lunes, 19 de mayo de 2014

Bastó que hablara Roberta Jacobson para que la MUD obedeciera la voz del amo y se saliera del diálogo de paz


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Humberto Gómez García/ Caracola/
Sin dudas que el mayor enemigo de la paz en Venezuela, de los diálogos de paz con la derecha opositora que con intensidad ha buscado el gobierno revolucionario los últimos tres meses, es el gobierno norteamericano de Barak Obama y sus voceros más extremistas y talibanes, el Secretario de Estado Jhon Kerry y la Sub Secretaria de asuntos hemisféricos, Roberta Jacobson, quienes no han cesado de incrementar la escalada intervencionista en los asuntos soberanos de Venezuela y de ataques frontales o velados contra el presidente Maduro y la Revolución Bolivariana y Socialista buscando su derrocamiento.
Por primera en 15 años vez un sector de la derecha venezolana, la que parecía menos extremista, dio muestras de sensatez y tuvo un timorato gesto de autonomía política y aceptó sentarse a la mesa de diálogos que tan pertinazmente ha estado convocando el gobierno, sobre todo al sector político porque los diálogos de paz en las mesas de lo económico ya se alcanzaron con auspiciosos resultados y avances significativos.
El país, ese que en un porcentaje entre el 80 y el 90% condenó la violencia de las guarimbas, del terrorismo, de los asesinatos, la destrucción de bienes públicos y privados, la destrucción e incendio de 16 universidades, la participación de bandas paramilitares colombianas que trajeron a Venezuela todo su monstruoso arsenal de destrucción, terrorismo, crímenes y maldad insensata, vio con buenos ojos que ambos antagónicos sectores se sentaran a la mesa de diálogo, aquello parecía ser lo que se llama la “real politik”, la sensatez política de un sector obtusamente intransigente que finalmente accedió a conversar con el gobierno pese incluso a su voluntad y en buena medida producto de la presión social y a las derrotas que venía sufriendo la insurreccionada clase media, carne de cañón de las guarimbas de López, Ledezma, la Machado y el sátrapa y criminal Robert Alonso. Los cancilleres de Unasur se habían anotado un triunfo político notable.
¿Pero accedió realmente conversar poniendo por delante los altos intereses de la nación y del pueblo o fueron a la Mesa con las cartas tapadas de pretender imponer una condiciones leoninas que al no serles satisfechas por el Gobierno los llevaría a darle la patada a la mesa y retirarse de las ansiadas y necesarias conversaciones de paz como lo han hecho?
Toda esa calculada conducta canalla de la MUD hay que analizarla en el contexto del golpe de Estado permanente que desde Washington se viene impulsando con fuerza este 2014 cuando el 23 de enero la Malinche Corina Machado y Leopoldo López y el mismo vámpiro criminal Ledezma llamaron a la violencia terrorista y a incendiar el país. Era la orden de Kerry, seguida a pie juntilla por Uribe y sus criminales paracos que vieron abiertas las puertas del país gracias a la complicidad del alcalde Ceballos y otros especímenes similares del grupúsculo voluntad impopular que controlan la mayoría de las alcaldías tachirenses y se aliaron con enemigos contumaces de Venezuela. Claro, Uribe y el sector de la oligarquía fascista colombiana que representa, tienen sus propios intereses los cuales son tratar de fracturar la unidad geográfica y nacional venezolana para secesionar la media luna occidental venezolana: Táchira, Mérida, Apure, Trujillo y Zulia y anexarla a Colombia.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro, con el indiscutible apoyo del mayoritario pueblo chavista, el Psuv y el GGP en el marco de aquella guerra no declarada que desató el imperialismo contra Venezuela, guerra de cuarta generación que contempla la guerra económica desde finales del 2012 cuando se agudiza la enfermedad del comandante Chávez, guerra mediática, guerra terrorista con movilizaciones fundamentalmente de sectores medios que combinan la marcha “pacífica” con la violencia más desenfrenada, enfrenta resueltamente aquella brutal violencia que ha dejado infinidad de pérdidas, humanas y materiales.
Sectores del empresariado derechista (Fedecamaras, Polar, etc.), mucho más sensatos y pragmáticos que los sectores políticos de la MUD y toda la fauna fascista y terrorista, se sentaron a conversar con el gobierno y a buscar sus soluciones, a tratar a toda costa proteger sus intereses que la misma violencia estaba afectando. Ese gesto aislaba críticamente al sector político.
