Por María Torrellas, Resumen Latinoamericano 15 de noviembre de 2019
En el auditorio de ATE NACIONAL, Buenos Aires, se realizó una actividad para pensar las insurrecciones que están sucediendo en Nuestamérica y el reciente golpe de estado en Bolivia. En este momento complejo que se está viviendo se enmarcó el encuentro en romper los cercos mediáticos y conocer las trasformaciones que están ocurriendo en el continente.
Organizado por Venceremos, Partido de Trabajadorxs, contó con la presencia de Claudio Katz, (Economistas de Izquierda), Henry Boisrolin ( Comité Democrático Haitiano), Soledad Vogliano ( CONAIE de Ecuador), Javier Pineda (Convergencia 2 de abril, Chile) y Adriana Guzmán, (feminismo comunitario de Bolivia).
Claudio Katz comentó que estamos en medio de rebeliones populares y brutalidad fascista, confrontaciones con victorias y retrocesos. En Chile se está dando la mayor rebelión de la historia, con el pueblo en las calles contra todo un sistema neoliberal. Ecuador con su movimiento indígena en las calles más otros sectores revocó un decreto de subsidio a la lagasolina. Bolivia en este golpe de estado que exige toda nuestra solidaridad hacia la resistencia a ese golpe. Alegría en Brasil por la libertad de Lula para poder enfrentar a la derecha con el movimiento popular. La lección de Venezuela en su lucha contra el golpismo, cómo actuar sin rendirse, respondiendo con firmeza y sin vacilaciones. Puerto Rico que con su lucha en las calles, llegó a tumbar un presidente. Haití y la heroica lucha de un pueblo entero por romper con el neoliberalismo. El triunfo por las urnas en México de López Obrador junto con Argentina donde también logran triunfos las fuerzas progresistas.
Si miramos estos datos, entre otros, “es que estamos presenciando una gran disputa contra tres enemigos: la derecha golpista, que la hemos tenido en varios países, que consuma el golpe y después asegura la continuidad con algún representante civil. El golpismo promueve el retorno del ejército, formas autoritarias de gobierno, como el derechista Duque en Colombia, que asesina dirigentes y sepulta los acuerdos de paz y nos dicen que los grandes levantamientos son un complot de Venezuela y Cuba. Con el sostén de los medios de comunicación, manipulan información para demostrar que la corrupción es de los gobiernos progresistas”.
“Nuestro segundo enemigo es el imperialismo. Con Trump, con la OEA, con el grupo de Lima, que siguen acosando a Venezuela para llevarse el petróleo y mantienen el bloqueo contra Cuba, que conspiraron contra Bolivia porque tiene el 70% del litio de la región”.
“Nuestro tercer enemigo es el neoliberalismo. Por eso es tan importante la sublevación de Chile, porque allí se demolieron todos los mitos del modelo capitalista. El neoliberalismo es el responsable de la desintegración social de América Latina”.
Para Katz en este escenario en disputa, debemos enfrentar a estos enemigos con la lucha, con acción política y autocrítica de los errores que luego aprovecha la derecha en sus ataques. En el caso de los progresistas deberían radicalizar más para no perder las conquistas y mantener un respaldo político en el tiempo.
Henry Boisrolin denunció un cerco mediático con la lucha y también la historia de Haití. Pidió para levantar esta invisibilización que miremos su pueblo con los ojos del corazón. Que lo sintamos como un esclavo y esclava revelada que está tomando su historia, oculta bajo la historia oficial.
Explicó tres ejes para entender la historia haitiana: “país creado por las y los esclavizados, un sujeto histórico fundado como negro, inferior, bestia y que tuvo que romper las cadenas del cerebro y el corazón durante 300 años hasta su independencia”. El eje del internacionalismo, Petion le entregó armas, dinero, víveres y voluntarios a Venezuela y Colombia para su liberación. El eje de las luchas insurreccionales que se han sucedido a lo largo de los años para conseguir la liberación contra el neoliberalismo. “En estos momentos se está dando una insurrección popular, violenta a veces, porque el régimen es violento, donde se pretende destruir el sistema neocolonial impuesto por los norteamericanos, durante la ocupación militar de 1915 a 1934”.
Se refirió a Haití como empobrecido, “porque son las estructuras neocoloniales las que explican este empobrecimiento. Son esas estructuras que colapsaron hace unos años con el embate popular y las debilidades de esas estructuras, que no pueden garantizar las necesidades básicas. Por eso yo hablo de condiciones infrahumanas en Haití. Hay una deshumanización de los seres humanos. A pesar de las luchas constantes hay una especie de indiferencia, incluso de la propia izquierda, poque hay una visión de lástima sobre Haití. Nosotros decimos no necesitamos compasión y lástima necesitamos solidaridad. Saber que tenemos puntos en común con todo lo que está sucediendo en Latinoamérica y si hablan del racismo en Bolivia también se puede hablar del racismo en Haití. Porque si el negro es inferior, entonces el estado es fallido, y no es así”.
