Cada 12 de Abril, el pueblo comunicador rememora una gesta en la que fue protagonista, un hecho que marcó un antes y un después en la vida política nacional, celebra el reconocimiento del rol determinante que jugó la acción del pueblo en medio del golpe de Estado de Abril de 2002 y que sentó las bases no sólo de la recuperación de la constitucionalidad y el respeto a la voluntad de las mayorías en Venezuela, sino que logró el reconocimiento de un proceso de acumulación histórico denominado comunicación alternativa y comunitaria.
En las calles se fraguaba una rebelión popular
De manera simultánea, mientras en el este del este de la capital se edificaba una dictadura y los miembros de la alta sociedad juramentaban en el Palacio de Miraflores a Pedro Carmona Estanga, representante del empresariado nacional y con un decreto, tristemente célebre, demolieron la institucionalidad democrática y el Estado de derecho, en las calles de Caracas y las ciudades más cercanas se fraguaba una rebelión popular, un contragolpe para restituir no sólo la democracia, sino también para devolverle a Chávez su lugar al frente de los destinos de la Nación y rescatarlo del secuestro del que estaba siendo víctima.
Dos hechos eminentemente comunicacionales prendieron la mecha que rápidamente incendió las calles para ahuyentar la oscurana, por un lado, una carta que el Presidente secuestrado Hugo Chávez redactó y entregó en Turiamo a un soldado patriota (Cabo de la Guardia Nacional Juan Rodríguez) para que la hiciera pública, donde declaraba no haber renunciado. Por otro lado, en los micrófonos de Venevisión, el para entonces, Fiscal General de República Isaías Rodríguez, declaraba que el líder de la Revolución Bolivariana había sido detenido y seguía en el ejercicio de su cargo.
La comunicación y el rol que ésta desempeñó en aquél contragolpe revolucionario fue determinante, una estrategia mediática popular constituida por megáfonos llamando a la gente a la calle, mensajes de texto difundiendo lo que sucedía, pancartas que denunciaban el secuestro del Presidente, pintas y grafitis cubrieron las paredes del centro de Caracas advirtiendo que Chávez no había renunciado.
Camiones de sonido improvisados para perifoneo convocando a una inmensa movilización, caravanas desde distintos puntos de la geografía nacional hacia el centro de los acontecimientos, radios comunitarias móviles adaptadas a pequeñas plantas eléctricas en vehículos dieron muestra de la creatividad y la inventiva que caracteriza a este pueblo, en alianza con sectores militares leales a la institucionalidad y al liderazgo de Hugo Chávez, en menos de 48 horas dieron un vuelco de 180° que devolvió la esperanza a Venezuela y a los pueblos del mundo que luchan.
En horas de la madrugada del 14 de Abril, un helicóptero de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana trajo de vuelta al Palacio de Miraflores al Presidente Constitucional de la República y Líder de la nación, de regreso al mismo lugar que pocas horas antes había sido tomado por los golpistas para celebrar su victoria y dar inicio a un gobierno de facto, elitista y de derecha.
La Comunicación Popular se gana el reconocimiento del Estado
Por primera vez en Venezuela, durante el año 2002, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) otorgó a las primeras 8 radios y 7 televisoras de corte alternativo y/o comunitario concesiones para explotar y operar el Espectro Radioeléctrico de la nación. No sólo, en retribución al rol angular que jugaron para revertir el golpe de estado de Abril de ese mismo año, sino también en reconocimiento a los años de labor comunitaria y vocación de servicio, así como para levantarles el estigma de ilegalidad que se tradujo en persecución durante los años de trabajo comunicacional clandestino realizado en tiempos de la mal llamada “democracia” representativa.
El fenómeno político que tuvo lugar en nuestro país aquellos días del 2002, puso en auge a este sector de la comunicación, no sólo como medios, sino como movimiento, sector constitutivo del nuevo sujeto histórico que protagonizó y continúa liderando los cambios políticos y sociales en Venezuela, así como en toda la Patria Grande.
Reconocidos en 2015
Sin temor a equivocarnos, en la patria de Bolívar y Hugo Chávez podemos decir que la comunicación está concebida como un derecho humano y su ejercicio garantizado constitucionalmente de la misma forma.
Mientras que en países hermanos como México, Chile, Colombia o Argentina (desde el arribo de Mauricio Macri al poder), la comunicación popular es criminalizada y perseguida como delito, e incluso hasta el ejercicio del periodismo es considerada una actividad de alto riesgo y de uso exclusivo para los grandes consorcios de la comunicación. Como testimonio de esta realidad, este año 2019, llegado el mes de Abril, el día 12 estaremos celebrando por cuarto año consecutivo el Día del Pueblo Comunicador, decretado así por la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela en 2015.
A lo largo de estas casi dos décadas de Revolución Bolivariana, la comunicación popular y alternativa ha ido creciendo como sector de la comunicación y como herramienta del pueblo empoderado y ese camino colmado de aciertos y errores pueden resumirse en tres momentos fundamentales:
El primero de insurgencia y visibilización, cuando irrumpe como respuesta del pueblo ante el ataque de la clase dominante de la sociedad a raíz de los sucesos de Abril de 2002.
Un segundo momento de reconocimiento y masificación, caracterizado por el comienzo de la entrega de habilitaciones sobre todo a los medios creados antes del inicio del proceso revolucionario y el surgimiento de políticas de Estado y de Gobierno para apoyar a este sector y por el surgimiento de cientos de iniciativas, movimientos y medios alternativos y comunitarios de diversas naturalezas y vertientes.
Y un tercer momento, que podemos decir que se encuentra en desarrollo, caracterizado por el intento colectivo de dar un salto cuantitativo radical hacia la formación, hacia el perfeccionamiento de los métodos de trabajo y afinación de las estrategias comunicacionales con visión de sistema, en busca de la permanencia, la superación y la consecución de la autonomía.
Todo ese camino andado ha sido posible únicamente gracias a la construcción colectiva de miles de comunicadoras y comunicadores populares y a su lucha, con mártires y todo, es lo que celebramos en estos días de Abril al calor del recuerdo de cada conquista y del compromiso de la NO RENDICIÓN y el avance como único destino posible para no permitir jamás que la voz del pueblo vuelva a ser silenciada.
Prensa DGMAC
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