viernes, 12 de febrero de 2016

Filtro casero potabilizará aguas en comunidad de los Altos Mirandinos

El diseño fue tomado del Filtrón de Nicaragua

Investigadores del Ivic estudian resistencia de los materiales para mejorar función bactericida

Altos de Pipe, 12 de febrero de 2016 (Mariel Cabrujas M.).-



Ofrecer soluciones viables para garantizar el acceso al líquido en algunos sectores rurales, protegiendo la salud de sus consumidores, es una labor que han emprendido la ciencia y las comunidades.

A través del estudio de materiales con propiedades antibacteriales, el personal del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) potencia el diseño de un filtro de agua casero fabricado en Nicaragua por el guatemalteco, Fernando Mazariego, y la organización no gubernamental Ceramistas por la Paz.

“Queremos adaptarlo a la realidad venezolana usando materiales y tecnología del país”, explicó la investigadora del Ivic y una de las encargadas del proyecto, Ángela Sifontes.

La iniciativa nicaragüense tomó como modelo a las prácticas pre – coloniales americanas para el manejo local del agua. El filtro, que consta de una vasija de barro, fue mejorado en 1980 hasta convertirse en una solución de tratamiento y almacenamiento del líquido a escala familiar en Nicaragua, reduciendo las posibilidades de enfermedades a causa de bacterias o de la exposición prolongada a metales y minerales.

Mejorar la porosidad de la arcilla alfarera con la que se elabora la vasija y desarrollar nuevas nanopartículas encargadas de eliminar las bacterias del agua son parte de las tareas desempeñadas por el grupo de investigación. Las nanopartículas, debido a su tamaño diminuto, son visibles solo a través de microscopios de alta tecnología y reportan una acción más eficiente que las partículas de mayor tamaño.

El proyecto inició con la evaluación del funcionamiento del filtro centroamericano, la realización de pruebas físico – químicas del material cerámico con el objetivo de medir su resistencia y el estudio de la composición microbiológica del agua que surte a la población de Pacheco, ubicada en los Altos Mirandinos, elegida  para examinar las capacidades de la herramienta.

Un pequeño manantial es la única fuente de agua para el consumo de 440 familias que conforman la comunidad de Pacheco. Las evaluaciones preliminares al líquido arrojaron que es rico en minerales como magnesio y calcio, lo que pudiese estar asociado al repunte de enfermedades renales denunciadas por los habitantes de la localidad.

“Este trabajo nos permite atender las necesidades de las comunidades a través de la ciencia, con la que podemos idear una solución viable, ecológica y económica”, destacó la investigadora del Ivic y también encargada de la investigación, Wendy Rondón.

El proyecto desarrollado por el Ivic está registrado y aprobado por el Consejo Comunal Paula Monroy de Pacheco, con la misión de diseñar un plan de saneamiento para las aguas de consumo humano garantizando una mejor calidad de vida y un menor impacto ambiental.

Adaptación criolla

El Filtrón de Nicaragua está capacitado para eliminar bacterias del agua sin cambiar su sabor durante al menos dos años. Esta actividad la realiza con baja inversión de recursos económicos, pues los materiales empleados en su fabricación no ameritan un alto costo.

Su construcción tampoco requiere de altas tecnologías y en ella pueden involucrarse las familias de la comunidad generando oportunidades de empleo locales, según reseña la guía “El Filtrón, filtro cerámico para agua potable”, publicada en el portal del programa de cooperación internacional, Innovación para el Desarrollo y la Cooperación Sur – Sur (Ideass).

El filtro ha recibido reconocimientos internacionales como el premio Marketplace 2004, otorgado por el Banco Mundial en Camboya por la transferencia tecnológica a otros países. Tanto el diseño como los estudios científicos que avalan su funcionamiento fueron colgados en Internet por sus creadores, con la intención de ser aprovechados por quienes lo necesiten.

“Hemos querido modificar el diseño del filtro empleando arcilla nacional mejorada a la que se le colocará el material poroso como aserrín y cáscaras de arroz, que evitará el paso de los parásitos y agentes infecciosos al agua”, precisó Sifontes. Un grupo de estudiantes del Instituto Universitario Técnico Dr. Federico Rivero Palacios colabora con el equipo de  investigadores en esta tarea.

Como parte de los cambios que optimarán las funciones del filtro, los investigadores evalúan la posibilidad de emplear metodologías verdes para sintetizar nanopartículas antibacteriales, a través de extractos vegetales.

“Inicialmente usaremos la plata coloidal que es el material empleado en el modelo nicaragüense, por su actividad microbicida. Sin embargo, probaremos otras sustancias que también sean toleradas por el cuerpo humano para no depender únicamente de este metal”, aseguró Rondón.

Una vez que la porosidad de la vasija de barro es capaz de filtrar las impurezas del agua, se sumerge en un baño de plata coloidal o de los materiales antibacteriales seleccionados para impregnarla. Previamente estas partículas se estudian para garantizar su eficiencia y adherencia a la arcilla.

Al estar listo para cumplir su función el filtro deberá superar la prueba final: el uso en la comunidad de Pacheco. La experiencia permitirá evaluar las capacidades del filtro y su comportamiento frente al agua encontrada en la comunidad para elaborar un informe técnico, a fin de poder replicarla en otras poblaciones con deficiencias en el servicio de agua potable.

Contar con agua potable de forma segura, salubre y sostenible es indispensable para el asentamiento de las poblaciones y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. No en vano la Organización de Naciones Unidas (ONU) estableció esta condición como uno de los 7 Objetivos de Desarrollo del Milenio a alcanzar por sus países miembros, entre los que se encuentra Venezuela.


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