De
recorrido esta semana por varios urbanismos construidos por la Gran Misión
Vivienda Venezuela, no me quedan dudas de que aquí se concentra el núcleo
humano más sólido y hermoso que ha creado la Revolución Bolivariana. En los Urbanismos
se están construyendo simultáneamente, múltiples y diversos procesos de
integración social, productivo, religioso y cultural, que son vanguardia y
ejemplo para Venezuela y el mundo. Su diversidad se nutre de la inmensa base
social de nuestro pueblo: profesionales, obreros, maestros, estudiantes, campesinos
y artesanos, todos provenientes de nuestras comunidades más humildes. Todos fueron
visibilizados y dignificados por el Comandante Chávez.
En
los urbanismos se redifican los mecanismos de arraigo mediante la apropiación
del nuevo espacio territorial donde se construyeron las viviendas. Se ha
logrado trascender del habitáculo de concreto y cabilla por una nueva noción de
comunidad, un hábitat colectivo. La comunidad funde sus diferentes idiosincrasias,
culturas y saberes, con el objetivo de lograr el bien común, el bienestar de la
comunidad.
Sobre
el ámbito territorial también se ha concebido un proceso extraordinario de
gestación del Poder Popular como modelo organizativo de participación protagónica
de los habitantes de la comunidad. En todos los rincones de los urbanismos se
habla un mismo idioma y lenguaje común: Consejo Comunal, Comuna, Parlamento
Comunal, Empresa de Propiedad Social Comunal, Contraloría Social. Esto es
la trascendencia desde el individualismo que pregona el capitalismo (manifestado
en un vecino encerrado y aislado en su apartamento) hasta lograr el desarrollo
de una organización colectiva que permite, como está señalado en el propósito
de las Comunas, la “edificación del
estado comunal, mediante la promoción, impulso y desarrollo de la participación
protagónica y corresponsable de los ciudadanos y ciudadanas en la gestión de
las políticas públicas, en la conformación y ejercicio del autogobierno por
parte de las comunidades organizadas, a través de la planificación del
desarrollo social y económico”. Es la fuerza, la creatividad y la energía
del pueblo trabajando por el bien común.
La
vanguardia que habita en los urbanismos ya ha demostrado con creces estar a la
altura para asumir cualquier reto y enfrentar las agresiones que amenazan a la
Revolución. Se han destacado en todas las tareas y cruzadas adelantadas en los
últimos tres años en áreas organizativas, educativas, sanitarias, culturales y
deportivas.
La
organización popular ha sido clave para enfrentar con sapiencia y disciplina
todo el malestar generado por la Guerra Económica. Los líderes comunales han estado
al frente de sus comunidades con creatividad y con entusiasmo. Por eso, las
mejores muestras de organización y conciencia, al implementarse el nuevo
mecanismo de distribución planificada de alimentos (los Comités Locales de
Abastecimiento y Distribución, CLAP), han salido de los urbanismos de la Gran
Misión Vivienda Venezuela. Este mecanismo, con el apoyo directo de la
comunidad, permite combatir las desviaciones en la cadena de distribución de
los alimentos, contribuyendo a disminuir la especulación, la usura y el
acaparamiento. Es un ataque directo contra la perversidad de las colas, contra
el bachaqueo y el contrabando de extracción. Esto es un ejemplo a seguir para
el resto de las comunidades.
Pero
hay más. Ante cada requerimiento hecho por la Revolución, el pueblo siempre ha
tenido una respuesta contundente, oportuna y solidaria. Por eso los urbanismos
también han respondido con entusiasmo y masividad al Plan de Agricultura
Urbana. Se ha sembrando en cada espacio disponible. Miles de hombres, mujeres y
niños se han abocado a la siembra de productos prioritarios como hortalizas y
frutales; y se han dispuesto espacios para la cría de aves y cerdos. Estos
rubros permiten alimentar de manera directa a la propia comunidad combatiendo
la especulación y la nefasta cadena de intermediarios.
En
los urbanismos se desarrollan también múltiples actividades socioproductivas,
aprovechando las habilidades y capacidades de sus habitantes. En los urbanismos
encontramos docenas de experiencias positivas, donde la iniciativa de la
comunidad ha permitido la instalación de talleres de herrería, carpintería, mecánica,
costura, peluquerías, repostería, mototaxis. Una fuerza productiva en beneficio
de la propia comunidad.
Destaca
también que en todos los urbanismos están siempre presentes los espacios de
formación y capacitación. En las aulas de clase se debate sobre la coyuntura
económica y la política. Y principalmente se brindan herramientas técnicas para
mejorar las habilidades profesionales de la gente. Los más jóvenes son los más
entusiastas en esta tarea forjadora de la conciencia revolucionaria.
Sigamos
adelante defendiendo el legado del Comandante Chávez. Viva la Gran Misión
Vivienda Venezuela. Viva la Revolución Bolivariana.
Richard
Canan
Sociólogo
@richardcanan
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