Por Marco Teruggi, Resumen Latinoamericano, 13 marzo 2020
El desplome de los precios petroleros impacta de lleno en la economía venezolana. El escenario sucede combinado con dos variables que agravan la situación: el bloqueo económico y la crisis desatada por el coronavirus.
«El petróleo venezolano cayó de 49 a 24 dólares el barril, lo cual golpea duramente los ingresos del país», afirmó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en una rueda de prensa para referirse a las dificultades que enfrenta el país en el escenario de la pandemia del coronavirus y el «desplome de los precios petroleros» durante el llamado «lunes negro».
Se trata de «precios similares a los de 2014», explica a Sputnik Vladimir Adrianza Salas, analista internacional venezolano. Aquel año también tuvo lugar una caída abrupta de los precios petroleros que golpeó de lleno la economía venezolana y fue causante, en gran parte, de las dificultades económicas que se desataron en el país.
La situación es ahora más difícil, debido a que «sobre Venezuela actualmente pesan siete órdenes ejecutivas estadounidenses y más de 300 sanciones —acciones coercitivas— que dificultan la tradicional operación de la industria petrolera nacional», analiza Adrianza Salas.
Maduro denunció esa situación al señalar lo que llamó la «brutal» persecución contra los barcos de exportación petrolera por parte del gobierno de Estados Unidos: «nos persiguen los barcos, amenazan a los países que nos van a comprar».
El mismo jueves de los anuncios de Maduro tuvo lugar un nuevo golpe norteamericano a la industria petrolera venezolana con la sanción, a través del Departamento del Tesoro, a la empresa TNK Trading International S.A., una subsidiaria de la empresa petrolera rusa Rosneft Oil.
Ese ataque se sumó al del 18 de febrero contra Rosneft Trading, otra filial de la petrolera rusa. Ambas han sido acusadas de comercializar petróleo venezolano, algo que resulta ilegal debido a una decisión unilateral del gobierno norteamericano.
De esta manera, la caída abrupta de los precios del petróleo se suma al bloqueo sobre la industria petrolera PDVSA.
Pronóstico internacional
El desencadenante de la caída de los precios del crudo fue la decisión de Arabia Saudí de incrementar la producción y rebajar los precios de venta del petróleo.
El resultado inmediato fue que «el precio marcador llamado Brent cayó en un día, cosa que no se veía desde el año 1991, de 59 a 33 dólares el barril», señaló Maduro.
«Una recuperación es impronosticable en las condiciones actuales», explica Adrianza Salas. El desplome ya venía antecedido por señales: una de ellas, recientes, fue la disminución de demanda petrolera por parte de China debido al freno impuesto por el coronavirus.
Fue justamente por esa baja de demanda que se propuso el acuerdo de reducción de extracción petrolera. Al no lograrse, y pronosticarse un aumento de producción con compradores estratégicos a la baja, los precios cayeron de forma abrupta.
«Se ha pronosticado una caída en la demanda anual de crudo para este año, debido a la situación económica manifestada por la crisis creada por el coronavirus y aunque, a mediados de año, como han manifestado varios analistas chinos, la crisis del coronavirus pudiera llegar a un punto de equilibrio, no se pronostica para el resto del año un crecimiento de la economía mundial y, por consiguiente, el crecimiento de la demanda de crudo», analiza Adrianza.
Otro factor para comprender el desplome tiene que ver con las competencias entre países productores de petróleo, dentro de los cuales, tres tienen un peso determinante: Estados Unidos, Arabia Saudí y Rusia.
«Existen intereses contrapuestos entre Arabia Saudí y la Federación Rusa en materia petrolera, ambos intentan no perder mercados, y los saudíes intentan una vez más recuperar los mercados perdidos en los EEUU debido a la explotación por compañías estadounidenses de petróleos de esquisto mediante el fracking en esa nación».
¿Posible acuerdo?
Maduro explicó que desde el día del desplome petrolero y la situación grave de las bolsas y los mercados mundiales, el Gobierno se ha puesto en contacto con los socios de la OPEP y de la OPEP+, un conjunto de 11 países, entre ellos Rusia, que firmaron en 2016 un acuerdo para reducir la producción y defender el precio.
«Un acuerdo de países OPEP y no OPEP (OPEP+) podría equilibrar los precios reduciendo la oferta de manera concertada, pero no existen indicios en estos momentos de que esto pudiera suceder», señala Adrianza Salas.
La cuestión de un acuerdo entre países productores resulta central para la estabilización del mercado petrolero. El presidente venezolano recordó el impacto positivo del acuerdo de diciembre del 2016 que logró «mercados petroleros estables, seguros y predecibles».
«Se ha demostrado en estas circunstancias la importancia para la salud y el equilibrio de la economía y las finanzas del mundo de los acuerdos estabilizadores entre la OPEP, Rusia y demás países productores de petróleo», destacó.
Por el momento no existen anuncios sobre un posible acuerdo, y la economía global atraviesa un escenario de incertidumbre y crisis marcado por el coronavirus articulado al desplome petrolero que afecta centralmente a los países productores y exportadores de petróleo, dentro de los cuales está Venezuela, pero también Estados Unidos.
Implicancias
La caída de los precios «repercute particularmente en los productores de petróleo de esquisto o lutitas, pues con precios alrededor de 30 dólares el barril, no es posible la correcta operación de esas fuentes», explica Adrianza Salas.
Eso significa que la producción norteamericana, incrementada fuertemente con el fracking en los últimos años, se verá golpeada por el desplome en caso de mantenerse este escenario, situación que podría darle mayor urgencia a los planes de Washington para intentar apoderarse del petróleo venezolano.
En cuanto al escenario venezolano, Adrianza estima que «la situación pudiera empeorar aún más», debido a que el desplome se suma a «la caída de la producción nacional, el bloqueo económico y la falta de recursos para invertir en el levantamiento de la producción nacional».
Este escenario se agrava con el cuadro global económico golpeado por el efecto del coronavirus. De conjunto conforman «anuncios catastróficos en el ámbito de la economía, la finanza y el petróleo», anunció el presidente Maduro, señalando cómo en algunos casos se ha paralizado totalmente la economía de regiones enteras.
Por eso el mandatario le exigió a EEUU que «en medio de esta pandemia levante todas estas sanciones injustas e ilegales que tiene para perseguir las finanzas, el petróleo y la economía de Venezuela«.
Pero hay algo más, que Adrianza señala: «Según varios analistas, existen varias burbujas por estallar en el capitalismo mundial actual, a eso se le suma la acumulación de la deuda externa de los países desarrollados, la cual supera con creces los 100 billones de dólares».
La inestabilidad es más profunda de lo que se puede suponer. Se trata de «lo delicado de la situación de la economía mundial luego de la crisis del 2008», destaca el analista internacional.
Este conjunto de variables da lugar a un escenario inédito, peligroso, complejo. Los resultados y desenlaces no parecen estar en el horizonte cercano. «El pronóstico es reservado, hay que esperar», concluye el analista internacional.
fuente: Sputnik
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