A tempranas horas de este martes, un grupo de militares desertores en conjunto al autoproclamado Juan Guaidó y Leopoldo López, se concentraron en el Distribuidor Altamira, con armas de alto calibre con las que pretendían perpetrar un golpe de Estado en Venezuela.
Ante estos nuevos intentos golpistas, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, manifestó su compromiso con la defensa de la Constitución de la República, por lo que se activó un plan de contingencia con el objetivo de garantizar la estabilidad y paz en todo el territorio nacional.
Por su parte, el pueblo bolivariano se concentró en las cercanías del Palacio de Miraflores, desde donde expresaron que se mantendrán en vigilia permanente, a fin de garantizar la continuidad de la Revolución Bolivariana y el respeto a la constitucionalidad venezolana, la cual pretendía ser vulnerada por sectores de extrema derecha.
Una vez derrotado el intento de golpe de Estado, como es de costumbre, los dirigentes de la oposición comenzaron a abandonar a sus seguidores, lo cuales les sirvieron como carne de cañón para intentar perpetrar sus planes desestabilizadores.
Más tarde, se dio a conocer que Leopoldo López, solicitó asilo en la Embajada de Chile en Caracas, tal como en el 2017, lo hizo su compañero de partido, Freddy Guevara y el democristiano Roberto Enriquez, luego de que en ese mismo año, promovieran hechos violentos donde fallecieron cientos de personas.
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