5 de diciembre de 2019
Cientos de miles de personas salieron a las calles de las principales ciudades francesas como parte del paro en rechazo a la reforma de la jubilación, protesta que muchos aseguraron es por un mejor futuro.
Esta es una medida pensando en un retiro digno, no queremos una vejez de miseria y los ricos son más ricos y los pensionados más pobres, fueron algunos de los comentarios recogidos por Prensa Latina en la estación de París Este, punto de partida de la mayor manifestación en esta capital.
Las más de 200 marchas convocadas por sindicatos y organizaciones sociales y políticas en el país se caracterizaron por fuertes críticas al presidente Emmanuel Macron, quien en su campaña electoral prometió la reforma, consistente en un sistema único por puntos que sustituya a los 42 regímenes actuales de pensiones.
El sistema por puntos dejará solos perdedores, algunos tendrán que trabajar hasta la muerte para poder comer, dijo un miembro de la Confederación General del Trabajo de Francia, una de las entidades protagonistas de la huelga nacional.
Ferroviarios, choferes y controladores del transporte público, personal de la salud, bomberos, abogados y estudiantes, entre otros sectores, desfilaron en urbes como París, Marsella, Toulouse, Lyon, Nantes, Lila, Rennes, Angers, Estrasburgo y Montpellier.
La primera jornada del paro representó severas afectaciones en el transporte, que en el caso de esta capital, prácticamente quedó paralizada desde horas tempranas, con avenidas y calles desiertas, líneas del metro y estaciones cerradas y muy pocos trenes para el tráfico regional e interurbano.
Según la entidad encargada de las operaciones de metros, buses y tranvías parisinos, la huelga continuará al menos hasta el lunes.
También la educación y la salud sufrieron el impacto de las manifestaciones, a partir de la incorporación de maestros y personal de hospitales.
El Gobierno insistió en su invitación al diálogo y lanzó promesas de que las pensiones no bajarán para policías y profesores.
Algunos enfrentamientos con uniformados se reportaron en una jornada bastante tranquila, vigilada por más de seis mil policías y gendarmes, en medio de llamados de las autoridades a evitar la violencia y de manifestantes a no reprimirlos.
mgt/wmr
PL*
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