La negatividad, según
el Diccionario de la Lengua Española (RAE) refiere a “Cualidad
de negativo (‖ pesimista)”. Y el pesimismo lo define
como
la “Propensión a ver y juzgar las cosas
en su aspecto más desfavorable”. Entre sus sinónimos
más resaltantes
encontramos términos como melancolía, desilusión, desánimo,
abatimiento,
desesperanza y consternación. Por lo general, los pesimistas
son personas
frustradas que además de amargarse así mismas proyectan
sobre el entorno todas
sus malas vibras. Nada para ellos es lo suficientemente
bueno o digno, todo
tiene un defecto, nunca disfrutan de nada en la vida (parece
que solo gozan con
la tragedia ajena). El resultado de esta actitud, es una
vida llena de amargura
e infelicidad. Algunos se convierten en apologistas del mal
y viven
perpetuamente pregonando, como pájaros agoreros, la cercanía
del fin del mundo.
Esto de la negatividad
y el pesimismo es el perfecto retrato de los “líderes” de la
MUD. Viven envueltos
en una inmensa nube negra similar a la del pobre y
desafortunado Calimero. Esta
derecha disociada, vive enferma de amargura. Están alejados
de la realidad,
carentes de amor patrio y respeto por nuestra idiosincrasia.
Los amargados de
la MUD desconocen que los venezolanos somos, en su gran
mayoría, gente honesta,
trabajadora, estudiosa, solidaria, respetuosa del otro y
siempre llena de
alegría y esperanza. Son los amargados los mensajeros del
apocalipsis, los
exacerbadores de la maldad y de todas las miserias humanas.
Uno ve a los "líderes”
de la MUD y todo el tiempo tienen cara de amargados, de
malhumorados. Puro odio
sale de sus miradas. Toda su gestualidad, expresiones
corporales y puestas en
escena son siempre de desprecio, de negación del otro, de
desconocimiento e
irrespeto hacia el adversario, en este caso del pueblo
chavista y
revolucionario, que los ha batido en buena lid en el campo
electoral y en todos
sus intentos golpistas. Quizás por esto la frustración. No
han podido reponer
los privilegios para sus patrones de la burguesía. Y la
presión y el estrés los
tiene cometiendo locura tras locura. Evidentemente que esto
no es normal y
merece un estudio minucioso.
Tratando de
apoyar un poco a los pobres psiquiatras que
atienden a los chiflados líderes de la derecha y con el mero
(y desinteresadísimo)
ánimo de ayudar a identificar el mal que los agobia, hicimos
el mayor esfuerzo
por dar con un diagnóstico aproximado sobre las
disociaciones y perturbaciones que
pasan por la mente de la derecha. Buscando en las redes
tropezamos con una
patología denominada Trastorno de negativismo
desafiante,
la cual consiste en una “conducta
negativista, hostil y desafiante a las autoridades,
excesivo para el contexto
sociocultural y el nivel de desarrollo del niño (o
político amargado, en
este caso) y que le causa un deterioro
significativo en su funcionamiento social”. Este
maloso trastorno se
expresa con los siguientes síntomas (siempre presente en los
“líderes” opositores):
“frecuente pérdida de los nervios,
discusiones repetidas con los adultos (en este caso,
riñas internas en la
MUD), continuas y deliberadas molestias a
otras personas, censuras a otros por sus errores, mentir a
otros para evadir
sus obligaciones evadiendo así a sus autoridades, se
molestan fácilmente con
otros, suelen enfadarse y estar resentidos y suelen
mostrarse con frecuencia
rencorosos y vengativos”.
Entendiendo ahora el
terrible mal que agobia a la derecha opositora debemos
reconocerle su gran
esfuerzo por aparentar sindéresis y cordura. Por dar la
impresión de sensatez y
unidad. Pero la verdad es que detrás de las cortinas lo que
hay es una guerra
de amargados, llenos de disparates y locas ocurrencias.
