando prioridad casi exclusiva a las composiciones europeas, que se han asumido como “universales”.
Tomando como referente el Sistema de Orquestas venezolano, Attilio afirma que dentro de nuestro programa de educación musical hemos reproducido lo que Pamela O´ Gorman llama mono-culturalismo, insostenible a la luz de nuestra ubicación geográfica y nuestras realidades políticas e históricas. Uno de los efectos más preocupantes de este hecho ha sido el silenciar las cualidades intrínsecas de nuestra diversidad musical regional, despreciando cualquier música que no se ajuste al criterio estético de la tradición europea.
A lo largo de su exposición, el joven investigador también lamentó la desaparición de iniciativas como el Proyecto Odila (1982), en el cual se hizo un intento importante de institucionalizar y promover a gran escala la formación de orquestas con músicas propiamente latinoamericanas, que tomaban en cuenta todos los elementos de significación, situados en sus respectivos territorios, sin pretender encajarlos en cánones estrictamente estéticos.
Para Lafontant, la colonialidad del saber musical existente en Venezuela puede articularse en torno a cinco  aspectos: el mito de la historia universal, que hace ver la narrativa europea como la historia de toda la humanidad; la producción asimétrica de conocimientos; un sistema de valores que nos acostumbra a pensar en jerarquías; un estructura neocorporativa asociada a una gerencia pragmática y la invisibilización de las músicas locales.
Una de las asistentes a la ponencia, Meyby Ugarte, miembro del Laboratorio de Antropología, comentó que la visión de la música académica o música sinfónica coarta elementos importantes como la expresión corporal, la oralidad, el movimiento y todas aquellas relaciones que se establecen desde lo comunitario hasta el ámbito estrechamente familiar. Desde esta perspectiva, se ponen en riesgo las manifestaciones culturales que se presentan en cada región.

Propuesta
Como parte de una propuesta decolonizadora, Lafontant plantea dar visibilidad a la producción de sonoridades desde las diferentes latitudes de nuestro territorio nacional, exponiendo así culturas y realidades situadas que son muy distintas a las europeas, y que por ser diferentes no son inferiores. Para ello, hace énfasis en la necesidad urgente de repensar nuestra historiografía musical, a través del fortalecimiento de investigaciones musicales de carácter etnográfico que sirvan de espacio para que aquellas sonoridades subcolocadas puedan ser escuchadas.
Continúa el seminario
“La colonialidad del saber musical en Venezuela. ¿Música o músicas?” fue la sesión inaugural del seminario “Rasgos de la colonialidad en Venezuela: activando opciones decoloniales. Sonidos, imaginarios, historias y vidas”, que se efectúa todos los viernes desde el 08 de mayo hasta el 05 de junio, a las 10 a.m, en la sala Olga Gasparini del Centro de Estudios de la Ciencia del Ivic.
La jefa del Laboratorio de Ecología Política, María Victoria Canino, coordinadora del seminario y tutora del ponente, afirmó que para empezar a transformar esos rasgos coloniales hay que ponerlos en evidencia para poder reflexionar sobre los mismos, y al hacerlo se tiene la posibilidad de ir saliendo de ellos. Eso es lo que se propone este espacio que resalta por la participación de jóvenes investigadores comprometidos con el proceso de transformaciones que vive nuestro país desde hace más de 15 años.
Fotografía Marie Fuzeau

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