A pesar de esa ley nefasta para el pueblo trabajador, Clara López asume un ministerio estratégico del estado que es clave para mantener el poder total de la burguesía empresarial que va a exigir nuevos trofeos de guerra como debilitar y empeorar las pensiones.
Mientras tanto, detrás la cortina del Teatro se esconde riéndose Santos, sabiendo que tiene un nuevo rehén que se llama Clara López y que supuestamente representa, no a las clases populares, sino una izquierda huérfana de punto de vista políticamente.
Clara López acompañada por destacados personalidades del Estado Colombiano.
Lo único que se puede decir en defensa a Clara López es que no viene de la izquierda colombiana. Según Wikipedia Clara López Obregón es hija de Álvaro López Holguín, quien era sobrino del ex presidente Alfonso López Pumarejo y nieto materno del también ex presidente de Colombia Jorge Holguín Mallarino.
Igual como su jefe, el presidente Juan Manuel Santos, Clara López estudió economía en la Universidad de Harvard. ¿Cómo no van a entenderse si el primero estudió Administración Pública y la segunda se dedicó a estudiar derecho? Santos administra la política neoliberal con todas sus leyes antiobreras y su ministra de trabajo las aplica con palos a las columnas a la clase trabajadora, como ese decreto 583, herencia del Garzón II.
¿Qué sabe Clara López como ha sufrido el pueblo colombiano? Porque mientras ella estudiaba en Harvard, los trabajadores colombianos estudiaban en los colegios públicos.
Esta es la otra realidad, Clara, algunas de las 140.000 mujeres bogotanas que trabajan en las fincas de flores y en condiciones infrahumanas. Son víctimas por las fuerzas del órden cuando entran, como en el caso de las obreras en la foto de la finca de Arboles de Santa Cruz, en el municipio de Madrid, en un paro por no soportar más la injusticia. ¿Tienes la capacidad, Clara, de reprimir mujeres y obreros como ellos?
Para un periodista será una época interesante que ya comenzó. ¿Qué dirán sus ex compañeros cuando el látigo comienza a pegar a las espaldas a los trabajadores, enviando, como los Garzones I-II, las tanquetas con gas y agua sucia para disolver las marchas de los trabajadores y campesinos que no acepta las consecuencias del modelo neoliberal.
La declaración “No me verán en el gabinete del presidente Santos”, de Clara López el 16 de junio de 2014, un día después de la segunda vuelta presidencial que ganó Juan Manuel Santos, ya suena como se escucha, una declaración hueca. Ya esta adentro del gabinete, adentro del mismo círculo del Poder Fáctico.
Parece muy difícil romper con la clase social en donde uno nace. Y doy gracias a los trabajadores metalúrgicos que me formaron en los principios de la lucha sindical y política, sabiendo que solo unidos y en colectivos podemos tener la victoria, no, como en los gremios de periodistas, en donde los codos de punta es lo decisivo.
Mientras tanto la izquierda y la insurgencia han quedado muda. ¿Por qué?
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