Andrómeda Morales / Resumen Latinoamericano / 27 de enero de 2020
Con un plantón a inmediaciones de la Corte Suprema de Justicia, militantes de las organizaciones que integran la “Plataforma 25 de Noviembre” repudiaron y exigieron justicia este 27 de enero de 2020, ante las últimas masacres perpetradas contra mujeres en distintos lugares del país.
Colocaron las fotografías de los rostros de las últimas víctimas de la violencia que se ha generalizado en la sociedad hondureña, con el fin de dar voz a las que ya no están.
En las rejas del lugar se veían las fotos de Suyapa Castro, asesinada en El Progreso, Yoro, el 21 enero; Joselyn Estefany Rivera , en Comayagüela, Francisco Morazán, el 21 enero; Alba Jeannette Hernández, encontrada muerta en Cerro Juan A. Laínez, Tegucigalpa, unas de las tantas que engrosan las estadísticas de femicidios en el país.
En su comunicado aducen el alto riesgo en que se encuentran las mujeres, jóvenes y niñas que viven en comunidades totalmente controladas por el crimen organizado, quienes son los que ponen las reglas de vida y han pasado a regir los destinos de las ciudadanas ante la incapacidad del gobierno de brindarles seguridad y justicia.
Entre los años 2017 y 2018 Honduras ocupó el segundo lugar del istmo en muertes violentas de mujeres, la tasa oscilaba de 8.53 y 8.22; la alarma de la ola de violencia que azota a este sector mayoritario de la población se ha incrementado en los últimos cinco años, solo en los 27 días que van del 2020, son ya 27 mujeres asesinadas, antes del 2009 se registraron 222, pero después del golpe de Estado del 2009 creció a 465, la impunidad se muestra en el 95 por ciento de los casos.
Escenarios del crimen
Las escenas de los crímenes contra las mujeres donde existen relaciones de desigualdad en los casos son dentro de su círculo diario, sus asesinos están en la pareja íntima, ex pareja, novios, ex novios, pretendientes y familiares, pero también existe lo que se llama crimen por conexión, esto es, cuando una mujer defiende a otra, venganza contra terceros, agresiones sexuales, entre otros.
Debilidades en la investigación
A pesar de que hace un par de años se inauguró con bombos y platillos la Unidad Especial de Investigación de Muertes de Mujeres, dependiente del Ministerio Público, existen grandes debilidades cuando se trata femicidios.
Las principales son que en primer lugar al presentarse a la escena del crimen no se considera el asesinato de una mujer con la figura de femicidio, sino que los entes de justicia no recogen los suficientes elementos para formular hipótesis que se acercan a la verdadera intención del perpetrador.
Evidentemente no existe una relación proporcional entre fiscales, auxiliares y agentes, en tercer lugar es de urgencia armonizar el protocolo nacional para concatenar a todos los involucrados en las investigaciones.
Otro elemento es la cobertura de las Unidades de Investigación, ya que por estar los equipos concentrados en Tegucigalpa en el momento de muerte de mujeres, estos deben desplazarse a otras zonas del país, lo que incurre en costos o simplemente no se investiga ese crimen.
Es imperante que los autores que dirigen las investigaciones como los fiscales y jueces sean formados y capacitados sobre el tema de femicidios y violencia contra las mujeres para definir de manera categórica que el crimen sea juzgado y se aplique la ley de manera correcta al delito que se persigue.
Un problema evidente, es el presupuesto asignado para atender dicha problemática, ya que solamente el 0,1 por ciento es asignado del total presupuestado que representa el 0.04 por ciento del PIB entre otras.
Prevención
El asesinato en silencio y lento que generan otras formas de violencias a las mujeres deben ser prioridad, para prevenir el desenlace fatal que termina en el peor de los casos en el arrebato de la vida de las mujeres.
En los últimos años se habla de los tipos de violencias, porque en épocas del pasado se consideraba que solo los golpes visibles eran una agresión, pero ahora se ha extendido la gama de agresiones como son la violencia psicológica, emocional, sometimiento sexual, patrimonial, abusos contra la integridad y la vida.
Las militantes de la plataforma reclaman un “basta ya” a la complicidad que se consolidó desde hace tiempo como un matrimonio entre las autoridades políticas y religiosas que tácitamente encubren a los agresores cuando no les cae todo el peso de la ley.
Demandas
Las manifestantes demandan que se fortalezcan los juzgados Especializados en Violencia Doméstica, que se amplíen en todo el país, que el Estado a través de sus entes encargados asuman la responsabilidad del seguimiento de medidas, que sean dotados del equipo necesario para realizar las citaciones, por ejemplo, que dejen de trasladar a las sobrevivientes en pailas a la vista de los agresores.
Desplazamiento forzado
Ahora no se puede hablar de violencia contra las mujeres sin mencionar un nuevo fenómeno que está presente en sus vidas como es el desplazamiento forzoso, debido a la pobreza, inseguridad, violencia territorial, están provocando que ellas sean expulsadas masivamente del país.
Tentativamente existe un promedio de 200 mujeres, jóvenes y niñas que abandonan sus hogares diariamente para ir tras el “sueño americano”, quienes son expuestas a todo tipo de peligros en el camino que emprenden.
El régimen es incapaz de atacar las causas de la migración femenina, porque no actúa en impulsar políticas públicas, legislaciones, programas o proyectos para mejorar la vida de las mujeres y que no tengan que poner sus vidas en riesgo.
La plataforma insta al gobierno a convenir con las naciones consideradas rutas migratorias para que se comprometan a respetar los derechos humanos de las mujeres y niñas que migran de Honduras.
Lea comunicado de las mujeres:
Pasos de Animal Grande*
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