miércoles, 11 de diciembre de 2019

Guerras blandas: Armas cognitivas

Los dispositivos conceptuales cognitivos aplicados por el polo corporativo hegemónico transnacional desintegran las naciones y capturan seres humanos, mediante control espiritual (mental también), destruyéndoles su soberanía, libertad y voluntad. Diseñan y ejecutan algoritmos informáticos opacos.
En las letras pequeñas de sus políticas intentan eludir cualquier legalidad, permitiéndoles monitorear, organizar, censurar, usar datos privados, etc., e instalar la servidumbre voluntaria en los seres humanos. Inadvertidamente participamos en esta guerra blanda, librada con armas conceptuales de un alto nivel de agresión cibernética.
Cuando consumimos contenidos y usamos sus aplicaciones, dejamos simultáneamente trazas digitales almacenadas por ellos en la big data (magma de datos), proceso de retroalimentación con fines de dominación, que se nutre del conocimiento de todos los seres humanos. Nueva e imperceptible forma de control y explotación. Disuelven el acervo cultural: idioma, espiritualidad (escuelas, iglesias, partidos políticos…), la historia de las naciones y sus ciudadanos, instituciones jurídicas y simbólicas.
En el caso venezolano intentan borrar el nombre del Padre de la Patria, la Moneda (Numerarium), la Constitución, dañar espiritual y psicológicamente a la población mediante una guerra civil fría. Plan de ocupación gris (mediática, virtual), dirigido sobre todo a la población más vulnerable (desarraigándola) a mediano y largo plazo: los consumidores de contenidos provenientes del mundo virtual.
Vivimos la era de la disrupción tecnológica, indefensos proporcionamos datos, convirtiéndolos en fuente de riqueza incalculable para las corporaciones de la Gafat (google, amazon, facebook, apple y twitter) y así conferirles poderes ilimitados refeudalizando el planeta.
Si queremos conservar la nación, la soberanía y la independencia es impostergable desarrollar instrumentos tecnológicos y jurídicos propios que permitan defendernos, protegernos y regular estas nuevas armas y estrategias cognitivas y algorítmicas de guerra blanda que transforman, dañan sigilosamente nuestra naturaleza mediante una orquestación metódica de una guerra de todos contra todos, donde al final se establece un neomalthusianismo e impone el gobierno por el caos.

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