Por Gerardo Rojas, @GeRojasP
27 septiembre de 2018
También se hacen evaluaciones del Plan de Recuperación Económica y se plantean por parte de altos funcionarios ideas más detalladas del papel que debería jugar la burguesía, el partido de gobierno y el Estado en el mismo.
Lo que exponen no aparece como planteamientos tácticos sino como la vía para que la revolución desarrolle lo necesario para avanzar desde una reconfiguración estratégica. ¿qué se plantea?, más allá de las generalidad de alguna alocución, aparecen lo que parecen ser dos líneas a desarrollar.
Una expresada recientemente por el Ministro de Agricultura y Tierras (MAT), Wilmar Castro Soteldo: “Debemos ir a la construcción de esa nueva burguesía, de una burguesía revolucionaria, transformadora que alcance los estadios de liberación económica de nuestro país”1. Con una fuerte presencia de lo privado, asumiendo la propiedad mixta (desde la entrega de medios de producción en manos del Estado al privado) y la gestión obrera donde exista.
Ver: https://youtu.be/
Con una especie de “tripartita: Estado – Privado – Pueblo”, aunque en sus planteamientos lo central es la gestión en manos de la “burguesía revolucionaria” que se debe desarrollar y el Estado debe facilitar ese proceso. Toca decir que es lo que marca sus acciones al frente del Ministerio y en su tránsito por la Vicepresidencia Sectorial de Económica, lo que se mantiene como norma.
¿Y como participa el pueblo en esa tripartita? No queda claro, pero parece que como parte del ejercicio de toma de “decisiones” y no como motor clave, a decir de las palabras del Ministro: “La clase obrera, campesinos y estudiantes han contribuido en la toma de decisiones para construir un país libre”.
Sin planteamientos para generar políticas diferenciadas para el impulso del sector más débil que debe ser apalancado, el del pueblo asumiendo directamente la gestión económica. No es que no existan estás medidas para facilitar los procesos, sino que van dirigidas principalmente al sector privado, al cual le han cumplido en todo lo solicitado, según palabras del mismo Ministro.
Quizás sea una clara explicación de la falta de acción decidida desde ese ministerio para con el campesinado, allí los intereses se contraponen, la lucha de clase se presenta por la disputa del medio de producción. Así la tierra y los medios para su activación productiva, que deberían ser mayormente de propiedad social, dicho por el comandante Chávez2, se deben priorizar para el sujeto clave para el avance de la revolución, según Castro Soteldo, la burguesía.
Y así para con el resto del entramado económico de la sociedad, como lo hemos visto recientemente con promulgaciones y reformas de leyes, Ley de Protección de la Inversión Extranjera3, Derogatoria del Régimen Cambiario y sus ilícitos, entre otras, y acciones (u omisiones) de las instituciones.
Toca decir también, que la falta de acción contra los sicariatos al campesino y las mafias agrarias4 que involucran a varias instituciones son responsabilidades del Estado en su conjunto y no sólo del Ministerio de Agricultura y Tierras, aunque sin duda tiene una alta responsabilidad por sus retardos procesales para con las demandas de la tierra.
Pero esa no es la única postura que se observa, también parece presentarse una mirada que emula al “socialismo con características chinas”. Un papel fuerte de parte del partido de gobierno en el manejo del Estado para la planificación, gestión y control sobre las “variables de mercado” y las sociales, además de espacios con todas las condiciones para el desarrollo del mercado, zonas económicas especiales, facilidad para la inversión extranjera y nacional, entre otras.
Allí la participación popular esta mediada por la acción política del partido que va asumiendo la “vanguardia”, en parte desde una gestionalización de la política.
Ambas líneas con muchas coincidencias, pero también con diferencias aparentes sobre el sujetos prioritario, ya sea la “burguesía revolucionaria” o el Partido guía de la gestión del Estado, esta definición decidirá el manejo de la renta y de los bienes comunes, además de la relación con las grandes mayorías.
¿Es necesario un viraje estratégico para salvar la revolución? ¿Cuál es el sujeto de la revolución bolivariana hoy en día? Son planteamientos que por lo menos deberían ser debatidos de forma clara, pública, de cara a el acumulado político de la revolución e incluso de la sociedad toda, como la plantea el mismo Castro Soteldo.
Asumiendo que esas dos líneas no son las únicas presentes en el Gobierno Bolivariano, pero sin duda las de mayor peso, ambas plantean un claro alejamiento del planteamiento del Comandante Chávez, que con sus matices puede ser sintetizada parte importante en dos bases fundamentales: el Libro Azul5 y el Golpe de Timón6.
Democracia revolucionaria, en lo político, lo social y lo económico, para que el pueblo asuma la construcción del Sistema de Gobierno Popular7, que desde lo local incida en la dinámica nacional y por supuesto, acciones del Estado y la sociedad para que la propiedad social sea hegemónica8.
¿Con participación de la propiedad privada? Si. Siempre fue expresado de forma clara por el Comandante, como también la mirada de un Estado con capacidades para que equilibre las fuerzas a favor de las mayorías, para darle “poder al pueblo”. Desde una premisa clara: “Con la burguesía contrarrevolucionaria no hay entendimiento alguno”9
Esas mayorías vistas como una gran diversidad política necesaria para el desarrollo de un proyecto que pretende ser hegemónico, asumiendo para avanzar “el proceso de argumentación para convencer al que no está convencido, al que tiene duda y para solidificar el convencimiento de los que ya estamos convencidos, eso es vital para asegurar la hegemonía perenne, eso es vital, estamos obligados a convencer, eso no se decreta”10.
Todo ello expresado en la idea fuerza de la recuperación de la Patria soberana, la de Zamora, Rodríguez y Bolívar, nuestro Árbol de las Tres Raíces.
Allí un horizonte que sin duda debe ser evaluado, con una profunda crítica y autocrítica, no desde la justificación de los errores pero tampoco de la entrega fácil de un proyecto que levanto las banderas de lucha con un aporte para estos tiempos: “Lo nuevo de Nuestro Socialismo es la Democracia”, la democracia revolucionaria, nos decía Chávez.
Más allá de asumir las responsabilidades necesarias, toca decir que desde siempre han sido claras de parte de funcionarios de mucho poder en el gobierno trabas para que ese proyecto avanzara. Quizás parte de la respuesta de porque eso sucede se hace hoy explicita, no impulsa un proyecto quien no cree en él.
Estamos ante un gran ejercicio de hacer visible lo que han impulsado algunos desde hace años y que pretende ser legitimado desde argumentos “ideológicos” para poder operar a sus anchas, sin el freno del Comandante Chávez y del pueblo que reclame coherencia, además con la crisis, necesidades y amenazas como fondo que lo justifique.
Con ello se niega la base fundamental de la identidad de la Revolución Bolivariana, la que cada vez es más difusa, a tan pocos años de la perdida física de nuestro Comandante. ¿Qué estamos haciendo para defenderlo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario