20 Ene 2020
En 2016 se destapó la polémica sobre la aparente financiación de una de las empresas de refrescos más grande de Colombia, la reconocida Postobón, a la organización paramilitar conocida como Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
En el caso de Postobón, por ejemplo, fue la declaración del excomandante del frente "Héctor Julio Peinado Becerra" (HJPB) de las AUC, Armando Madariaga, que aseguraba que los paramilitares obtenían dinero proveniente de la venta de cajas de bebidas gaseosas que le entregaba la empresa.
Sin embargo, no solo era la venta de esas bebidas, sino que los paramilitares ejercían presión a los comerciantes para obligarlos a vender productos Postobón en la ciudad de Aguachica, en el departamento del Cesar al norte de Colombia.
Estas prácticas iniciaron cuando Álvaro Uribe Vélez llegó a la presidencia, iniciando la Política de Seguridad Democrática (PSD). Además, siendo gobernador de Antioquia, Uribe fue el principal promotor de las autodefensas que luego mutaron en las AUC.
Aunado a esta "integración" de empresas y paramilitares, un grupo de investigación de la Universidad Javeriana en Colombia llevó a cabo una recolección de datos a partir de 40 sentencias sobre paramilitarismo. Estas son algunas de las claves más importantes:
- Según testimonios, Postobón entregó 595 millones de pesos anuales a las AUC, siendo la empresa más representativa en el financiamiento en el "bloque Catatumbo".
- En 2007, el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso declaró que los directivos de Postobón tenían conocimiento de los pagos, hasta cancelaban 7 mil dólares mensuales por cada departamento en el que distribuía sus productos.
- En 2013, bajo una sentencia, paramilitares dijeron que RCN, como medio de comunicación, había tenido complacencia con el accionar de las AUC. Igualmente a eso le sigue la reputación de dicho canal, cuando a finales de 2019 la Comuna 13 de Medellín rechazó la presencia su presencia con la consigna "Ese canal es paramilitar".
- En el departamento Norte de Santander, las actividades ilícitas petroleras son conocidas y la más resaltante es la de robo de combustible. Según la lista de sentencias cotejada por la mencionada universidad, Ecopetrol (empresa estatal de energía) entregaba dinero voluntariamente a cambio de seguridad y también cubría el hostigamiento a civiles, en los lugares donde instalaban sedes, durante la era Uribe.
- La empresa de transporte Cotrasur colaboró económicamente con más de 20 mil dólares con paramilitares en Antioquia.
- La empresa de comercio Maderas del Darién también financió a estos grupos irregulares con más de 50 mil dólares.
Estas empresas eran las más relevantes pero el listado es amplio: en libros de contabilidad manejados por el jefe financiero de las AUC, Jacinto Toro Soto, se reconoce el nombre de las empresas y las transacciones en sus propias cuentas bancarias, que incluye a compañías como Leonisa, Codensa, Transportes Botero Soto y Empresas Varias de Medellín (capital antioqueña, centro de irradiación del uribismo).
En Colombia existen grupos de poder económico y político que se mueven en estas esferas de financiamiento a grupos irregulares.
Los paramilitares se abrogaban el derecho a arrestar y detener personas sin una causa real. Muchas organizaciones campesinas, sociales y políticas, e incluso población civil en general, fueron etiquetadas como "subversivas" por parte del Estado colombiano, convirtiéndose en blanco militar de las AUC. Fue, y sigue siendo, la cortina de humo perfecta para desplegar sistemas de represión no solo en lo político sino en lo económico.
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