Por Ramón Pedregal Casanova*, 3 de febrero de 2020—-
Cuando la ciudad de Jerusalén / ha caído / el amor retrocede … y en el corazón / del mundo habita la guerra. … La ira … viene / cabalgando sobre fuertes caballos … / viene y vencerá a la violencia. / La casa es nuestra. / Y Jerusalén es nuestra / y con nuestras manos reconstruiremos la / belleza de Jerusalén.
Versos del poema La rosa de las ciudades. Autores los poetas, escritores, músicos y dramaturgos libaneses Hermanos Rahabani.
Desde el acuerdo de Balfour-Rothschil, noviembre de 1917, hace 102 años, en el que el gobierno inglés se comprometía con la Federación Sionista a darle la tierra de Palestina para que pusiese su propio establecimiento neocolonial, al que quería llamar “ hogar nacional”, eso estando Palestina en las manos del imperio turco, hasta hoy, los asaltos del sionismo con apoyo del actual imperio y del antiguo han conseguido en parte el objetivo marcado. Inglaterra apoyaba al movimiento sionista a cambio de su apoyo financiero y fuerza política en la Primera Guerra Mundial. El compromiso del gobierno inglés no podía ser más injusto, robar al Pueblo Palestino su país para dárselo a una empresa que levantara su propio Estado. El sionismo financiero venía recreando una historia que la elaboraba con material mitológico-teológico, que le era útil para envolver su propósito imperial aprovechando la decadencia del imperio turco poseedor de aquel territorio, y se unió al imperio británico, que aspiraba a repartirse con sus aliados en la guerra la región de Oriente Próximo sobre la base del control del petróleo. Pusieron en marcha la máquina de matar que desarrollaría el plan. La cota alcanzada por el sionismo hoy con EEUU como nuevo imperio es la que han denominado Acuerdo del siglo. El negocio y la conquista que ha planificado Israel y el régimen estadounidense ha contado con el acompañamiento político de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes, y Barheim, dispuestos a ignorar al Pueblo Palestino, tal y como lo hicieron el imperio inglés y el mundo financiero que se le aliaba en aquel primer acuerdo, la Declaración Balfour.
Al final de aquella 1ª Guerra Mundial a Jordania la dejaron la administración de los Santos Lugares, y hoy sólo cuenta para EEUU-Israel como depósito de la Población Palestina expulsada de su tierra, refugiados que se sumarían a los millones que acoge, lo mismo ocurriría con los restantes países del entorno.
Pero a ese problema futuro hay que anteponer y defender con todas las energías el Derecho del Pueblo Palestino, Derecho que se encuentra en el mismísimo fundamento de la Ley Internacional, Derecho a la Autodeterminación, Derecho a la Independencia, Derecho a la Soberanía. La declaración de EEUU-Israel se encuentra de frente conque hay fuerzas, gobiernos y pueblos de la región y del mundo que levantan la Ley a su paso.
Pero detengámonos en algunos aspectos internos que los conduce, pues el proyecto emprende poco a poco varias direcciones:
1ª: Salvar a los dos dirigentes, Trump- Netanyahu, que se encuentran en campaña electoral, mantenerse en la presidencia, sortear los juicios que les sobrevienen y no ir a la cárcel, con la que, por lo menos, Netanyahu se ve amenazado.
2ª: Agitar la zona y crear más divisiones entre los árabes sobre los derechos del Pueblo Palestino.
3ª: Hacer retroceder las conquistas Palestinas en la conciencia del mundo árabe, en los estamentos oficiales, en los organismos internacionales y en las Cumbres que han tratado la solución para Palestina con iniciativas árabes.
4ª: Enmarcar las aspiraciones futuras del movimiento sionista en el espacio político de una “nación judía-nacionalidad judía”, y contentar a la derecha y la extrema derecha para que tomen parte en un gobierno de “unidad nacional” sobre el principio sionista ficticio de que Palestina no es del Pueblo Palestino, sino que es “judía”. En la intención de semejante plan se encuentra el traslado de los colectivos palestinos, su transferencia, la realización del apartheid, según declaraciones de Ayman Odeh, cabeza de lista electoral árabe dentro de Israel.
5ª: Anunciar la consagración por la fuerza de EEUU del “Estado” sionista contra el espíritu nacional árabe y musulmán de Palestina y antiimperialista y antisionista. A su vez es un golpe contra una solución lógica a nivel internacional, teniendo en cuenta a los países europeos, a Rusia, a China, … y hacer aparecer a EEUU-Israel como si estuviesen/n por encima de todo el mundo. La solución se encuentra paralizada porque éstos dos neocolonialistas quieren hacer prevalecer sus intereses sobre el Derecho de Palestina.
6ª: Con su imposición dictatorial pretenden blanquear los asentamientos de colonos, que con las Resoluciones de los organismos internacionales son declarados ilegales y crímenes de guerra; a esa imposición añaden anexionar la parte de vital importancia de Palestina y negar a Jordania su hermanamiento con la nación ocupada. Pero impedir tal cosa requiere no fiarse de los países del Golfo que juegan a los dos bandos, o más aun, la coalición reaccionaria juega siempre a favor de EEUU. El rechazo del Acuerdo del siglo por parte de los ministros de exteriores árabes en El Cairo en la última reunión, si no se traduce en hechos en favor de la lucha del Pueblo Palestino quedará como otras tantas resoluciones en papel mojado.
