Por Eduardo Piñate R.
La revolución boliviana vive momentos cruciales, luego de la inapelable victoria del MAS y el compañero Evo Morales en las elecciones del 20 de octubre, la ultraderecha de ese país desconoció los resultados electorales y se lanzó en una escalada de violencia para producir un golpe de Estado, tal como lo ha denunciado Evo y diversos dirigentes de nuestro continente y el mundo.
Como siempre, la élite imperialista, supremacista, fascista y racista que gobierna los Estados Unidos dirige las operaciones contra el pueblo revolucionario, con el apoyo de Canadá, la Unión Europea, los gobiernos de derecha del continente y la inefable OEA más los sectores empresariales y políticos fascistas de Bolivia. Del lado de Evo y el pueblo de Bolivia están el MAS y las organizaciones sociales y políticas de ese país, particularmente dos fuerzas históricamente fundamentales en la historia boliviana: los indígenas y la clase obrera, dirigidas por sus organizaciones los primeros y la Central Obrera Boliviana (COB) los segundos; más el apoyo de los gobiernos, movimientos, partidos y sectores progresistas y revolucionarios en todo el mundo. Nos enorgullece decir que nuestro hermano Nicolás Maduro y nuestro pueblo estamos al frente de la batalla al lado de Evo y su pueblo.
El guión golpista es conocido por los venezolanos, es el mismo que han aplicado aquí, las escenas de violencia y destrucción son las mismas, la canalla mediática internacional hace idéntico trabajo de desinformación. Los fascistas y el imperialismo apuestan a fracturar las FFAA de Bolivia, objetivo que no han logrado hasta ahora. Es fundamental mantener la unidad del pueblo y las fuerzas revolucionarias bolivianas, es esencial la solidaridad de todos los pueblos. Derrotar el golpe de Estado en Bolivia servirá a los pueblos del Nuestra América que hoy están en las calles combatiendo al neoliberalismo y al imperialismo. Seguimos venciendo.
Caracas, 9 de noviembre de 2019
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