“Nosotros estamos seguros que, tarde o temprano, la esclava y el esclavo revelado que pudo escribir la única página en que fue vencida la esclavitud, conseguirá la victoria nuestra. Tenemos confianza plena en la capacidad de este pueblo que ha dicho basta. Sepan que vamos a vencer, pero con la solidaridad de ustedes y de las y los hermanos del mundo seguramente el trabajo será menos costoso y nos allanarán el camino. ¡Hasta la victoria siempre! ¡No vinimos a llorar, vamos a luchar!”
Soledad Vogliano habló desde el Movimiento indígena, CONAIE, y las luchas realizadas desde los años 90. Ecuador no tiene minería a cielo abierto y confrontó al estado siempre ante los intentos del extractivismo. Aseguró que el levantamiento de octubre pasado fue 15 veces más grande que el de los 90. El paro y las movilizaciones por el decreto 883, que agravaba la situación de toda la población con una quita al subsidio a la gasolina y el gas, creció en organización y cuantitativamente. Las movilizaciones y cortes arrancaron en la sierra, añade Soledad, se llegaron a parar 15 provincias a base de piquetes, pero la represión fue brutal dentro del marco de estado de excepción del gobierno.
Soledad aportó un dato poco conocido de la justicia indígena: Cien militares fueron retenidos por el pueblo indígena organizado. En Quito los artistas y estudiantes acogieron a las y los manifestantes que venían, más de 30 mil personas pudieron realizar protestas y mantenerse en la capital, en La Casa de la Cultura, a pesar de la represión. A esto se añadieron la toma de los pozos petroleros , aeropuertos, el paro de empresas exportadoras, que le costó al país millones de pérdidas.
Lamentó que “toda esta lucha sufrió una represión brutal del gobierno, 11 personas asesinadas, cientos de heridas y 1.400 detenidas. Después de una negociación del Movimiento Indígena, Conaie, con el gobierno que se vio por televisión en vivo, impuesto por las organizaciones, el decreto fue derogado y se triunfó”.
Javier Pineda, a través de Skype desde Chile, dio un pantallazo de los hechos ocurridos hasta ahora en la rebelión chilena que comenzó también con la subida del pasaje del metro, y que la juventud se negó a pagar y empezó a pasar gratis. Recordó ese día 18 que el gobierno cerró el metro, las dos líneas más importantes que recorren la ciudad, y comienza la violencia de carabineros (policía chilena) a todo acto de rebeldía. El estado de emergencia o toque de queda, que decreta el gobierno solamente sirvió para desatar una violencia masiva a la población y encender más las movilizaciones.
Javier enmarca estas protestas multitudinarias en un cuestionamiento al modelo neoliberal, a la historia de privatizaciones, en la educación , la salud y las jubilaciones. Se refirió al Pacto de la Transición de 1988, donde se incluyó a sectores de la oposición a la dictadura. La economía quedó intacta y se avaló con el pacto binominal, que favoreció a los partidos socialdemócratas y los de derecha. La Concertación se limitó a administrar el sistema neoliberal. Por tanto, apunta que esta insurrección chilena es una impugnación al régimen de la Transición.
Por último Javier enunció los pedidos de la autoconvocada agenda popular, la dimisión de Piñera, una serie de mediadas sociales básicas que garanticen los derechos fundamentales y la realización de una Asamblea Plurinacional Constituyente.
Adriana Guzmán, a través de Skype desde Bolivia, hizo una cronología del golpe, asegurando que estaba preparado desde hace tiempo por las oligarquías y Estados Unidos. Contó la situación represiva brutal a la que están siendo sometidas, a causa del fascismo y el racismo. La amenaza no viene solamente de estos grupos golpistas, sino de vecinos que empiezan a buscar casas de masistas, de mujeres indígenas, a nosotras como organización que somos parte de este proceso, aunque no afiliadas, también nos impiden salir a la calle, por este racismo que han logrado sacar, que estaba guardado, porque a la vez que teníamos nuestro proceso otros grupos han alimentado el odio y el racismo, y una cosa son los motoqueros (formados por los golpistas que iban armados y pegaban a las personas indígenas) y otra es tu vecina que te diga que ustedes masistas han causado todo este conflicto, tu vecina que es igual a vos, nos odian porque somos el reflejo de lo que no quieren ser, personas que no quieren verse como originarias, son las que han sido convocadas para este racismo”.
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