Parece un cuento
hasta gracioso, pero no lo es. Al contrario, es una terrible
tragedia que las
fuerzas opositoras de la derecha no cuenten con líderes
ecuánimes y sensatos, que
sepan mantener el equilibrio por el bien del país. Ese es el
Arte de la Política (Maquiavelo: “Cuán loable es
en un príncipe mantener la
palabra dada y comportarse con integridad…”). Pero en
la derecha no hay racionalidad,
moral o integridad. Está secuestrada por agentes
corporativos que solo
defienden los intereses y negocios de la burguesía y siguen
mansamente las
instrucciones que les dictan desde el imperio
norteamericano.
Por eso sus mensajes
de odio muchas veces son guiones escritos y diseñados en sus
laboratorios de
maldad y de guerra sucia. Todo es ensayado, sus ojos
“puyuos”, sus palabras
crispantes y apocalípticas. Todo elaborado para que en el
cenit del mensaje
destructor, puedan ordenar a sus hordas “descargar la
arrechera” o ejecutar la
“salida” violenta. Parece como si los “líderes” de la
derecha, en vez de actuar
como políticos, estuvieran compitiendo por ver quién es más
malo entre los
malos, quien incendia y destruye más rápido el país.
Calígula y Nerón
dirigiendo a la oposición.
Volviendo al tema
de la amargura y la negatividad, no extrañaron
los certeros comentarios del padre Arturo Peraza, jefe de
la Compañía de Jesús en Venezuela. Su respetada opinión
resume toda la
discusión: “la oposición todavía no es
alternativa de poder en Venezuela. Y no lo es porque su
narrativa política es
pura negatividad, siendo incapaz de generar un sueño
colectivo como lo hizo
Doña Bárbara para la generación del 28”. Y retratando
fielmente a los
personajes en cuestión, a los “líderes” opositores, señaló:
“La oposición tampoco son angelitos bajados
del cielo…”. Que conste que esto no lo dijo un
Chavista.
¿Quién puede hacer
política desde una eterna amargura? ¿Quién puede construir
algo positivo desde
el odio? Pues nadie. En esta batalla los “líderes” de la MUD
han fracasado
estrepitosamente. Han contagiado mortalmente a sus
electores. Solo los asustan
y deprimen.
Para vender
espejitos y esperanzas la MUD debería empezar
(por fin) a proponer algo. Presentar un plan mínimo de
gobierno. Algo creíble y
coherente. Y es que esta gente nunca ha podido consensuar
siquiera un papel de
trabajo (un borradorcito o una servilleta mal garabateada),
debido a los feroces
intereses y ambiciones siempre presentes entre su fauna de
políticos-gestores.
Los líderes de la
MUD nunca han presentado una propuesta
de solución a los problemas del país. Es un mecanismo de
defensa, porque representan
a la burguesía parasitaria, la causante de nuestros
principales problemas
económicos (si le tiran a su familia se arruinan). Ellos
solo atizan la candela
y aúpan la crisis. Sueñan y juegan a que todo colapse para
repartirse, cual
rebatiña, los despojos del país. Por eso, oculto y en el
mayor de los misterios
sepulcrales, está el plan de gobierno de la oposición. Así
de terrible debe ser,
que no lo muestran ni enseñan, ni hacen alarde de él. Ni por
casualidad enseñan
su plan neoliberal: privatizar todo, vender hasta la madre,
acabar con las
misiones y programas sociales. Liberalizar la economía para
que la oligarquía
restaure sus privilegios. Esto si daría alegría (carita
feliz) e iluminaría los
rostros de esta derecha amargada.
Para erradicar la
negatividad de estos “líderes” de la derecha y mejorar su
salud mental (y así librarnos
de sus locuras) vamos a enviarlos a un tratamiento intensivo
de Feng Shui en
las aguas termales de San Juan de Los Morros (ricas en
azufre), esperando el
milagro de su sanación. Eso sí, pedimos por Dios que dejen
al pueblo tranquilo,
que no lo atormenten más con sus disparates, amargura y
negatividad.
Imagino a
Capriles y López
todas las mañanas frente al espejo recitando los versos
sagrados de su oscura
religión: Estoy harto del optimismo, derrotarlo
es agotador y frustrante, por eso vivo cada día para
amargar a toda la nación.
Richard
Canan
Sociólogo
@richardcanan
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