7ª: En la cuestión de Jerusalén pretenden naturalizar lo que viene haciendo el régimen israelí, hacer retroceder la Historia a golpes, y, agitar los conflictos religiosos como tapadera: propagar leyendas falsas que fomentan el enfrentamiento, e incrementar el chovinismo sionista en su sociedad, cada día más derechista, para ocupar Jerusalén al completo.
El Acuerdo del siglo es, en si mismo, un plan ofensivo, que eleva al máximo los propósitos de agresividad y es absolutamente una ilegalidad, tanto de Netanyahu-Israel como de Trump- EEUU, es una declaración descarada de prepotencia envuelta en sonrisas y promesas de unos asesinos que quieren interpretar cínicamente el papel de salvadores y defensores de la paz para el Pueblo Palestino y el mundo árabe. Se ha visto desde la llegada de Trump, hace 3 años, lo único que han sembrado los dos regímenes han sido amenazas, guerras, injerencias, terrorismo, desprecio al Derecho Internacional y continuos engaños. En lo inmediato las dos ultraderechas, de EEUU-Israel, buscan la manera de ganar puntos de cara a sus elecciones y volver a gobernar para golpear aun más fuerte a la Resistencia Palestina, sobre todo en la Franja de Gaza, pongo un sólo ejemplo, de entre todas las guerras que los sionazis han descargado contra el Pueblo Palestino en Gaza, el profesor Norman G. Finkelstein recoge lo siguiente en su magnífico libro Gaza. Una investigación sobre su martirio, editado por Siglo XXI: A lo largo de la Operación Plomo Fundido, Israel había dañado o destruido “todo lo que se le ponía por delante” y no tan por delante, incluyendo 48.000 hogares, 1.500 fábricas y talleres, 280 escuelas y guarderías, instalaciones de agua, alcantarillado y electricidad, 190 complejos de invernaderos, el 80 por 100 de las cosechas agrícolas y casi un quinto de las tierras de labor. Barrios enteros quedaron destrozados. También destrozó o dañó 29 ambulancias, casi la mitad de los 122 centros de salud de Gaza (incluyendo 15 hospitales) y 45 mezquitas. Cuando finalmente se retiraron, las IDF dejaron allí 600.000 toneladas de escombros y 1.400 cadáveres, 350 de ellos de niños y niñas.” Muy a pesar del sionismo Gaza resistió y hoy sufriendo el criminal bloqueo y la destrucción de sus hospitales, depuradoras de agua, centros de energía, colegios, universidades, viviendas, campos agrícolas, etc, la Resistencia en Gaza mantiene su unidad y aspiraciones nacionales. Dos puntos principales que el ente israelí planifica como tareas inmediatas en su Acuerdo del siglo: desarmar las fuerzas de la Resistencia y disolver la nación, con lo que posibilitaría la creación de alianzas contra Irán que tendrían más fácil desviar la atención de los árabes sobre Israel. Para recordar el tipo de alianzas que hace éste tomo algunas líneas del libro del profesor Finkelstein que recoge de Sasha Plakow-Suransky, autor de Unspoken Alliance: Israel´s Secret Relationship with Apartheid South Africa: En su papel de principal y más fiable proveedor de armas de Sudáfrica, durante un periodo de violenta represión interna y de agresión externa, el gobierno de Israel hizo más por ayudar al régimen del apartheid … De hecho, justo cuando la represión de la mayoría negra alcanzaba su cénit en Sudáfrica, el ministro de Defensa, Shimon Peres, confesaba a su aparato de poder que la cooperación israelí con el régimen del apartheid se “basaba no solamente en interese comunes, sino también en los cimientos inamovibles de nuestro odio común por la injusticia”; y el primer ministro Isaac Rabin brindaba por “los ideales compartidos por Israel y Sudáfrica: la esperanza de una justicia y de una coexistencia pacífica”. De ese nivel de hipocresía es su lenguaje en el trato de sus alianzas, su racismo, su fascismo, su imperialismo, su desprecio por los Derechos del Pueblo Palestino y el Derecho Internacional se manifiestan en la imposición de sus intereses alimentando la división árabe conforme tiene a Siria, Irak, y Yemen en llamas, y lleva a cabo el terrorismo contra la República Islámica de Irán, hoy la potencia en la región que le puede hacer frente.
Por tanto, es de obligada necesidad para el Pueblo Palestino y la solidaridad internacional no despreciar la ofensiva titulada Acuerdo del siglo, no enfrentarla sólo con frases elocuentes, panfletos, concentraciones, sino, sobre todo en el ámbito del Pueblo Palestino, 1º, superar las diferencias y fortalecer los pilares del Movimiento de Liberación Nacional, zanjar los problemas internos y abandonar la apuesta por Oslo y todo lo que ha segregado. 2º, tejer una estrategia en el marco Palestino, árabe e internacional, respaldada por el poder manifestado por el Pueblo Palestino, quiere decirse, sustentar la desobediencia que conduzca al levantamiento popular, a la intifada, lo que significa el respaldo efectivo a esa estrategia. 3º, no claudicar ni dar un paso atrás, resistir con todos los medios al alcance, pues tiene el apoyo de muchos países y el Derecho Internacional a su favor. EEUU-Israel, el Acuerdo del siglo, saben que si se consigue la unidad Palestina, ellos, NO PASARÁN, NO PASARÁN, NO PASARÁN.
Ramón Pedregal Casanova* es autor de los libros: Gaza 51 días, Palestina. Crónicas de vida y Resistencia, Dietario de Crisis, Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero, y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.
Miembro del Frente Antiimperialista Internacionalista (FAI).
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