El reciente 1 de enero de 2020, Jair Bolsonaro, cumplió un año al frente de la presidencia de Brasil, y en este tiempo lo que ha hecho es sumir a la nación suramericana en la pobreza, causar daño ambiental e instalar un régimen autoritario en ese país.
De acuerdo con la más reciente encuesta de la consultora CNI/Ibope, 71% considera mala la administracción de Bolsonaro, reflejaron esta semana medios internacionales.
Su primer año quedó marcado por sus políticas frente a los incendios en la Amazonía, cuando negó ayuda de la comunidad internacional. Bolsonaro, quien en reiteradas oportunidades ha manifestado su apoyo al golpista Juan Guaidó, ha promovido la deforestación en Brasil para beneficiar a los ganaderos y al sector agroindustrial.
La corrupción también ha estado presente en la gestión de Bolsonaro, su hijo Flavio y el Partido Social Liberal (PSL) han sido señalados de estos hechos.
De acuerdo con el Ministerio Público brasileño, existen indicios de una supuesta “organización criminal” en el exgabinete del hijo mayor del presidente, Flavio, cuando era diputado estatal de Río, entre 2003 y 2018. Él y sus asesores habrían cometido crímenes de lavado de dinero y asociación ilícita, recordó el de diciembre del pasado año el portal uruguayo El País.
A lo largo del primer año de Gobierno hubo varias denuncias de corrupción dentro del PSL, el partido que llevó Bolsonaro al poder y que ha dejado recientemente con la intención de fundar otro partido, recogió el reciente 1 de enero France24.
El quid de la cuestión serían ciertas irregularidades en el uso de los fondos electorales. Precisamente por esta razón el ministro de Turismo, Marcelo Álvaro Antônio, fue indiciado por la Policía Federal y denunciado por la Fiscalía.
Ataques contra los DDHH
La presidencia de Bolsonaro se ha caracterizado por la intolerancia, y un ataque a los derechos humanos.
Bolsonaro, eliminó protecciones a la comunidad Lgbt. Además, recortó apoyos a la financiación a proyectos artísticos que se oponen los “valores cristianos”, refirió el reciente 1 de enero el portal América Economía.
Oliver Stuenkel, profesor adjunto de Relaciones Internacionales en la Fundación Getúlio Vargas (FGV), dijo a France24 que Bolsonaro representa una amenaza para la democracia, declaraciones que fueron reseñadas el pasado 01 de enero.
El medio recordó que recientemente, el Consejo Nacional de los Derechos Humanos denunció que Bolsonaro y su equipo violaron al menos 36 veces el programa de derechos humanos, instituido por ley en 2009. La fuente principal de las agresiones es achacada al propio presidente, que en sus declaraciones públicas ha atacado en varias ocasiones a la prensa, al Tribunal Supremo y a la Orden de Abogados de Brasil.
“Bolsonaro representa una amenaza al sistema democrático, por ejercer mucha presión sobre la sociedad civil. Esta situación puede empeorar bastante y generar un desgaste político. Vemos muchos retrocesos en el campo de derechos humanos, del medio ambiente, de la ciencias y de la educación. Por todas estas razones, la imagen de Brasil ha empeorado mucho”, concluye Oliver Stuenkel.
Violencia policial en Río de Janeiro
La violencia policial también marcó el primer año de gobierno de Bolsonaro, especialmente en Río de Janeiro, estado que es gobernado por Willson Witwel, un exjuez e infante de marina conservador de 51 años.
Este personaje días después de ser elegido, prometió «masacrar» a quien fuera atrapado con un rifle. «La policía hará lo correcto», le dijo a un periódico. «¡Apunten a sus cabecitas y disparen! Así no habrá ningún error», recordó el 10 de septiembre de 2019 la BBC Mundo.
Entre enero y julio, las operaciones policiales han ocasionado 1.075 muertes, un promedio de cinco por día; el número más alto desde que se comenzaron a publicar cifras oficiales hace 20 años. La mayoría de los asesinados son hombres jóvenes y afrodescendientes. Y aunque muchos son presuntos delincuentes, muertos en enfrentamientos con la policía. Entre las víctimas también se encuentran un número desconocido de transeúntes desarmados, refirió la mencionada BBC Mundo en esa oportunidad.
En octubre de este año, el director de la oenegé Human Rights Watch (HRW), Kenneth Roth, denunció que Bolsonaro está «atacando frontalmente» los derechos humanos en Brasil «con su retórica y sus políticas», citó la Deutsche Welle en esa oportunidad.
El mandatario alienta a la policía a usar la «fuerza letal sin adecuada justificación; ha intentado debilitar el poder de la sociedad civil y de los medios; ha atacado a los defensores de la selva, dado luz verde a la tala ilegal en la Amazonía y ha socavado los esfuerzos para combatir la tortura», señaló Roth, agregó la citada fuente.
A finales de noviembre del pasado año, dos entidades brasileñas de los derechos humanos denunciaron al presidente Jair Bolsonaro ante el Tribunal Penal Internacional (TPI), con sede en Holanda, por incitación al genocidio de los pueblos indígenas, reflejó en esa oportunidad Prensa Latina.
En el documento se señala la comisión de crímenes contra la humanidad y declaraciones de Bolsonaro que estimulan a la violencia contra las comunidades nativas con medidas adoptadas por el Gobierno, como el debilitamiento de la inspección de las áreas demarcadas en la Amazonia, donde creció un 29,5 por ciento la deforestación por incendios y la tala de bosques.
Bolsonaro cumplió su primer año creando más problemas que soluciones en Brasil y permitiendo que su régimen ejecutara una agresión constante contra Venezuela.
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