jueves, 14 de noviembre de 2019

Bolivia. La repudiada «presidenta» golpista Añez hace oídos sordos al reclamo popular que pide su renuncia/ Posesiona al Alto Mando de las FFAA


La autoproclamada «presidenta», la racista Jeanine Áñez empezó a tomar decisiones en su «Gobierno» y posesionó al nuevo Alto Mando de las Fuerzas Armadas , que estará bajo el mando del general Carlos Orellana. El saliente Williams Kaliman llamó a retomar la paz.
Posesión del Alto Mando Militar
Posesión del Alto Mando Militar
Orellana Centellas, llamó a deponer las “actitudes beligerantes” y evitar “fragmentar la unidad nacional y se derrame sangre”.
Áñez agradeció al saliente comandante de las FFAA, general Williams Kaliman, por “coadyuvar en los momentos que nos tocó vivir y a devolverle al Estado la paz y la democracia”, en tanto que le dijo al nuevo Alto Mando que «el Estado los necesita más que nunca para mantener la paz en todas las latitudes de nuestra patria”.
Les recordó a las nuevas autoridades que “asumen el mando en un momento crucial para nuestro Estado, en el cual nos toca a todos los bolivianos una tarea importante como es llevar a buen término esta etapa encaminada y dirigida a nuevas elecciones”.
Añez es una mujer francamente repugnante, ya que tiene una larga historia de dichos racistas y anti indígenas. De allí, que este miercoles, con los militares represores del pueblo boliviano parecía sentise en su salsa. Además, está ligada a la iglesia pentecostal como muchos de los militares golpistas, y por eso los uniformados juraron frente a la Biblia y la cruz en el viejo Palacio Quemado, donde ya no se realizaban actos de esta naturaleza desde la inauguración de la Casa Grande del Pueblo. La administración de Áñez marcó la vuelta de los símbolos cristianos a los actos de Gobierno, que habían sido retiradas en la gestión de Evo Morales.
El jefe de Estado Mayor es Pablo Arturo Guerra Camacho; el comandante del Ejército, el general Iván Patricio Inchauste;  el comandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), Ciro Orlando Álvarez Guzmán; y el comandante de la Armada, el contraalmirante Moisés Orlando Mejía Heredia.
Orellana recordó que la institución armada tiene como misión asegurar el imperio de la Constitución y garantizar la estabilidad del gobierno legalmente constituido. “La coyuntura  actual requiere de la capacidad y trabajo sin descanso de todos los miembros de las Fuerzas Armadas buscando el retorno de la paz y la convivencia pacífica”, abogó.
Mientras se desarrollaba la posesión grupos sociales que descendieron desde El Alto al centro paceño protestaban a pocas cuadras de plaza Murillo, centro del poder político. No están de acuerdo que Áñez haya asumido el poder.
Los militares están en las calles, luego que la Policía se declarara rebasada por la ola de violencia tras la dimisión de Morales y Álvaro García.
“Es oportuna la ocasión para llamar a la calma a toda la población boliviana, les pido a nombre de las Fuerzas Armadas que depongan sus actitudes intransigentes, piensen y velen por el futuro de nuestra Patria, somos hermanos, nunca pero nunca permitan que fragmente la unidad nacional y se derrame sangre de un ciudadano boliviano”, sostuvo el militar golpista Centellas.
Áñez aseguró que se respetó la institucionalidad y carrera en la designación del nuevo Alto Mando Militar.

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