En la Mesa Coja (MUD) ha
sido tal el desastre que no hay forma de calmar las aguas,
llenas de ambiciones
desmedidas y deslealtades. Desde la purga de Ramón Guillermo
Aveledo, los
movimientos para controlar las decisiones por parte de los
partidos
“dominantes” se han incrementado, ejerciendo inmorales
presiones para imponer
sus criterios e intereses. En este juego, Chuo Torrealba no
tiene ni la fuerza ni
la capacidad para jefear a estos grandes monstruos, curtidos
en la manipulación
y en el maquiavelismo político.
A pesar de las reiteradas
derrotas electorales la MUD no ha escarmentado. En sus genes
solo predominan
las aspiraciones sectarias y lo único que une esta fauna es
su odio hacia la Revolución
Bolivariana y su impertérrito deseo de asaltar el poder para
restituir sus antiguos
privilegios.
Los integrantes de la MUD
han demostrado fehacientemente que no les importa tomar el
poder por cualquier
escenario. La vía electoral es solo una de ellas. Por eso,
en su plan de
operaciones han ensayado paros petroleros, guerras
económicas, Golpes de
Estado, Salidas violentas, ataques teoristas e intentos de
magnicidio. Esta
gente lo ha intentado todo para derrocar al Gobierno
Bolivariano, solo que una
y otra vez, se han encontrado de frente con un pueblo
consciente presto a
defender su Revolución y su Gobierno Bolivariano.
La MUD está integrada por
una autodenominada “coalición” de partidos políticos
opositores encabezados por
Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática, Un
Nuevo Tiempo,
Proyecto Venezuela, COPEI, La Causa R, Alianza Bravo Pueblo
y más de una docena
de partidos-franquicias que tiñen su espectro desde la
extrema derecha
neofascista hasta el liberalismo más recalcitrante. Toda una
fauna de intereses
e “ideologías” empresariales, con una mescolanza de caciques
sin tribu,
generales sin tropa, que sirven de relleno y tribuna a los 4
o 5 partidos que deciden
todo a su antojo y cuyos presidentes y secretarios generales
son los verdaderos
amos del mapa político opositor (Borges, Ramos Allup,
Henríquez, López).
Una camarilla impone las
decisiones al resto de sus miembros, poniendo en evidencia
la existencia de partidos
de primera y otros de segunda. Los ninguneados. Los grandes
vapulean a los
partidos pequeños en todas las decisiones, dando al traste
con el cacareado
talante democrático de la fauna opositora. Pura paja.
Dedazos y Primarias
chucutas
La realización de elecciones
primarias en la derecha opositora ha permitido evidenciar el
talante
seudodemocrático de esta gente. Sin escrúpulo alguno la
macolla ha tomado mezquinas
decisiones, perjudicando y excluyendo a las bases
opositoras. No caben más rayas
en el prontuario de esta gente.
En primer lugar, el Dedazo
ha sido un error garrafal. Para la opinión pública esto ha
sido una rebatiña de
zamuros repartiéndose impúdicamente los cargos salidores,
sin consulta alguna a
sus seguidores y militantes. Todo un negociado a oscuras,
escondidos y en
contubernio. Los nombres de los ungidos y privilegiados es
casi un secreto de
Estado. Todos los cargos están reservados para los panas y
los próceres de la
fauna opositora. “Consenso” es el
nombre que le han dado al dedazo, solo para imponer a sus
cuadros y llenar de “paracaidistas” los estados. Una
nueva burla
a su militancia.
La realización de primarias
en escasas circunscripciones le quitó fuerza a la vía
electoral, con el nefasto
resultado de una paupérrima participación y el surgimiento
inmediato de
amenazas de divisiones internas, con postulaciones de
candidatos por fuera de la
opción MUD.
En las Primarias chucutas de
la MUD solo pudieron participar empresarios disfrazados de
políticos, ya que la
tarifa mínima de entrada alcanzó los Bs. 150.000,00 por
aspirante, quedando el
escasísimo proceso de consulta secuestrado por los
candidatos de los poderosos partidos-corporaciones
de la derecha venezolana (AD, COPEI, UNT, Primero Justicia y
Voluntad Popular).
