6 enero 2020.
El presidente legítimo de Bolivia, Evo Morales, expuso que el Gobierno de facto se ha comportado de una manera «salvaje», tras la violencia represión en noviembre pasado, luego de haberse consumado el golpe de Estado en su contra.
«En mi gestión, durante el conflicto, no hubo ningún muerto por balas. Del 11 al 20 de noviembre, los golpistas ocasionaron más de 30 muertos por balas y 400 heridos, ahí radica el salvajismo. Para mí, el derecho a la vida está por encima de todos los derechos», indicó.
En otro tuit, el líder boliviano acusa al excandidato presidencial de derecha, Carlos Mesa, de haber movilizado a la población contra un fraude inexistente, luego de las elecciones del 20 de octubre que le dieron el triunfo a Morales
«El 21 de octubre, Mesa instruyó la «movilización», usando el inexistente «fraude» como excusa. Solo fue el pretexto para ejecutar el golpe», puntualizó Morales, quien se encuentra asilado en Argentina, en espera de recibir el estatus de refugiado político.
«Se quemaron Tribunales Electorales Departamentales que ahora la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) a reconstruir. Vuelve el Estado limosnero como en tiempos de Mesa», añadió.
Arturo Murillo, ministro de Gobierno del régimen de la presidenta de facto Jeanine Áñez, expresó su satisfacción por el interés del organismo estadounidense en «apoyar» a su país.
Luego de seis años de haber sido expulsada de Bolivia por el Gobierno de Evo Morales, la USAID ha manifestado su intención de «apoyar» al país suramericano.
La USAID ha sido señalada por expertos de haber contribuido, a través de ONG y organizaciones privadas, con la creación de partidos políticos de la oposición para torpedear la llegada de Morales al poder, así como dar apoyo a programas de contrainsurgencia en sectores campesinos.
En una serie de mensajes, Morales criticó hace unos días a los «golpistas» y ha defendido las medidas de sus 14 años de gobierno como la nacionalización de los recursos naturales, la lucha contra la pobreza o el crecimiento económico.
El pasado 4 de enero, Áñez pidió a los bolivianos impedir el retorno de los «salvajes» al poder, en referencia a Evo Morales, primer jefe del Estado indígena del país.
«No permitamos que ninguna ambición personal, por un lado, disperse el voto y se salga con la suya y mucho menos que los arbitrarios, los violentos y que los salvajes puedan volver al poder, creo que eso es responsabilidad de todos», manifestó.
Morales respondió: «Somos «salvajes” los indígenas, campesinos, fabriles, mineros, sindicalistas, líderes de organizaciones populares, la clase media comprometida. Somos “salvajes” los antiimperialistas, anticapitalistas, antineoliberales y anticoloniales».
Para los golpistas somos “salvajes”, los nacionalizadores, los que recuperamos nuestros recursos naturales y la dignidad de la Patria, los que luchamos contra la pobreza y logramos el mayor crecimiento económico en la región, acotó.
Este lunes, el líder indígena crítico al Gobierno de facto por inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela.
«La dictadura de Áñez, Camacho y Mesa vuelve a superar sus propios límites de cinismo y descaro. Ahora se inmiscuye en los asuntos internos de Venezuela y sus instituciones, dejando en evidencia que son una vulgar extensión de la errática política exterior de EE.UU», apuntó.
La nueva directiva de la Asamblea Nacional (órgano legislativo), que por mayoría de votos quedó este domingo en manos de diputados de la oposición moderadas en detrimento de la anterior junta, presidida por Juan Guaidó.
Sin embargo el Gobierno de facto de Bolivia, presidido por Jeanine Áñez, cuestionó la legitimidad de la nueva junta y del proceso de elección.
*telesur
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