viernes, 21 de noviembre de 2014

70 familias anzoatiguenses cuentan con nuevo hogar digno



(Prensa Gobernación).- La Gran Misión Vivienda Venezuela(GMVV) continúa elevando la calidad de vida del pueblo anzoatiguense. Así se evidenció en la jornada desarrollada en el caserío La Concordia, vía Morichal – San Tomé, en el municipio Pedro María Freites, donde 19 familias humildes recibieron las llaves de sus nuevos y dignos hogares.

La emoción de poseer moradas construidas por la revolución se reveló en los rostros de niños y adultos, que gracias al cumplimiento de esta política habitacional ahora disfrutan del buen vivir anhelado por el Comandante Supremo Hugo Chávez en beneficio del pueblo.

Anamirta Rodríguez, beneficiaria de la GMVV en esta localidad, manifestó que “el legado del Comandante Chávez cada día es más sólido, más tangible, como son las paredes de estas viviendas construidas por la revolución para que nosotros, familias humildes, elevemos nuestra calidad de vida”.

En asamblea popular como beneficiarios y pobladores de comunidades circunvecinas, el gobernador Aristóbulo Istúriz junto al alcalde del municipio Freites, Daniel Haro, explicaron la importancia de continuar edificando urbanizaciones socialistas en zonas urbanas y periurbanas de los 21 municipios de la región.

“Solo en revolución es cotidiano obras como esta, la entrega de urbanizaciones conformadas por casas y apartamentos otorgados a familias necesitadas. Hoy estamos entregando un total de 70 viviendas en 10 municipios, de las cuales 19 están en el sector La Concordia del municipio Freites, que nos permiten lograr ya 45.095 viviendas. Además, están ejecutándose  13.788 viviendas, para hacer indetenible la eficiencia de esta política habitacional”, indicó el mandatario regional.

En este sentido, Haro ratificó que su gestión redoblará sus acciones unificadas con el Gobierno regional, PDVSA y pueblo organizado, para que la Gran Misión Vivienda Venezuela siga combatiendo el déficit habitacional dejado por los gobiernos de la IV república, que durante 40 años destinaron a que el pueblo viviera en terrenos inestables, entre láminas de zinc y sin servicios básicos.





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