martes, 1 de julio de 2014

Gideon Levy, periodista israelí: el mundo está cansado de Israel y su demencia


Israel ha descubierto que ya no es el centro de atención como lo había sido antes. Qué mundo cruel: tres estudiantes de la yeshiva (escuela religiosa) fueron secuestrados y al mundo no le interesa; tres madres lloran y el mundo no responde.

Todo porque el mundo entero está contra nosotros; es anti-semita y odia a Israel. La Liga Anti Difamación ya prepara su próximo reporte. La verdad es que esa es la manera en que son las cosas: cuando has despreciado al mundo por años, eventualmente el mundo te desprecia a ti.
Las tres madres fueron a Génova. Una de ellas viajó por primera vez en su vida para ir al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Pero el mundo, y el Consejo, siguió su camino normalmente. Es la ironía del destino: hace dos años, Israel suspendió oficialmente su cooperación con ese consejo. Junto a las Islas Marshall, Palau y Estados Unidos, se opuso a la creación de esa entidad. Pero ahora, en su aflicción y la de las madres, vuelve al consejo, el cual es hostil hacia Israel, país sobre al cual ha dedicado más tiempo que a cualquier otro. De repente, Israel necesita al mundo. Necesita a la ONU, la cual súbitamente deja de ser el organismo sin valor que una vez describió el Primer MInistro David Ben Gurion.

Rachel Fraenkel, de pañuelo amarillo, madre de uno de los israelíes desaparecidos, durante su discurso en Naciones Unidas. 
Supone una enorme desfachatez demandar que el mundo se interese en el destino de los tres israelíes secuestrados y considerable chutzpah (audacia) para mostrar decepción por el hecho que el mundo se mantiene en silencio. Israel ha tratado de mover cielo y tierra, su embajador y propagandista en la ONU dio un emotivo discurso para ganar algunos puntos contra Hamas. Pero una vez más, la atención de este extraño mundo se centraba en la campaña de castigo colectivo impuesta sobre miles de residentes de Cisjordania después de los secuestros.
Así es con un mundo enteramente contra nosotros: se interesa más en la ocupación de más de medio siglo; se preocupa más por el destino de tres millones de palestinos que por el de tres israelíes. Al mundo no le faltan víctimas de secuestros, pero ninguna recibió la atención que el soldado Gilad Shalit. Sin embargo, con las tres víctimas del secuestro actual, Israel no tiene la misma chance. En las últimas dos semanas, que pasé en Suecia, no ví una sola mención al secuestro en los medios. Ni siquiera una.
Así es como se ve la fruta podrida. El mundo no tiene más razón para interesarse en el destino de Naftali Fraenkel, Eyal Yifrah y Gilad Shaar que la que tiene por Mohammed Dudin, un chico de 15 años que fue asesinado por fuego israelí en Dura el último Viernes.
No tiene razón para estar especialmente conmovido por la voz de Rachel Fraenkel, mientras contaba como Naftali, un buen chico, amaba tocar la guitarra y jugar al fútbol, cuando Mohammed, también un buen chico, ayudaba a su padre a construir su casa durante las vacaciones y vendía dulces para apoyar a su familia. ¿Rachel desea abrazar a Naftali? Jihad, el padre de Mohammed, también desea abrazar a su hijo. Nadie lo llevó a él a Génova. Lloró solo por su muerte en la construcción aún no finalizada de su hogar.
El mundo de hoy es un desastre, como se suele decir. En Iraq, Nigeria, Siria o Ucrania, la situación es aún más cruel. Aún así, la completa falta de interés por el secuestro de los israelíes no emana sólo de ahí. Es imposible demandar simpatía al mundo cuando Israel ignora las decisiones de ese mundo; Es imposible demandar acciones cuando Israel perpetúa la ocupación; y es imposible demandar solidaridad con el destino de las víctimas israelíes cuando ese mismo Israel, victimizado, continúa la rutina de asesinar, herir y arrestar inocentes.
Israel ha descubierto que ya no es el centro de la atención como antes, y que el destino de tres víctimas de un secuestro no detiene al mundo, ni siquiera a los Estados Unidos. El mundo está cansado de Israel y su demecia. Desafortunadamente, el mundo ha perdido interés por lo que pasa aquí. Cuando Israel era un país más justo, el mundo se identificaba con sus víctimas. Lo hizo aún cuando Israel se convirtió en un país menos justo. Pero hoy, cuando el negacionismo israelí alcanza nuevas alturas y su opresión de los palestinos se equipara a la de los peores tiempos, el mundo ha terminado por cansarse de todo ello. Incluso unas niñas nigerianas  interesa más a este mundo.
*Gideon Levy es un periodista israelí. Levy escribe artículos de opinión y una columna semanal para el periódico Haaretz que a menudo se centran en la ocupación israelí de los territorios palestinos.
fuente: Haaretz / Palestina Libre

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