Carlos Machado Villanueva / El Peatón
Ayer en la mañana la vi, llevaba 4 paquetes de harina de maíz precocida marca “Harina Pan” del tipo “Integral”, por supuesto más cara que la tradicional en empaque amarillo; la abordé y le pregunté dónde las compró, y me dijo que en el automercado Exelsior Gama de San Bernardino, y que ella pensaba comprar 2 paquetes pero cuando le informaron que el cupo era de 4 paquetes se decidió a adquirir los otros dos.
Olga fue objeto de una operación cardiovascular complicadísima, a corazón abierto, cuyo nombre no me grabé cuando lo mencionó, y hoy a sus 69 años se percibe dinámica, jovial; con esa jovialidad caraqueña y popular, pues creció y ha vivido toda su vida en Sarría. Quienes acuden al Modulo de Barrio Adentro en la avenida principal de esta más que centenaria barriada, se toparán con ella pues allí colabora con el personal médico de manera voluntaria.
Me cuenta que un amigo suyo debió pagar 800 mil bolívares por la misma operación quirúrgica que se le practicó a ella gratuitamente, como dice, “gracias a mi comandante Chávez”, y que de no haber sido así no me estuviese echando el cuento, pues ella no disponía de esa suma por ser muy humilde.
Volvemos al tema de la desaparecida harina de maíz precocida, coincidimos, a causa de la guerra económica que ciertos empresarios venezolanos decidieron emprender contra el presidente Nicolás Maduro, siendo el presidente de la empresa que fabrica este producto esencial en la dieta diaria del venezolano, Lorenzo Mendoza, uno de estos empresarios complotados. Incluso, dicen que cuando en sus alocuciones el presidente Maduro se refiere a un “pelucón” con aspiraciones presidenciales, de llegar a ser destituido por un referéndum que promovería un sector de oposición derechista, es a éste a quien se refiere.
Olga coincide conmigo en que estos empresarios no se atrevieron a desatar una guerra económica como la actual contra Chávez porque sabían que éste si les nacionalizaría las empresas sin que le temblase la mano. Por allí se escucha de vez en cuando la voz del desaparecido líder bolivariano, advirtiéndole a Mendoza: “No me provoques, Mendoza” en una grabación difundida a diario por una radio comunitaria caraqueña, Arsenal 98.1 FM.
También coincidimos en que parece llegado el momento en que Maduro actúe en correspondencia contra esta letal estrategia de desestabilización política, como es jugar con los alimentos del pueblo venezolano.
Ya para despedirnos, me dice: “Pero nosotros tenemos contribuir y comprar sólo lo que realmente necesitamos, y también pensar en las demás personas”, opinión en la cual volvemos a coincidir. Hasta que casi con un susurro en mi oído me confiesa, “es que yo soy revolucionaria”.No me cabe la menor duda de que sí lo es. Ya desde que le vi por primera vez en el módulo de Barrio Adentro me convencí de ello.
Fue así como esa mañana del 26 de diciembre recibí con atraso de un día mi regalo del Niño Jesús, que no es otro que volver a comprobar en las calles, en las esquinas de mi bella Caracas, que a pesar de las dificultades, de los errores, de las fallas, que las hay y muchas, también somos muchas y muchos quienes estamos dispuestos a defender al precio que sea necesario las conquistas democráticas, políticas, económicas, culturales y sociales logradas en 15 años de revolución Bolivariana y Chavista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario