El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, se presentó este miércoles en Nueva York en el marco de la 73° Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, que reúne a presidentes y dignatarios del mundo cada año.
En este foro, considerado el más importante de la política mundial, el mandatario venezolano fijó posiciones claves al respecto de Venezuela y el estado actual del sistema-mundo.
En su presentación casi imprevista en este foro y en suelo estadounidense, la visita del presidente venezolano no pasó desapercibida en absoluto. Por las circunstancias particulares de Venezuela y de la política mundial, esta ha sido la presentación más importante que ha hecho Maduro durante su mandato. Al aterrizar en Estados Unidos, afirmó: "Traigo la voz de todo mi pueblo, vengo cargado de pasión patria para defender la verdad".
Maduro en Nueva York y el significado político de su presencia
Luego de un atentado en su contra el pasado 4 de agosto, Nicolás Maduro ha pisado suelo estadounidense en medio de claros riesgos y una evidente tensión. Su presentación ocurre de manera a contracorriente de sus detractores regionales, quienes consistentemente han atacado su legitimidad y presionado por su aislamiento.
Precedida de una importante visita a China y de un encuentro con su homólogo, Xi Jinping, Maduro se presenta ahora en Nueva York descolocando la supuesta posición furtiva y evasiva frente a la comunidad internacional que se ha intentado instalar desde los medios.
Por otro lado, las instancias que durante meses se construyeron como organismos paralelos a los poderes venezolanos y que hicieron esfuerzos enormes para criminalizar al mandatario venezolano, parecieran haber quedado inutilizadas, al menos en sus objetivos más inmediatos.
Con el llamado "Tribunal Supremo de Justicia en el exilio" y aprovechando el viraje de la ex fiscal prófuga de la justicia venezolana, Luisa Ortega Díaz, pretendieron activar a la Interpol para "capturar" al presidente Maduro de forma rápida apenas saliera de Venezuela.
El mandatario venezolano, según los "magistrados" del paratribunal, ya fue "juzgado", lo cual se hizo en su ausencia, en territorio colombiano y mediante actos írritos, deviniendo en una supuesta "orden de captura" contra su persona que evidentemente no tuvo efecto alguno ante la presencia de Maduro en Nueva York.
De igual forma quedaron descolocadas posiciones de algunos países como Colombia, Perú, Canadá, Chile, Argentina y Paraguay, quienes el día de ayer entregaron una misiva para que la Corte Penal Internacional investigue la comisión de supuestos crímenes de lesa humanidad en Venezuela, en un intento por deslegitimar al primer mandatario nacional.
Ante esto, Maduro se presentó como referente máximo de la institucionalidad venezolana ante el principal foro de la política mundial, lo que no es un hecho simbólico de segundo orden, dada la inmensa campaña que apunta a su desconocimiento.
Reafirmando la posición de Venezuela
El presidente venezolano presentó la posición de un país bajo asedio. "Nuestro país es un país acosado, agredido. Ayer en este mismo lugar el Presidente de los Estados Unidos arremetió una vez más contra el pueblo de Venezuela, enarbolando la doctrina que hace 200 años fundó los Estados Unidos, la doctrina Monroe", señaló.
La posición de Venezuela como factor concreto de cara a la política estadounidense y a la Administración Trump, fue un factor trasversal durante todo su discurso. Este se caracterizó por continuas referencias concretas a los mecanismos de cerco y asfixia contra Venezuela y que han sido ejecutados por acción directa de la Casa Blanca y secundados por "países satélite" de la política estadounidense en el continente.
En este sentido agregó que Venezuela sufre un cerco político, económico, diplomático y comunicacional, que intenta "construir un expediente de legitimación de la intervención de Venezuela".
Puntualizó que las razones a las que obedece el cerco contra Venezuela yacen en que "hemos levantado un proyecto de sociedad basada en la identidad y cultura propia de la región" y agregó que Venezuela posee las reservas petroleras y auríferas más grandes del mundo.
El presidente venezolano caracterizó la hoja de ruta de agresiones contra su país por ser Venezuela un referente político y de recursos energéticos, por ser un referente en política exterior que de hecho ha contravenido el marco de relaciones internacionales en el continente y que se habían construido mediante el Consenso de Washington y la pérdida sistemática de la soberanía de los países de la región.