Estas prácticas poco
democráticas pasarán finalmente factura en las aspiraciones
electorales de la
MUD. Un viento fétido se empieza a oler en su seno. Se
avizora una elevada abstención
y el desánimo en la militancia opositora que rechaza y ve
con desconfianza la
rebatiña que tienen los grandes partidos políticos. También
se nota el
debilitamiento de los liderazgos opositores. No hay cabeza
visible dominante. No
hay quien guíe ni explique. Todos se han diluido entre sus
errores y
disparates. La fauna opositora no encuentra a quien seguir o
en quien creer. No
tienen un mensaje claro y coherente. Todos mienten o tienen
segundas
intenciones.
Una espina llamada
Voluntad
Popular
En la MUD se nota la culebra
en contra del partido de extrema derecha Voluntad Popular. Y
no es para menos. Las
locuras de este partido siguen a la orden del día. Su
accionar político los ha transfigurado
en vanguardia de la oposición irracional, golpista y
violenta. Un partido de
claros matices neofascistas.
La MUD ha tenido que calarse
sus malcriadeces y sus acciones foquistas. Por solidaridad,
in extremis, ha tenido que acompañar sus
“iniciativas” de manera obligada y otras veces ha tenido que
excusarse y
recular públicamente, dejando de manifiesto sus divisiones
internas y la disparidad
de criterios.
La estrategia de Voluntad
Popular es clara. ¿Cómo se diferencia del resto de la fauna
política? Pues
siendo el más radical y poniendo a sus hordas neofascistas a
liderizar acciones
violentas y de choque que ataquen las políticas y autoridad
del Gobierno
Bolivariano. Con esto aspiran ganar el favor de la derecha
histérica, la cual
está totalmente disociada y enajenada en su accionar
político.
Voluntad Popular viene cabreado
con la MUD. Resiente el abandono y el desplante permanente
ya que nadie lo
acompaña en sus acciones supraconstituciones y violentas con
las que pretende
derrocar al gobierno. En Voluntad Popular no entienden que
la agenda electoral
es el tema predominante en este 2015 y nadie le comprará sus
métodos violentos.
Voluntad Popular ya ha
ensayado todo tipo de provocaciones y ataques. Por sus
antojos y ambiciones
murieron asesinados docenas de ciudadanos y más de
ochocientos resultaron
heridos. La dirigencia de Voluntad Popular violó las leyes,
pero como burgueses
y guapetones, intentan por todos los medios presionar a las
autoridades para lograr
la impunidad de sus actos terroristas. Quieren hacer creer a
la población y a
la comunidad internacional que se van a martirizar
reclamando justicia, cuando
son ellos los
que cobardemente rehúyen su responsabilidad
por ordenar, dirigir y ejecutar acciones terroristas durante
la Salida violenta. He aquí el programa
político de este partido: violencia, desestabilización y
terrorismo.
Tarjeta Única
Otro tema en discusión que
ocupa el tiempo y las entrañas de la MUD, es el uso de la
Tarjeta Única para presentarse
de forma unitaria en las elecciones a la Asamblea Nacional.
Infectados por el mal de las
ambiciones partidistas, la propuesta de Tarjeta Única solo
está presente en las
aspiraciones de sus ingenuos seguidores y en los pequeños
partidos franquicia
de la MUD.
Más que buscar la economía
del voto, con una identidad única, los grandes partidos
quieren contarse con
sus propias siglas para luego exigir cuotas de poder en base
a la
cuantificación de su peso político electoral. Los preña el
deseo alucinante por
ser el mayor partido opositor (detrás y muy lejos del PSUV).
No importa que
esto perjudique a la “Unidad”, los ambiciosos (como los de
Voluntad Popular)
solo quieren figurar y desmarcarse, para que el resto de los
partidos se les
subordine. Las tensiones y discusiones son principalmente
sobre este tema: quién
mueve más que el otro y en base a esto cómo se reparten el
país y los cargos.
La estrategia de los partidos grandes es clara: monopolizar
y ponerle el diente
a todo el mapa político opositor.
A la hora de elegir a los nuevos
diputados, las bases opositoras de seguro recordarán con
rabia y rencor la
gruesa camada de diputados que en el actual período
legislativo han brillado
vergonzosamente por sus inasistencias y su bajo nivel
discursivo y de debate. Nunca
hemos esperado nada de ellos. Nada proponen para mejorar el
país y todo es un oposicionismo
ciego en contra de todas las discusiones en la Asamblea
Nacional. ¿Esto es
oposición democrática? Más bien es la representación
elocuente de una derecha
histérica e irracional en el ejercicio del poder
legislativo.
La guerra es a cuchillo
limpio. En la MUD ya no guardan las apariencias ni esconden
los trapos sucios.
Richard
Canan
Sociólogo
@richardcanan
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