La Malinche Fernández, cuadro predilecto de George Bush, “olió” la traición de Aveledo y se lanzó al exterior a tratar de ganar adeptos en los gobiernos y sectores políticos latinoamericanos para aquella insensatez golpista y contra los moderados de la MUD. Sólo tres gobiernos de América le abrieron las puertas: Estados Unidos, Canadá y el presidente corrupto y saliente de Panamá que la ungió como su representante ante la OEA, hecho que le costó el cargo de diputada a su regreso a Venezuela adonde llegó con las tablas en la cabeza tras su estruendoso fracaso en la OEA y en países hermanos como Brasil donde fue vapuleada por congresistas cariocas. Fue por lana (lana verde, por supuesto) y regresó trasquilada, con más derrotas aún, pero con dólares para sus terroristas mercenarios.
A todas estas Kerry dijo una de sus clásicas barbaridades, que no actuaría contra Venezuela mientras durasen las conversaciones de paz entre el Gobierno y la MUD, a lo que Nicolás le salió de inmediato al paso y su respuesta fue contundente: “Estados Unidos no se debe meter en los procesos de paz y de diálogo que he adelantado en Venezuela. Los quieren sacar (a los representantes de oposición) de las mesas de diálogo  (…) Por eso es que nosotros debemos estar muy claros de las tareas y la lucha que nuestro pueblo tiene que dar por la paz”, señaló.
A esa declaración del canciller norteamericano vino la cadena de intervenciones torpes y confusas de la Jacobson donde por un lado dijo que el presidente de la MUD le habría señalado lo inconveniente de aplicar sanciones por parte del gobierno norteamericano contra el gobierno de Nicolás Maduro, que fue lo mismo que dijo Kerry. Esa posición de Aveledo prendió las alarmas en el entramado gusaneril mayamero venezolano y la resaca de origen cubano, en los halcones y fascistas del partido republicano, en parlamentarios republicanos de Florida como Ileana Ros-Lehtinen y Marco Antonio Rubio, en Colombia incluso donde seguramente Uribe reaccionó airado por la gravísima coincidencia del presidente de la MUD con el gobierno que se quiere derrocar y sus pretensiones de acabar con las guarimbas y derrotar definitivamente el llamado golpe suave. Eso no se podía admitir y la orden fue para las bandas paramilitares a recrudecer sus ataques contra instituciones gubernamentales en el Este de Caracas y otras ciudades con núcleos terroristas como Valencia, San Cristóbal, contra trabajadores del Metro, sedes ministeriales, asesinar a más policías nacionales, quemar masivamente vehículos, militares incluso, destruir sedes bancarias y universidades y asesinatos selector como el del camarada Otaiza que lo quisieron presentar como un falso positivo.
La propia Jacobson se desdijo públicamente de la delación hecha contra Aveledo –que se suponía era secreta– y la orden fue salirse de la mesa de paz, lo que rápido hizo Aveledo presentando un conjunto de peticiones “de honor” para que el gobierno dijera que no y así justificar su salida definitiva de la mesa de diálogos por la paz.
Habría que agregar que el gobierno, que ha venido afinando sus tácticas de lucha de calle contra estas nuevas formas de lucha terrorista urbana y afinado la actividad de inteligencia dio un descomunal golpe a la subversión al poner al desnudo todo el entramado golpista, conexiones nacionales e internacionales y dio a conocer decenas de nombres de personas, personalidades, instituciones involucradas en la conspiración desde el año 2010, incluso planteó presentarle a los representantes de la MUD todas las pruebas recabadas y acumuladas que desbaratan el golpe, lo que los hizo temblar de terror. Es decir, el gobierno cerraba la pinza, por un lado derrotaba y desmantelaba en la calle el terrorismo y por el otro daba a conocer al país la magnitud del plan golpista, sus financistas, sus redes, sus organizaciones de fachadas, las redes de espionaje externo e interno. Un trabajo completo para que la Fiscalía General de la República actúe de manera expedita y amplíe el personal que va a cumplir condena por traición a la Patria, terrorismo, subversión, utilización de menores de edad en delitos de diverso género y muchos delitos más.
¿Qué hará ahora la MUD que volvió al redil golpista, se preparará para la “ofensiva final” de junio? Los estamos esperando y puede que ahora Rondón si salga a pelear.
humbertocaracola@gmail.com
@hgcaracola
@ecopopular

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