Aludió a las distintas agresiones económicas y políticas aplicadas sobre Venezuela, a los ciclos pronunciados de desestabilización, violencia política e intentos de conmoción social. También se refirió a la conjunción de factores fuera de Venezuela que los han aupado, nombrando a Estados Unidos y a Colombia, específicamente. También se refirió al rescate de la gobernanza y la legitimación de la democracia y la institucionalidad venezolana, al señalar concretamente su reelección el pasado 20 de mayo con el 68% de los votos.
Sobre el cuadro actual de las relaciones internacionales y situaciones de la política mundial
Otro elemento transversal en la semiótica del discurso del presidente Nicolás Maduro fue su énfasis en el estado actual de confrontación y tensiones diversas dentro del orden internacional vigente. Fue un discurso pensado, muy pedagógicamente, para una audiencia fuera de Venezuela. Sus reseñas a los objetivos del sistema de Naciones Unidas, los conflictos globales, los señalamientos sobre verdaderas crisis migratorias como la de Centroamérica y México, o las que se decanta desde la "destrucción de Libia" y "la guerra en Siria", fueron reseñadas con un sentido de amplio reconocimiento de las situaciones del conflicto sistémico a nivel planetario, que tienen como principales responsables a las potencias occidentales.
Las menciones a un mundo en crisis abarcaron temas como el bloqueo a Cuba, la opresión contra Palestina y las amenazas de Donald Trump de efectuar "recortes de ayuda a países que lo necesitan" o de retirar a su país de las instancias multilaterales de apoyo y cooperación, frente a un mundo convulso, gracias a las propias inercias de la política estadounidense que sistemáticamente ha propagado el caos a escala planetaria durante décadas.
Las alusiones directas a Trump y la necesidad de acercamiento a Estados Unidos
Desde la posición venezolana, víctima de los embates del bloqueo, sanciones y demás componentes de asedio, adquiere total sentido que el presidente venezolano se haya referido a la necesidad de crear distenciones políticas con Estados Unidos. En efecto así lo hizo el presidente Maduro, intentando zanjar un posible acercamiento con el presidente estadounidense Donald Trump.
A sólo horas del discurso de Maduro, Trump señaló la posibilidad de un diálogo directo con el mandatario venezolano. Aunque las vocerías de la Casa Blanca afirmaran que tal cita no estaba pautada, el diálogo directo entre los dos mandatarios es ahora una posibilidad una vez que ambos mostraran, casi en simultáneo, la disposición de llevarlo a cabo.
En su alocución, el presidente venezolano comentó que pese a las diferencias políticas, históricas e ideológicas, entre el modelo venezolano y el estadounidense, él estaría dispuesto "a estrechar la mano" al presidente norteamericano y a "debatir todos los temas posibles en una agenda abierta".
En una línea constructiva, Maduro convocó la participación de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en una solicitud de investigación independiente dentro de Naciones Unidas sobre el intento de magnicidio que se efectuara en su contra. Con ello secunda, pero también da una vuelta de tuerca al propio gobierno estadounidense, que meses atrás sugirió la participación del FBI en el análisis de este caso.
Un balance al cierre
A simple vista, la posición política de Venezuela y de la propia figura del presidente venezolano han resultado favorecidas en la jornada de Nueva York. Se han introducido nuevos elementos en la agenda, siendo la probable creación de un canal de diálogo entre Caracas y Washington el más importante de ellos.
La alocución de Maduro sirvió además para hacer un importante punto de honor sobre la situación-contexto de Venezuela, la cual no ha sido debidamente explicada y reseñada a escala internacional, a causa del cerco mediático que sufre el país, el cual también se vio traspasado este miércoles con la intervención de Maduro en persona en la ONU.
Desde este punto se evidencia con más claridad que las aristas sobre el destino de Venezuela poco pueden resolverse en territorio venezolano. Estas yacen hoy en los componentes de la trama externa a Venezuela.
El presidente venezolano asume ahora un rol de alto interlocutor con los factores determinantes de la coyuntura geopolítica. Su encuentro con el mandatario chino Xi Jinping y la eventualidad de un posible encuentro con Trump, son factores que lo reafirman. Tanto la posición de Trump, como la de Xi, divergen sobre el tema venezolano y ambas son determinantes para determinar una distención.
La inutilidad de una interlocución con factores adversarios al chavismo dentro de Venezuela también ha quedado evidenciada, por tratarse de un esquema agotado y que hoy luce fútil. Maduro adquiere ahora un mayor perfil como referente de la política venezolana y los factores antichavistas más sobresalientes ya no están en suelo venezolano. Están en Washington y en otros espacios de la escena regiona
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