jueves, 26 de diciembre de 2019

Bolívar



Por: Elías Jaua
En el marco de los 189 años de la partida física de nuestro Padre Simón Bolívar, quiero compartir con Uds. algunos comentarios sobre la serie novelada “Bolívar” producida por la televisora colombiana Caracol. Comienzo por expresar que la figura de nuestro Libertador es tratada con mucho respeto y cariño a lo largo de la serie, en su condición humana, militar y política.
Sin embargo,  reconociendo que dicha serie no pretende ser un documental histórico y que fundamentalmente relata la etapa de Bolívar en la Nueva Granada  o la Cundinamarca de entonces, hay omisiones de hechos trascendentes que configuraron el pensamiento político de El Libertador. Entre las más importantes omisiones,  su estadía  en la primera República independiente del Caribe, Haití, donde se nutre del pensamiento libertario y de igualdad social de los “jacobinos negros”, es reducido a un comentario fugaz en uno de los capítulos.
De igual manera, Angostura queda reducido a otro comentario. Angostura, ciudad ubicada al sur del Río Orinoco, en Venezuela,  fue  la base logística para el inicio de la  gesta de Independencia de toda Suramérica y es el lugar donde Bolívar, en su discurso de instalación del Congreso de 1819, funda nuestro propio pensamiento republicano, a partir del principio de que la igualdad social practicada entre los ciudadanos es el fundamento de la libertad de una República y expresa que si una sociedad pretendía ser libre no podía mantener la esclavitud, entre otros avanzados conceptos para la época como la  educación popular y la pluralidad cultural que conforma nuestra nacionalidad, al reconocer nuestro origen indígena, negro y europeo.
En Angostura, el 17 de diciembre de ese año 1819, hace 200 años, el Congreso allí instalado  declara la creación de la República de Colombia.  Colombia, esa gran Nación en territorio americano, que concibió y así  llamó el venezolano Sebastián Francisco de Miranda, Precursor de la Independencia americana, figura histórica no bien tratada en la serie.
No solo en Bogotá se pensaron las ideas de la Independencia. Los venezolanos y venezolanas de entonces también soñaron, pensaron y  parieron ideas y soldados, hombres y mujeres,  para la libertad de este Continente nuestro americano.
En la serie también hay algunas imprecisiones históricas, por ejemplo el error en la fecha del terremoto de Caracas de 1812, que queda registrado en la novela como si hubiese ocurrido en 1813. El personaje de Páez, asegura en un capitulo,  que él  mató  al realista  José Tomas Boves, líder de una rebelión social contra la segunda República venezolana. En verdad, lo mato otro llanero, Pedro Zaraza y lejos del territorio que dominaba Páez.
Hasta donde pude averiguar,  la valiente Pepita Machado, no cruzó el Páramo de Pisba, al parecer murió en los llanos apureños cuando se dirigía a Bogotá, desde Angostura,  cuando ya Bolívar había liberado la Nueva Granada en Boyacá.
Hay personajes de la novela, que sin duda, resumen la vida de los hombres y mujeres anónimos que participaron en nuestra  gesta libertaria, pero que no están registrados en la Historia con tal nombre y apellido.
En fin, la serie vale la pena verla, es una novela bonita sobre nuestro Libertador, hay muy buenas actuaciones artísticas, los hechos narrados en términos generales son bastantes veraces y contextualizados, con una fotografía de los paisajes muy hermosa. Es un esfuerzo de producción serio.
Solo recomiendo tener un buen libro de historia a mano o el Internet abierto para profundizar en la historia de Simón Bolívar,  que es la esencia de nuestra historia como nación suramericana. No se quede con dudas sobre los hechos y personajes, averigüe y profundice en lo que allí cuenta y discútalo en familia, entre amigos y compatriotas. Es un buen ejercicio pedagógico, sobre todo para los jóvenes.
Nuestro Libertador Bolívar es reconocido en su grandeza histórica y en su condición humana, en dicha serie. Gracias por eso a los productores colombianos.
Queda para los buenos  productores y productoras de televisión de nuestro país, hacer una serie,  tan o más bonita,  sobre los periodos de la vida de Bolívar que no fueron contados en la producción colombiana. De manera especial, creo que tenemos que novelar la etapa de la estadía en Haití, del Congreso de Angostura y de la campaña de Carabobo. Nos toca a nosotros los venezolanos y venezolanas. ¡Viva Bolívar!
Un abrazo de navidad y año nuevo. Dios mediante nos encontramos en enero del 2020, para seguir compartiendo, por este medio, la batalla de las ideas.

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