La Cámara de Representantes de Estados Unidos decidió anoche 18-D avanzar con el proceso contra el presidente Donald Trump por abuso de poder, en una jornada histórica que cristaliza la división del país.
La Cámara Baja de 435 miembros, controlada por la oposición demócrata, aprobó los cargos de abuso de poder con 230 votos a favory 197 en contra y obstrucción del Congreso por 229 a favor y 198 en contra.
En el Senado, que probablemente abrirá el juicio político en enero tras el receso por Navidad, se espera que Trump sea absuelto, pues se necesitan al menos 67 votos para destituirlo y los republicanos tienen 53 de los 100 escaños.
El magnate republicano está acusado de intentar presionar a Ucrania para que investigara a uno de sus principales rivales de cara a las presidenciales de 2020, el exvicepresidente Joe Biden.
En la mañana, Trump insistió en Twitter en que no hizo «nada malo», al día siguiente de dirigirle una amarga carta a la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, diciéndole que «la historia la juzgará duramente» por el proceso.
Más tarde, siguió con otra tanda de tuits, afirmando —todo en mayúsculas— que este es «un ataque contra Estados Unidos y contra el Partido Republicano».
«Apoyemos a nuestro presidente»
En su turno de palabra, Pelosi dijo que los demócratas no tenían otra opción que lanzar el proceso de destitución y tildó a Trump de «amenaza continua para la seguridad nacional».
Trump pasó el día en la Casa Blanca y en la tarde se desplazó a Michigan para un mitin con sus simpatizantes sin hablar con la prensa. Los seguidores del mandatario hicieron fila horas antes del inicio del acto, soportando temperaturas polares, pertrechados con frazadas mientras escuchaban rock.
«Creo que con estas investigaciones para un juicio político y con todos los demócratas que van contra Trump, es importante que nosotros salgamos y apoyemos a nuestro presidente», dijo Cecilia Bleeker, una residente de Michigan de 21 años.
El juicio político divide a los estadounidenses: 45% quiere que Trump sea destituido (77% entre los votantes demócratas) mientras un 47% se opone, según un sondeo de CNN-SSR.
Este miércoles, fuera del Capitolio en Washington, decenas de personas, según constató una periodista de la AFP, se congregaron para pedir la salida del presidente: «Trump tiene que irse».
«Siento que tenemos que mostrarle a las personas ahí dentro que esto nos importa», dijo Jill Watson, una jubilada de 72 años partidaria del proceso contra el mandatario.
Un debate crispado
Pese al clima de polarización en Washington, a ambos lados del hemiciclo los legisladores concordaron en el diagnóstico de que esta es una jornada triste para el país, pero el resto del debate reflejó la división que hay en Estados Unidos.
El representante republicano Barry Loudermilk se quejó en su turno de palabra que hasta Poncio Pilatos le había otorgado más derechos a Jesús en el proceso en su contra y su correligionario Gregory Murphy afirmó que «hay individuos que odian al presidente más de lo que aman al país».
Para los demócratas de la Cámara, que tienen la mayoría con 233 de los 435 escaños, los hechos están claros. «Mirar hacia otro lado cuando el presidente cometió crímenes contra nuestra nación no es una opción», dijo la representante Rashida Tlaib.
Sin embargo, hay pocas posibilidades de que el proceso contra Trump avance en el Senado, donde han sido juzgados dos presidentes: Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998, ambos exonerados. El republicano Richard Nixon, involucrado en el escándalo Watergate, prefirió renunciar en 1974 antes de sufrir este escarnio.
Riesgos electorales
El presidente busca ahora convertir el proceso en su contra en un elemento que atice a sus bases y le dé un impulso para la reelección.
Consciente del riesgo electoral, Pelosi contuvo durante mucho tiempo los llamados a iniciar un proceso contra Trump, hasta que estalló el escándalo ucraniano.
Ciudad CCS
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