martes, 28 de enero de 2020

La revuelta y la ausencia de un proyecto político revolucionario en Chile.


Máximo Constanzo /  27 de enero de 2020
En los distintos foros que he ido, me ha quedado meridianamente claro que se podrían hacer algunas distinciones para catalogar lo que estamos viviendo desde el 18 de octubre (18/o): Estallido social, revuelta, rebelión, Revolución.
Son categorías flexibles, acumulativas, cada una tienen distintos elementos según el rendimiento político que cada uno pueda hacer. Estamos frente a una revolución, sí y no. Si usamos el término para significar que estamos en una revolución cultural, un cambio radical en la subjetividad de los chilenos, el término podría ser apropiado y si lo usamos en el sentido que estamos en presencia de cambios radicales en la clase social que dirigirá el Estado y la sociedad chilena, estamos lejos de ello.
Hasta ahora, me parece que es más apropiado para definir lo que vivimos el término de revuelta social, es más que un estallido social, llevamos 4 meses de revuelta en proceso de convertirse en una rebelión, quizás el inicio de una Revolución.
Qué “orden” social, qué concepción de sociedad, qué “vida” radicalmente distinta a la actual remplazará al actual estado de cosas, ni siquiera se visualiza, más allá de ideas vagas, anhelos, lo cual ya es un gran logro.
Hay “crisis” del modelo neoliberal, sí, hay “crisis” del capitalismo como sistema, todavía no. La gobernanza neoliberal se acaba y el sistema hasta ahora busca una nueva forma de gobernanza, empujado por la lucha popular, gobernanza que permita seguir con sus negocios y asegurar la supervivencia de las clases dirigentes. Los arriba no la tienen fácil  en medio de la crisis ambiental del planeta y los cambios tecnológicos por la inteligencia artificial.
Cuál sería la debilidad más grande de los de abajo, de los pueblos, de las clases dominadas, es la ausencia de un proyecto político de una nueva sociedad post capitalista. El problema central es que ese proyecto tiene que nacer como una necesidad desde las entrañas de los que luchan y ya no como algo externo, solo puesto por los más “esclarecidos”. En el fondo es la “crisis” de las “izquierdas revolucionarias”.
Está naciendo un poder popular, sin duda alguna, reflejado en los que luchan en primera línea y los que los apoyan, un nuevo tipo de organización práctica, de lucha callejera, que se sale de los moldes acostumbrados en la “izquierda revolucionaria” y también está naciendo en las múltiples asambleas territoriales fuera de la institucionalidad que están construyendo coordinaciones detrás de demandas y exigencias populares. Es un proceso que está en pleno desarrollo con todas sus virtudes y debilidades. Son las necesidades lo que está poniendo los tiempos y NO  las “vanguardias”. Es un proceso que puede tener éxito o puedo fracasar, como todo en la vida. En el mundo popular lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir.
Hoy el poder popular, el poder de la clase trabajadora, el poder de los pueblos que luchan, no está en condiciones de reemplazar (implica derrotarlo) al poder burgués y todo su aparato estatal que incluye su fuerza militar.
Preguntas a reflexionar:
¿La revuelta podrá parir un sujeto revolucionario que tenga esas capacidades? Nada es imposible, pero todavía se ve lejos.
¿Cómo convivirá este poder popular que está naciendo, mientras no gane, con el poder de la burguesía y el respaldo militar que tiene? Al cual hay que sumar el papel de la socialdemocracia, aliada del sistema capitalista que busca “normalizar” la situación.
¿En este camino hay reformas que puedan ayudar al proceso revolucionario?, ¿cuáles serían ellas?, ¿toda reforma está destinada a caer en la garras del reformismo?
Para los que queremos cambios revolucionarios, es decir cambios estructurales que implican cambios en las clases sociales o pueblos que están en la conducción del Estado y el conjunto de la sociedad hay una condición básica para cualquier táctica que se quiera apostar, ello es la existencia de un poder popular con capacidad en todos los ámbitos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario