POR: CAROLA CHÁVEZ
El antichavismo necrófilo, encabezado hoy por Guaidog y los psicópatas de Voluntad Popular, le ha dado, otra vez y como siempre, por sumar muertes como victoriosos puntos a favor, así como lo hicieron en las guarimbas, cuando sumaban las muertes que ellos generaban en largas listas macabras que pintaban en las calles, donde yacían juntos los nombres de víctimas y victimarios, todos, claro, culpe Maduro; no del llamado a la violencia del sifrinaje golpista, no, sino a la terquedad del chavismo de no dejarse tumbar.
Hoy, otra vez, después de arrastrase por los EEUU y Europa suplicando sanciones contra su país, después de que los voceros gringos declararan impúdicos que había que asfixiar a Venezuela, que el pueblo iba a sufrir pero que no importa si de sacar al chavismo del poder se trata. Después de entregar a Citgo, entregar las cuentas de PDVSA y el BCV a los gringos -cosa que hicieron gustosamente a cambio de una tajada-; después de gestionar el bloqueo y robo de todo dinero que el gobierno venezolano intente transferir… Estos miserables que auguraban emocionados los efectos del bloqueo, hoy celebran sus consecuencias y hacen, contentísimos, una nueva lista de muertos, que no son más que “inversión a futuro”, como dijo el miserable interino Juan Guaidog.
Guaidog, como el asesino de las películas, que asiste al funeral de sus víctimas y abraza a sus dolientes para relamerse con el dolor que les provocó, dice lamentar la muerte de 4 niños que él y sus jefes gringos con sus sanciones mataron, y un reducido coro de psicópatas lo acompaña con lágrimas de utilería y sonrisas sádicas que no saben ocultar. Y van contando muertos y su gente no entiende por qué se limitan a contar, si ya dijeron que controlan las cuentas de PDVSA, Citgo, el BCV y más de 30 mil millones de dólares que sus sanciones congelaron en bancos extranjeros cuando eran transferidas para pagar comida, medicinas, materias primas y sí, los trasplantes que habrían salvado a esos niños que hoy ellos usan como bandera contra el gobierno Chavista.
“Hagan algo, ¿por qué no ayudan a esos niños?” –angustiados les escriben por las redes sociales los mismos que en enero festejaban la autoproclamación y llamaban a Guaidog Presidente (E, I,O,U), y como única respuesta obtienen video selfies de autoayuda golpista, grabados por embajadores virtuales en ciudades del (primer) mundo, dentro de sus carros de 100 mil dólares (de Citgo), diciendo que no se rindan, que “vamos bien”, que alégrense, que ahora viene el bloqueo al CLAP, esa cosa malvada que creó el gobierno chavista para llevar todos los meses comida a 6 millones de familias, entre ellas las de mi calle, todas opositoras, por cierto, menos la mía, de más está decirlo… Con razón ya ni cacerolean.
Sin gente, porque ya su base clasemediera ha padecido los embates de las sanciones, hasta les bloqueron los viajes a Miami y los envíos de Amazon por Liberty Express… Decía, sin gente, el “cese de la usurpación” gastado como el cuento del gallo pelón, Guaidog y sus jefes gringos, sin nada más que dinero, apelan un ejército de bots y publicidad en las redes sociales para convencernos de que las consecuencias de sanciones y el bloqueo son culpe’ Nicolás. Nicolás se sanciona y se bloquea para que el pueblo sufra y tumbe a Nicolas, o sea, you know.
Y así, con cada muerto que cuentan, más expuestas quedan sus miserias y mientras más expuestos, más solos, y solos, odiados, llega Noruega y el diálogo que Nicolás convocó por enésima vez en enero y que, de haberse sentado entonces, nos habrían ahorrado tanto sufrimiento a todos, pero qué se iban a sentar ellos, si son Voluntad Popular, claro, los sádicos de ojos puyuos de siempre, que aman la violencia y les encanta contar muertos para achacárselos yo-no-fui-mente, cobardemente, a los demás.
Por cada niño, por cada lágrima derramada, a esos monstruos les llegará la justicia, inevitablemente, porque… ¡Nosotros venceremos!
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