lunes, 21 de octubre de 2019

Golpe de Timón


Por: Elías Jaua Milano
Hace 7 años nuestro Comandante Chávez realizó una alocución televisada, desde una reunión con sus ministros y ministras, reunión ésta reseñada y titulada por un medio impreso como “Golpe de Timón”. Y así quedó nombrada para la posteridad.
En ella el recién reelecto Presidente Chávez, para el periodo 2013-2019, expuso con claridad ideológica el camino del Socialismo Bolivariano.
Nos insistía allí en el carácter democrático de nuestra revolución:
“Una de las cosas esencialmente nuevas en nuestro modelo es su carácter democrático, democrático, una nueva hegemonía democrática y por tanto eso nos obliga a nosotros a qué; no a imponer sino a convencer, a convencer”.
Hugo Chávez nos recalcaba en la referida alocución, entre muchas otras cosas, los principios de nuestro modelo económico:
“Un Estado que produce riqueza, un país que produce riqueza, un Estado que lleva parte de las riendas de la producción de la riqueza (…) constituye la base de la acumulación, que luego se conecta con un modelo de distribución igualitario, o que busca la igualdad, que promueve la igualdad, que genera la igualdad diría Bolívar, “establecida y practicada” en Venezuela”.
Como idea central de las orientaciones de aquel día, el Comandante insistía, más allá de un cambio en las condiciones materiales, en la trasformación cultural del modo de convivencia entre nosotros y nosotras:
“… el espíritu de la Comuna que es mucho más importante que la misma Comuna, la cultura comunal… es parte del alma de este proyecto”.
Rescato estos tres aspectos centrales del llamado Golpe de Timón: la democracia, el papel del Estado en la producción y distribución de riqueza y la conformación de un nuevo modo solidario de relaciones sociales.
La limitación, condicionamiento o conculcación del protagonismo democrático del pueblo; el fraccionamiento y debilitamiento del rol del Estado en la gobernabilidad económica; el establecimiento de relaciones clientelares e individualizadas, siempre comprenderán un rumbo distinto al trazado por Hugo Chávez.
Al respecto, creo que siempre debemos estar atentos a las desviaciones que las circunstancias pueden imponer, a las confusiones ideológicas que genera un momento tan complejo como el que nos toca vivir y que nos pueden hacer perder el rumbo, para poder rectificar a tiempo en el sentido que Chávez nos demandaba aquel 20 de octubre de 2012:
“La autocrítica, es para rectificar, no para seguirla haciendo al vacío, o lanzando como al vacío, es para actuar ya”.
Esas rectificaciones son las que hoy demanda el pueblo que sufre, resiste y lucha contra la agresión extranjera y la afrenta de todos los días contra su derecho a vivir con tranquilidad.
Hoy más que nunca: ¡Democracia protagónica; producción y gobernabilidad económica; construcción solidaria y popular de soluciones!, para recuperar el rumbo en la construcción de una sociedad donde quepamos todos y todas con Independencia, igualdad, justicia y dignidad. Ese es el rumbo trazado, ese es el camino de Chávez.

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