lunes, 5 de enero de 2015

Cuba derrotó al imperialismo norteamericano

OPINIÓN/ 

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Por Humberto Gómez García/ Caracola/
53 años después del más largo bloqueo político y económico de una poderosa nación imperial contra una nación pequeña, este se derrumba, el propio jefe del imperio, Barak Obama, reconoce que ha sido totalmente inútil, que nada se alcanzó en una sostenida política iniciada desde el gobierno norteamericano del presidente Kennedy hasta el del actual presidente Obama, todas las administraciones norteamericanas sostuvieron en el tiempo y afinaron jurídicamente toda una perversa, cruel y genocida política contra una nación rebelde como lo ha sido Cuba y su valeroso pueblo y no pudieron ni vencerla ni doblegarla.
Decir que Cuba derrotó al imperialismo yanqui cuando, finalmente, un presidente no menos genocida (destrucción de Libia, Irak, Siria a través del sicariato mercenario internacional y de la Otan) tuvo quizás el único acto de sensatez de los seis años de su administración y admitió públicamente el gravísimo error que había constituido esa feroz y perversa política que tanto daño le causó a la Isla caribeña, es una demostración –de eso no hay dudas– de una derrota de proporciones aun inimaginables, en primer término porque Cuba y su Revolución no se derrumbaron, lo cual no significa que el largo asedio y bloqueo no dejaran muchas secuelas negativas e hicieran daño en cuantiosas pérdidas económicas, vidas perdidas por falta de muchos insumos y equipos médicos y un conjunto de otros no menos graves “daños colaterales”.
Porque hay que resaltar que la política del bloqueo no era sólo en el importante plano de la economía, era un componente de otras políticas globales de los gobiernos y el Estado norteamericano contra Cuba que mantuvo otras políticas constantes como el terrorismo, la subversión, las agresiones y guerra bacteriológica (roya del café, dengue hemorrágico, fiebre porcina, retinosis pigmentaria, etc., etc.) con miras a la destrucción de la Revolución Cubana, como la llamada ley de ajuste cubano y el estímulo criminal a las salidas clandestinas de ciudadanos hechizados por los cantos de sirena del “modo de vida americano”, muchos de los cuales se ahogaron en las turbulentas aguas del Caribe. Políticas éstas que, como las del bloqueo económico, se fueron afinando con leyes incluso de carácter extraterritorial como las leyes Torricelly, la Helm Bourton que penan a otros países que comercian con Cuba de diferentes formas, evidenciándose así el carácter imperialista del gobierno norteamericano.
Ciertamente lo que acaba de ocurrir es un hecho políticamente trascendente porque no hay la menor duda que los Estados Unidos estaban aislados ante el mundo con relación a Cuba, lo que acaba de demostrar, una vez más, la mayoritaria y absoluta votación en la ONU del 99,9% de las naciones del globo miembros del organismo condenando el brutal e ilegal bloqueo que, de paso, ha afectado y afecta a muchas naciones que se han visto perjudicadas por esas políticas extra territoriales como señalamos.
De igual forma debe destacarse la enorme presión de diversos sectores económicos y políticos desde los propios Estados Unidos del Norte hacia el presidente Obama en el sentido de abrirse hacia Cuba, romper el bloqueo y permitir la apertura y las relaciones económicas con Cuba entre las dos naciones.
La decisión del presidente Obama obviamente no es personal, esa es una delicada decisión política en el plano exterior de mucha cuantía indiscutiblemente conversada y discutida a un nivel del alto gobierno norteamericano porque las relaciones con Cuba no son las relaciones con cualquier país, ese es un país con determinadas características políticas como lo es su sistema político de carácter socialista, profundamente revolucionario, apegado como ninguno a sus principios y a su dignidad y soberanía como nación. Pero además de esas circunstancias está la enorme valentía del gobierno revolucionario y del pueblo cubano que durante 56 años se han enfrentado al cercano enemigo imperialista, derrotaron la invasión mercenaria de Playa Girón en 1961 y emplazaron los cohetes atómicos defensivos en octubre de 1962 que llevaron a aquella tremenda crisis donde los Estados Unidos del Norte, más allá de los acuerdos con los soviéticos del retiro de las armas nucleares emplazadas en Cuba, estaba la firme decisión del comandante Fidel Castro y de la dirección revolucionaria de entonces de estar dispuesta a enfrentarse a los militares norteamericanos y a su ejército… y vencerlo como vencieron el Cuito Cuanavale, Angola, al temible ejército sudafricano.
Los norteamericanos aprendieron la lección con Cuba, la respetaron y le temían. 52 años después de la crisis de los cohetes de octubre no volvieron a intentar una agresión directa como la del 61’ u otra de gran envergadura, aun cuando continuaron los ataques terroristas, la guerra bacteriológica y, sobre todo, pensaron incorrectamente que con el bloqueo económico la Revolución Cubana iba a sucumbir. Hoy ese castillo de naipes de la oligarquía norteamericana se desmorona y el enemigo acérrimo se ve obligado a iniciar un ciclo de conversaciones al más alto nivel con la dirección revolucionaria que desembocaron en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países, la liberación de los 3 héroes que aún permanecían presos en las infames ergástulas mal llamadas prisiones norteamericanas, y la liberación de algunos espías de larga data y de algunos presos políticos por parte de Cuba.
Obama en su discurso repite el disco rayado de la situación política existente en Cuba y su pacata visión de la democracia y los derechos humanos y el discursito hipócrita de la contrarrevolución cubana mayamera –la gran derrotada con lo ocurrido– parque jurásico fascista al que por lo visto se le acabó la teta del negocio mercenario de vivir del terrorismo contra Cuba en sus diversas expresiones: Radio Martí, TV Martí y otras porquerías más.
Pienso que el bloqueo norteamericano quedó herido de muerte con el restablecimiento de las relaciones entre los dos países. Por supuesto que la vida demostró que Fidel, Raúl, la dirección revolucionaria del PCC y, sobre todo, el abnegado y luchador pueblo cubano, que la razón siempre estuvo de su lado, que el bloqueo y las hostiles políticas de los gobernantes norteamericanos eran y son inútiles, ineficaces porque Cuba avanzó hacia su nuevo futuro y los Estados Unidos se ahogan en una insoluble crisis económica, política y moral donde las soluciones son el guerrerismo y el intervencionismo. Hay que felicitar a Cuba, al presidente Raúl Castro y al gobierno revolucionario por haber derrotado al tigre de los pies de barro como dijera un día el camarada Mao.
(humbertocaracola@gmail.com) (@hgcaracola)

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